Giran nuevos oficios a familiares de desaparecidos

martes, 1 de abril de 2003 · 01:00
Acapulco, Gro (apro)- La Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM) envió oficios a familiares de personas desaparecidas durante la década de los setenta, para insistir en que se presenten a las instalaciones castrenses a presentar pruebas contra Mario Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quirós Hermosillo y Francisco Javier Barquín, procesados por homicidio calificado y reclusos en el Campo Militar número uno, bajo el argumento de que los acusados formaban parte “del personal que combatió a los grupos subversivos” surgidos en los años setenta A los militares se les inició un proceso por homicidio calificado, presuntamente cometido contra 143 detenidos, pero el Supremo Tribunal Militar redujo a 22 el número de agraviados, quienes según la fiscalía militar perecieron a manos de militares que tenían “la tarea de desintegrar los subversivos” La reportera tuvo acceso a un oficio, el 4474/2, firmado por el capitán segundo Ernesto Medina León, girado a Nicanora Arroyo Martínez, esposa de Lucio Cabañas Tabares, desaparecido el 27 de abril de 1974 por efectivos militares en el centro de Atoyac, según testimonios de familiares y personas que estuvieron presentes en el arresto Según los extractos de documentos de la extinta Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales, Cabañas Tabares, familiar del maestro rural vuelto guerrillero, Lucio Cabañas Barrientos, fue remitido al Campo Militar número uno, y no se volvió a saber de él Nicanora Arroyo, según el documento, no asistió a las oficinas que la PGJM abrió en Atoyac para recibir pruebas de su denuncia contra el Ejército, como se le pidió, en el oficio número AP-I-4474, de fecha 7 de febrero Por ello, el capitán Medina le envió un segundo escrito, el 18 de febrero, para insistir en que es competencia del Ejército el juicio contra los militares por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los setenta Inicia por informar que la PGJM tuvo que enviar citatorios a los familiares después que los representantes legales de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de México y Víctimas de Violaciones a Derechos Humanos (Afadem), José Enrique González Ruiz y Julio Mata Montiel, no se comunicaron para ratificar la coadyuvancia en el caso, asunto que la Procuraduría ofreció el 7de octubre del 2002 Del caso omiso de los familiares a los exhortos de la dependencia militar, dijo Medina, la PGJM “entiende la inquietud que le pudo haber causado la invitación que se le hizo para acudir ante una autoridad militar, lo que probablemente haya sido la causa por la que pudo haber decidido no comparecer ante el suscrito, dado que usted le atribuye específicamente al personal militar la desaparición de su esposo Lucio Cabañas Tavares” A continuación, el agente del Ministerio Público militar a cargo del caso explica los motivos por los que corresponde a “los tribunales del orden militar la competencia para juzgar las conductas delictuosas que les fueron atribuidas” Medina explica que la PGJM “logró establecer que los actos constitutivos del delito de homicidio calificado fueron cometidos por un grupo de militares que se encontraba directamente bajo el mando del ahora mayor Francisco Javier Barquín Alonso, en cumplimiento a órdenes expresas de los ahora generales Francisco Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite, todos los cuales se encontraban formado parte del personal que combatió a los grupos subversivos que durante los años setenta surgieron a lo largo del territorio nacional” Pese a que durante los años 1975 y 1979, Acosta Chaparro tenía permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional para colaborar con el extinto Rubén Figueroa Figueroa, y Quirós y Barquín estaban comisionados en la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el agente militar añade que “los actos de privación de vida de diversas personas fueron cometidos por militares con motivo de actos propios de sus funciones, ya que se llevaron a cabo durante el cumplimiento de la tarea de desintegrar a los subversivos que en los años setenta trastornaron el orden interior de nuestro país, ya que precisamente una de las misiones constitucionales de las Fuerzas Armadas Mexicanas es la de garantizar la seguridad interior de la Nación, siendo por tal razón que se consideró que la competencia radicaba en el fuero de guerra, y por ello se ejerció acción penal ante los tribunales militares” Para finalizar, el fiscal militar Medina León, da direcciones y teléfonos del Campo Militar número uno, el cuartel de la 27 Zona Militar en Atoyac y la base de la IX Región Militar en Acapulco, a las que los familiares convocados a colaborar con el Ejército en las investigaciones pueden acudir En tanto, la vicepresidenta de la Afadem, Tita Radilla Martínez, denunció que familiares de víctimas de la guerra sucia están acudiendo “con engaños” a declarar a la 27 Zona Militar Radilla Martínez dijo que la señora Eleazar Peralta “se ha auto-nombrado representante de familiares de desaparecidos, firma como tal, busca a la gente y después los lleva ante los militares para declarar, con la promesa de que los casos se van a solucionar pronto” La activista narró el caso del señor Ascensión Rojas Mesino, cuyo hijo está desaparecido, y que se dejó convencer por Peralta, quien nunca se ha destacado por participar en movilizaciones con los familiares de víctimas de la guerra sucia “El señor fue llevado casi de la mano, y lo que no le gustó fue que los militares le hicieron repetir las declaraciones que ya había hecho ante la fiscalía especial, que dirige Ignacio Carrillo, además que el expediente de su hijo, abierto en la fiscalía especial, ya estaba en manos de los militares” Radilla Martínez señaló que los familiares de los desaparecidos insistirán en que sean las instancias civiles las que lleven las investigaciones “Vamos a pelear por que sea la fiscalía la que haga las indagaciones, porque los militares no pueden ser juez y parte de los crímenes que cometieron; a nosotros no se nos olvida lo que nos hicieron No sólo se llevaron a nuestros seres queridos sino que nos quitaron tranquilidad, nos dejaron con una angustia permanente” 31/03/03

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