Niegan acusaciones contra el Cardenal Norberto Rivera

jueves, 1 de mayo de 2003 · 01:00
México, D F- A un día de que María Teresa Herrera acusó al cardenal Norberto Rivera y al rector de la Basílica de Guadalupe, Diego Monroy, de incumplir contrato para comercializar la imagen de la Guadalupana, el abogado de la Arquidiócesis de México, Bernardo Fernández, deslindó al prelado de las acusaciones de la empresaria y responsabilizó en su totalidad a Monroy Aunque aceptó que el cardenal es una autoridad religiosa más elevada que Monroy, el litigante comentó que el rector de l Basílica tiene un amplio margen de actuación, porque dicha autoridad sólo tiene que ver con asuntos de la Iglesia “El contrato lo firmó la señora Herrera con la Basílica (de Guadalupe), y ahora la Basílica es, desde el 2002, una asociación religiosa Así es que la Arquidiócesis no intervino en la celebración de ese contrato, por tanto la Basílica tiene personalidad jurídica propia de acuerdo con la Ley de Asociaciones Religiosas”, apuntó A unas semanas de la polémica generada por el reportaje publicado en Proceso, en sus ediciones 1371 y 1372, sobre el presunto lucro que hacía la Iglesia Católica con la imagen de la Virgen de Guadalupe, el escándalo resurgió el miércoles, luego de que la empresaria María Teresa Herrera acusó directamente al cardenal Norberto Rivera y el rector de la Basílica, Diego Monroy, de haber incumplido un contrato para comercializar la imagen de la Virgen de Guadalupe La empresaria aseguró que los prelados le han hecho un daño de por lo menos 3 millones de dólares, pues desconocieron públicamente un contrato preestablecido sobre el permiso para comercializar los derechos de propiedad intelectual de la Guadalupana Encarrilada en los señalamientos contra estos miembros de la Iglesia Católica, Herrera acusó a Monroy de amenazarla para que no hablara con los representantes de los medios de comunicación sobre este asunto De acuerdo con información de Reforma, que asegura tener copia del contrato incumplido por la Basílica, este fue suscrito el 30 de abril de 2002 entre Venerare con la Basílica por un millón 750 mil dólares para que produjera hologramas de seguridad y certificados de registros con la imagen de la Virgen y del santuario El daño que le hicieron los prelados consistió en que cuando negaron la existencia de esos contratos –en febrero—más de 70 proveedores de Herrera y sus empresas se espantaron; 11 de sus empleados renunciaron, su negocio se paralizó y en la bodega quedaron guardados 10 millones de hologramas y 6 millones de certificados En febrero salió a la luz que la Basílica vendió a una empresa estadunidense los derechos de propiedad sobre la Guadalupana Monroy fue el encargado de la venta por 125 millones de dólares a Herrera, representante de la transnacional en México La Iglesia se comprometió a que cada artículo comercializado por Viotran contaría con “la bendición especial” de Monroy o Carrera Sin embargo, peritos en la materia sostuvieron que el contrato era ilegal porque la Iglesia no es propietaria de la imagen, sino el pueblo de México; los creyentes “Es como si quisiese vender en exclusiva la imagen de Jesucristo ¿Quién es el propietario de esa imagen? Pues nadie en particular, porque también es de dominio público y cualquier creyente puede reproducirla” Monroy y Rivera inmediatamente negaron lo publicado por Proceso y rechazaron que la Procuraduría General de la República (PGR) se estuviera haciendo cargo del caso (Proceso 1372) 29/04/03

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