"Marta": La realidad y la ficción

miércoles, 21 de mayo de 2003 · 01:00
México, D F (apro)- Marta Sahagún de Fox es la protagonista del libro Marta, del escritor y periodista Rafael Loret de Mola Editado por Océano, está dividido en dos capítulos: México: los hechos y México: la ficción En la primera parte Loret de Mola incluye hechos reales y los adiciona con supuestas declaraciones o situaciones Por ejemplo, incluye diálogos con Manuel Bribiesca, el primer esposo de Marta Sahagún, que muestran el fuerte carácter y las ambiciones de Marta, su trato con el gobernador Fox, su paso como vocera de la Presidencia y, luego, la boda con el presidente En los diálogos, Bribiesca se queja amargamente de Marta, en momentos en que es inminente su separación, luego de 25 años de matrimonio: --Le gusta lo bueno y lo caro Gasta una barbaridad en ropa y viajes Nada la para Y no hay presupuesto que alcance Más adelante, el libro cuenta: “En ocasión de la visita de Estado del presidente Fox al Vaticano, semanas después de matrimoniarse civilmente con Marta --el 2 de julio de 2001--, el Papa exclamó molesto ante la insistencia de que recibiera también a la ‘primera dama’ del entrañable país: “--Díganle que accedo a caminar con ella por estos pasillos –los de las dependencias privadas del pontífice— sólo por unos instantes y con una condición: no quiero oír nada respecto de la anulación de su matrimonio religioso Ni una palabra más” Añade: “Marta, no conforme, habló con el Papa Nada le dijo sobre el ríspido tema de los esponsales frustrados, el suyo tras más de cinco lustros de aparente y tolerante entendimiento El desagravio vendría después: en presencia de los fotógrafos de la fuente presidencial le pidió a su Vicente: ‘Tómame de la mano y bésame Que sea al amparo de la Basílica de San Pedro como un símbolo de la aceptación de Dios’” También se dice que Marta Sahagún “patrocinó a un grupo de estudiosos para que investigaran a fondo el fenómeno de Evita, en Argentina Los recursos, los proporciona la propia institución presidencial” En la parte de ficción del libro, Loret de Mola comienza con el imaginario secuestro del excanciller Jorge G Castañeda --por parte de un comando; plagio que luego atribuyen a la propia Marta Sahagún--, y se reseña la “boda religiosa” de Vicente y Marta, en la Basílica de Guadalupe, ante el mismo Papa Juan Pablo II, en su séptima visita a México El cardenal Norberto Rivera Carrera oficia la ceremonia y la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de México entona el Ave María Durante el acto –que cuenta con la presencia de una invitado especial: Fidel Castro, presidente de Cuba--, el Papa “se desploma, sin sentido” –, por lo que es conducido al Hospital Militar, donde recibe a la pareja presidencial, unida ya por su Iglesia, y con la que tiene un ríspido diálogo Castañeda estuvo secuestrado en Cuba, pero finalmente aparece en una bodega de la colonia San Rafael, en la Ciudad de México Sin embargo, el caso atrae la atención –y aclaraciones-- del jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, y el procurador de Justicia del Distrito Federal, Bernando Bátiz, entre otros No faltan en el libro personajes como José María Córdoba Montoya –“el gran asesor de Carlos Salinas de Gortari”--, que en la novela aparece como asesor de Marta Sahagún, al igual que Liébano Sáenz, el exsecretario privado del presidente Ernesto Zedillo, y hasta Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos El libro se centra fundamentalmente en la disputa por la Presidencia de la República El mismo Zedillo, quien visita a Marta en un lugar que no es la residencia oficial de Los Pinos, la anima extrañamente a seguir adelante: --Martita es tu hora La política es el don de la oportunidad Vicente supo estar en el sitio exacto, en el momento correcto Y tu, ahora mismo, estás bajo los reflectores ¡Adelante! Al final, Marta resulta triunfadora en la elección presidencial, al obtener ocho millones de votos, por 7 millones 800 mil, para Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, y 6 millones 900 mil, a favor de Roberto Madrazo, del PRI “Sarcástico, Fox, al término de los escrutinios, llama a su cónyuge: “--Felicidades, Marta No obtuviste la votación que gané yo en el 2000 (15 millones de sufragios), pero hiciste un gran papel “--Sabías que me dirías eso, Vicente No podías callártelo En fin, la victoria, nuestra gran victoria, no es ya reversible” Todo finaliza cuando el presidente duerme solo --“ni una sola llamada altera su sueño profundo”--, en momentos en que “su hija mayor, Ana Cristina, que había vuelto al lugar cuando Marta optó por salir de Los Pinos, lee, aislándose, como en otras ocasiones” Se explica: “En la víspera, Vicente y Ana Cristina, dolida, herida, habían tenido uno más de sus encuentros cargados de reproches” Ana Cristina le dice: “--¿Por qué tuvimos que llegar a este punto, papá? Ella nos ha destruido a todos, uno por uno Sólo le faltabas tu “--El responsable soy yo y nada más Está canijo admitirlo, pero así es Duele, pero es cierto” Ana Cristina le recuerda lo que alguna vez les dijo su abuelita Mercedes, la mamá de Fox, antes de entrar en agonía: “En la vida, al final, sólo la lealtad de los hijos cuenta Míranos, otra vez estamos tu y yo nada más Ya no está ella ni estará” En la alcoba presidencial, Fox sufre una premonición: “Vio en su sueño, con gran claridad, una mano cubierta de sangre encima de su cabeza La sangre era suya; la mano, de una mujer”, y se pregunta abatido: “¿Para qué esperar hasta mañana para viajar al rancho… ¿La agenda? ¿Quién quiere ver a un presidente que huele a pasado aunque sea el príncipe consorte?” 20/05/03

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