Los otros deberes escolares

martes, 1 de julio de 2003 · 01:00
No recuerdo que en tiempos pasados, esos tan repudiados en que el PRI gobernaba sin alternativas para los otros partidos, se haya establecido la misma norma Pero sí es evidente que a partir de los tiempos nuevos la SEP ha establecido unas reglas de juego que colocan a los llamados “padres de familia” en la hermosa tesitura o de faltar a la escuela a donde son llamados con energía para revisar el trabajo de sus niños o de faltar al trabajo A veces lo resuelven madres y padres, de mala manera, con licencias sin goce de sueldo o aspirando a que el pérfido patrón no sea tan negativo como la SEP y entienda el problema concediendo los permisos Y si se puede con goce de sueldo, mucho mejor Pero la verdad es que no se tiene a los trabajadores para permitirles faltar con la frecuencia que exige la SEP Lo que es evidente es que el nuevo sistema, que ya se programa anualmente en unas bellas hojas que marcan las fechas y las asistencias debidas de los padres de familia (hojas que también les cobran, por si fueran pocos los pecados), ignora olímpicamente que en este ingrato mundo en que lo único que abunda es el desempleo, la SEP o quien a su nombre actúe hace lo posible por provocar problemas laborales Se discute mucho, en mi concepto sin mayores razones, que cuando una mujer solicita empleo, se le practique algún examen ginecológico para determinar si está o no embarazada Se considera que es casi una injuria en contra de las mujeres, tema que siempre tiene un público atento y parcial Pero a quienes se oponen a esa medida elemental se les olvida que la Ley del Seguro Social establece que las aseguradas tendrán que haber cubierto, por lo menos, treinta semanas de cotización durante los doce meses anteriores a la fecha en que deba comenzar el pago del subsidio para tener derecho a recibirlo en dos períodos de cuarenta y dos días (art 102 Ley del Seguro Social) De no ser así, esto es, si la señora ya llegó embarazada y no alcanzaron las cotizaciones al IMSS, el patrón tendrá que conceder la licencia por maternidad y pagar durante las seis semanas anteriores al parto y las seis posteriores el salario íntegro (art 170-V LFT) sin recibir servicio alguno ¡Una gracia! Es obvio que el patrón debe tomar sus precauciones Pero se trata de un tema mal planteado y mal resuelto No habría problema mayor si el IMSS, lo que no es lógico, asumiera el costo de las licencias por maternidad sin mínimos de cotizaciones Y esto viene a cuento porque de la misma manera que la sociedad, por pura ignorancia se siente ofendida por los exámenes ginecológicos previos al nacimiento de las relaciones laborales, la SEP se siente también desairada si los pobres padres no abandonan la chamba y no acuden sumisos a las exigencias dictatoriales de los directores de las escuelas de sus hijos Para las autoridades educativas las responsabilidades laborales de los padres de familia no existen Disponen de ellos bajo amenazas cumplidas de que si los padres no acuden, los niños no podrán entrar a clase Ese es un hecho comprobable La lista de las ocasiones en que los padres de familia (¡que nombrecito tan raro! ¿No podrían llamarles, simplemente, padres?) deben acudir en horas de la mañana a visitar a los maestros y a los niños son interminables En una preparada por la Escuela Secundaria Técnica número 114 “Manuel Gutiérrez Nájera”, hay 21 motivos para que en la brevedad de un curso de tres meses (del 3 de junio al 29 de agosto), los desgraciados progenitores tengan que presentarse a la Escuela A lo mejor las autoridades educativas no están tan bien educadas o, mejor dicho, informadas y no saben que las mujeres también trabajan y que si se encuentran con un patrón que simplemente hace valer su derecho a que se le trabajen jornadas completas, las exigencias de la escuelita servirán para muy poco, con el riesgo real de que la madre o el padre angustiados tengan que optar por perder la chamba o perder la educación del hijo Si este sistema pernicioso hubiera sido ordenado inteligentemente, se habrían podido establecer turnos distintos en función de las ocupaciones principales de los padres Y desde luego que la exigencia mayor de asistir a las clases del niño para ver como se comporta constituye una de las idioteces mayores de este conjunto de reglas absurdas Como si los padres no supieran de sobra cual es el comportamiento de los hijos No es difícil, en este mundo de disparates, que en estos tiempos en que se pretenden reformas imprudentes a la Ley Federal del Trabajo, a lo mejor se le ocurra a nuestras autoridades que valdría la pena ponerle un articulito en el que la exigencia de la SEP y sus escuelitas sea suficiente para justificar las faltas Claro está que a partir de ese momento, los patrones se negarán a contratar a padres o madres con hijos menores Como la puntada de una reforma imprudente a la LFT de 1931 que obligaba a las empresas con cincuenta trabajadoras o más a instalar guarderías si alguna tenía un hijo, lo que provocó el despido, por si acaso, de las mujeres que excedieran del número de cuarenta y cinco Ahora a los que habría que despedir sería a los autores de esas reglas

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