Pearl Jam en México: La prudente espera

viernes, 18 de julio de 2003 · 01:00
México, D F 18 de julio- Los años 80 son calificados por muchos historiadores como la década perdida De hecho, el movimiento dark no fue una cuestión gratuita Fue la época para estar de luto por la muerte de la conciencia y por el triunfo del mundo libre y los yuppies En los 80 se engendró la generación que nació con una X en el cerebro y 1990 fue el año para recuperar la esperanza en la música que había dado voz y voto a la juventud Fue el momento para alzar muy fuerte la voz y gritar: ¡No estoy de acuerdo! A pesar de ello, muchos preferían escupir: ¡Nadie me quiere! Pearl Jam, no es sólo el grupo musical que dejó de hablarle a Ticketmaster, es la banda que politizó a la generación X La música popular amaneció al nuevo milenio con dolor de cabeza, un dolor propinado por el arrivismo sonoro de Korn y todos los que se parecen y surgieron a partir de ellos Cuando el calendario oficialmente había cambiado para todo el mundo al año 2000, Alice in Chains dejaría pronto de existir, Soundgarden cumpliría un año más de muerto y el grunge --lo que parecería el último respiro del rocanrol-- había sido declarado clínicamente muerto El amanecer musical al 2000 fue crudo Si no eras ya de la nueva generación o por lo menos entendías a sus miembros, estabas frito: Los años 90 ya se habían ido De entre tanta música sincopada y facturada con sonidos en octavas y fraseos de rap envueltos con ruidosos acompañamientos hechos por niños vestidos con ropa deportiva, aún existía y existe el sonido de quién sobrevivió al holocausto musical del grunge: Pearl Jam Son trece años los que han transcurrido desde aquel verano de 1990, tiempo en que la nueva década asomaba la cabeza por la ventana de nuestras conciencias Desde aquel entonces, en el que el inicio de una revolución sonora acababa de tomar forma, y se disponía finalmente a salir a luz pública, ha habido tiempo suficiente para que a muchos nos creciera el cabello y a otros se les terminara de caer Y de que las figuras esbeltas se comenzaran a extraviar en los recuerdos de quienes las tuvieron, y por supuesto, las deudas musicales con México fueran saldadas Es cierto, 13 años han pasado desde la formación del quinteto de Seattle; 1990 ya es una fecha ambigua en la memoria, puesto que para muchos es fácil enunciarla en función de que pareciera como si el tiempo fuera un agente benévolo, que va y viene a contentillo de nuestras disposiciones En el verano de 1990 la banda resultante de pleitos y una muerte por sobre dosis de heroína, Mookie Blaylock, grabó el primer demo profesional para lo que sería el inicio de una épica carrera Trece años y siete discos después, la banda más combativa de la década pasada, tiene a bien saldar una deuda pendiente con el único público que siente que 1990 es una fecha que pertenece a un ayer muy cercano Pearl Jam por fin viene a la tierra antes conocida como Tenochtitlan A poner fin a la espera Es raro que un grupo extranjero se decida a visitar esta tierra con a penas un disco editado y más que raro, imposible era que alguien se atreviera a hacerlo durante el comienzo de los 90 Hoy recordamos, entre los datos curiosos, la visita de Radiohead en tiempos de Pablo Honey, y antes de que Creep fuera un éxito Cuando el festival Cervantino les sirviera de escenario en aquel perdido ayer Años después y con sólo un corte de promoción de su único álbum, la banda retro punk The Strokes, se atrevió a visitar la ciudad de los chilangos Una cuestión digna de candidez infinita hubiera sido si alguien pensara en 1991 que Pearl Jam haría lo que los mencionados hicieron con sus óperas primas Muchos supusimos que tal vez con la salida del segundo o el tercer disco, el Palacio de los Deportes o el Teatro Metropolitan, e incluso el estadio de prácticas de la UNAM, podrían ser los foros para una factible visita Pero lo único que sucedió, fue que se generó terreno fértil para que una multiplicidad de rumores, año tras año y disco tras disco se formularan a partir de la esperanza de verlos tocar en nuestra patria Así es y así pues, el tiempo, ese incesante enemigo que no responde a la súplica por un descanso, pasó y sigue pasando para todos y para Pearl Jam En todo este citado tramo de años, la banda se dio el lujo de cortarse el cabello, de engordar y sobre todo de envejecer A pesar de que el reloj no cede y el cuerpo menos, la banda que proclamó “life rules!” ha resistido la muerte de Cobain, el suicidio del grunge, la demanda con Ticketmaster, el final de la primera mitad de los 90, el apogeo del nuevo metal para la nueva generación, la caída de las cabelleras y del talento de Metallica, cambios de bateristas y la muerte de su amigo Layne Satley A pesar de todo y de todos, el quinteto no ha perdido la capacidad de generar buena música Motivo más para seguir al pie del cañón de esta ya anunciada y ansiada visita En el año 2000 le sacarían la vuelta a todos publicando “Binaural”, el sexto disco del grupo No conformes con eso, la banda pondría a circular en el mercado, la gira completa que a “Binaural” correspondió El resultado de esto fueron los miles de bootlegs (discos pirata) y un resumen de la gira en el DVD conocido como “Touring band 2000” Definitivamente lo mejor hubiera sido verlos antes del desmedido embarnecimiento de Mike McCready y de la declarada calvicie de Jeff Ament, pero “Touring band 2000” es la prueba de que con todo y la inminente confrontación interna que cada uno de sus miembros sostiene al cumplir cuarenta años, Pearl Jam es aún la banda que en vivo brinca, grita y rompe cosas como en las primeras andanzas del Lolapallooza, al más viejo estilo de The Clash El mencionado DVD fue la reafirmación de que al quinteto de Seattle no se le habían entumido los dedos y de que sus pedales de distorsión aún servían “Riot Act”, su séptimo disco de estudio nos confirma que durante las tres obligadas fechas que su incansable gira hará en la ciudad que estrena distribuidor vial podamos ver una banda furiosa, explosiva y exquisita Son diez años de prudente espera al borde de la desesperación y de casi creernos que realmente nunca vendrían Es por lo mismo, que para dejar satisfecha a la audiencia, tendrían que tocar los siete discos completos Pero de regreso al terreno de lo posible, si hacen lo que han venido haciendo en el transcurso del viaje para “Riot act”, es factible que al escucharse el acorde final de su visita a México, estallemos en un ensordecedor aplauso y nos retiremos con una sonrisa en la cara a la hora de dormir, tras la noche más esperada de nuestras vidas Durante esta nueva gira que se hace para “Riot act”, cada noche cuenta con un listado de más menos once temas en la primera aparición en escena; un encore de cinco canciones más, y un segundo encore de dos temas, en el que ha estado apareciendo con mucha frecuencia “Yellow Ledbetter” Podemos estar seguros de que no desaprovecharán el candente desprecio que aquí se vive hacia George W Bush Por tanto “Bu$hleaguer” será parte del repertorio los días 17, 18 y 19 de julio del 2003, fechas que serán inmortalizadas en tres discos dobles con la silueta del águila de nuestra bandera como portada Estos tres días de música patrocinados por Stone Gossard, Matt Cameron, Eddie Vedder, Mike Mccready, y Jeff Ament, serán los momentos propicios en que el tiempo vuelva sobre sí mismo, la memoria se convierta en vivencia, nos enamoremos y seamos rebeldes de nuevo

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