Adiós a los "Aguascalientes", anuncia Marcos

viernes, 25 de julio de 2003 · 01:00
*Los indígenas demandan respeto, no lástima, dice el subcomandante La fiesta (porque hay muertes que hay que festejar) será en Oventic Tuxtla Gutiérrez, Chis , 24 de julio (apro)- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) decidió romper con los antiguos esquemas de relación que mantenía con la sociedad civil, vía los espacios de discusión creados con los llamados Aguascalientes En un nuevo comunicado, el subcomandante insurgente Marcos sostiene que lo que los zapatistas demandan de este sector es “respeto”, y no la “lástima” en la que cayeron algunos grupos hacia las comunidades indígenas En lo que Marcos llama “Chiapas: la treceava estela, segunda parte: una muerte”, de la serie de comunicados que inició esta semana, recuerda que el 8 de agosto de 1994, en la sesión de la Convención Nacional Democrática celebrada en Guadalupe Tepeyac, el comandante Tacho, a nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, inauguró, frente a unas 6 mil personas procedentes de diversas partes de México y del mundo, el llamado Aguascalientes, y lo entregó a la sociedad civil nacional e internacional Este y los futuros Aguascalientes, así nombrados por la convención del mismo nombre, fue ante todo “un espacio para aprender a escuchar y a hablar con esa pluralidad que llamamos sociedad civil”, señala Marcos en su comunicado De entonces a la fecha se crearon, en el territorio estatal, nacional e internacional, varios Aguascalientes: el de La Realidad, Oventik, La Garrucha, Morelia y Roberto Barrios, y otros en España e Italia “Entonces sí, los Aguascalientes fueron lo que debían ser: espacios para el encuentro y el diálogo con la sociedad civil nacional e internacional Además de ser sedes de grandes iniciativas y encuentros en fechas memorables, cotidianamente eran el espacio donde "sociedades civiles" y zapatistas se encontraban” Sin embargo, el líder rebelde explica: “Con no pocas personas hemos insistido en que la resistencia de las comunidades zapatistas no es para provocar lástima, sino respeto El apoyo que demandamos es para la construcción de una pequeña parte de ese mundo donde quepan todos los mundos Es, pues, un apoyo político, no una limosna” “Con la muerte de los Aguascalientes, muere también el síndrome de Cenicienta de algunas sociedades civiles y el paternalismo de algunas ONG nacionales e internacionales Cuando menos mueren para las comunidades zapatistas que, desde ahora, ya no recibirán sobras ni permitirán la imposición de proyectos” Marcos señala lo anterior para explicar la actitud con que muchos grupos y organizaciones llegaron a territorio zapatista, otorgando no lo que las comunidades requerían, sino lo que a esos sectores les “sobraba”, o creían era lo que deberían tener los indígenas “Les decía que nosotros tratamos de aprender de nuestros encuentros con la sociedad civil nacional e internacional Pero también esperamos que ella aprendiera El movimiento zapatista surge, entre otras cosas, por la demanda de respeto Y resulta que no siempre recibimos respeto Y no es que nos insultaran O cuando menos no con esa intención Pero es que, para nosotros, la lástima es una afrenta, y la limosna, una bofetada” Añade que eso fue en abril de 1994 “Entonces pensamos que era cuestión de tiempo, que la gente iba a entender que los indígenas zapatistas eran dignos y que buscaban, no limosnas, sino respeto”, lo que “nunca llegó () y en los Aguascalientes se amontonan computadoras que no sirven, medicinas caducas, ropa extravagante (para nosotros), que ni para las obras de teatro ("señas", les dicen acá) se utilizan y, sí, zapatos sin su par Y siguen llegando cosas así, como si esa gente dijera: ‘pobrecitos, están muy necesitados, seguro que cualquier cosa les sirve, y a mí esto me está estorbando’ “No sólo eso, hay una limosna más sofisticada Es la que practican algunas ONG y organismos internacionales Consiste, grosso modo, en que ellos deciden qué es lo que necesitan las comunidades y, sin consultarlas siquiera, imponen no sólo determinados proyectos, también los tiempos y formas de su concreción Imaginen la desesperación de una comunidad que necesita agua potable y a la que le endilgan una biblioteca; la que requiere de una escuela para los niños y le dan un curso de herbolaria” Marcos sostiene que ofertas para comprar su conciencia han recibido muchas los zapatistas y, sin embargo, se mantienen en resistencia, haciendo de su pobreza (para quien aprende a ver) una lección de dignidad y de generosidad () Con no pocas personas hemos insistido en que la resistencia de las comunidades zapatistas no es para provocar lástima, sino respeto” El apoyo que demanda el EZLN –añade-- es para la construcción de una pequeña parte de ese mundo donde quepan todos los mundos Es, pues, un apoyo político, no una limosna “El apoyo a las comunidades indígenas no debiera ser visto como la ayuda a inválidos mentales que ni siquiera saben qué necesitan (y por eso hay que decirles lo que deben recibir) o a niños a los que hay que decirles qué deben comer, a qué hora y cómo, qué deben aprender, qué deben decir y qué deben pensar (aunque dudo que todavía haya niños que acepten esto) Y este es el razonamiento de algunas ONG y de buena parte de los organismos financiadores de proyectos comunitarios” Y anuncia: “Por todo esto, y por otras cosas que se verán después, el próximo 8 de agosto del 2003, aniversario del primer Aguascalientes, se decretará la muerte bien ‘morida’ de los Aguascalientes La fiesta (porque hay muertes que hay que festejar) será en Oventic y están invitados todos aquellos y aquellas que, en estos diez años, han apoyado a las comunidades rebeldes, sea con proyectos, sea con campamentos de paz, sea con caravanas, sea con el oído atento, sea con la palabra compañera, sea con lo que sea, siempre cuando no sea con la lástima y la limosna”

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