Archivos abiertos

domingo, 17 de agosto de 2003 · 01:00
El peligro por el comunismo para América Latina, representado por Fidel Castro, presidente de Cuba y por el socialismo que Salvador Allende implantó en Chile –lo que precipitó su asesinato--, fueron las preocupaciones compartidas de los expresidentes de México, Luis Echeverría y de Estados Unidos, Richard Nixon y que los reunieron para platicar, además de este asunto, de algo que también los identificaba demasiado: ellos mismos Cada palabra que ambos exmandatarios pronunciaron en 1972, cuando ambos tenían poder en sus respectivas naciones, quedó registrada en cintas electromagnéticas de las grabadoras instaladas en la Casa Blanca, por capricho del expresidente Lindon Jhonson, quien quería dejar a los historiadores pruebas contundentes de sus dichos y sus hechos durante su estancia en la presidencia del vecino país, en 1971 Aunque Nixon dejó la silla presidencial humillado por estas mismas cintas, intentó en vida que no se difundiera el contenido de las mismas, hasta 1999 cuando los Archivos Nacionales las hicieron públicas y la organización Archivos Abiertos las escucharon y difundieron para ver su contenido, indica el reportaje publicado por Proceso en su edición de este domingo 17 de agosto De acuerdo con el texto difundido por este semanario, Nixon y Echeverría se consideraban verdaderos líderes mundiales El expresidente mexicano, quien recientemente fue citado a comparecer por la Femospp en calidad de indiciado por las acusaciones en su contra por las masacres de Tlatelolco y San Cosme, en 1968 y 1971 respectivamente, era objeto de la admiración del estadunidense, quien lo calificó como “brillante, enérgico, vigoroso y atractivo” Jamás hablaron de temas binacionales Su única preocupación era el comunismo representado por Castro y el socialismo de Allende, el cual podría “infectar” a Latinoamérica e incluso, en palabras de Echeverría, “eso de América Latina se refleja en Estados Unidos, en las minorías raciales, en las gentes de origen mexicano” Por eso, de acuerdo con parte de la grabación que se difunde en la edición de Proceso en circulación a partir del domingo 17 de agosto, Echeverría recomendó a Nixon “no permitir que la tragedia cubana afecte al resto del Caribe y eventualmente al resto de Latinoamérica”, pues sería muy peligroso que el experimento chileno se esparciera por todo el continente

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