Crece en Yucatán el movimiento de la "teología india"
(Primera de dos partes)
Mérida, Yuc , 18 de agosto (apro)- Apoyados en lo que han denominado “teología india”, organizaciones de la sociedad civil y eclesiásticas, que en los últimos años han incrementado su presencia en las comunidades indígenas de la península de Yucatán utilizando el método de desarrollo participativo, se alistan para emprender la batalla de manera frontal contra el proceso de globalización, y difundir la nueva política de autonomía económica, social y política en estas zonas
Aunque comparten las posturas que dieron origen el movimiento zapatista de Chiapas, su herramienta principal es el “convencimiento”, primeramente para que los indígenas los acepten como interlocutores, y luego para que pongan en práctica sus propuestas políticas, sociales y productivas
Uno de sus fines es acabar con los liderazgos de control que ejerce el gobierno y caciques de la comunidad, para implantar los liderazgos participativos
Según advierte el presbítero Raúl Lugo Rodríguez, integrante del Grupo Indignación, organización defensora de los derechos humanos, la batalla más intensa que librarán estos grupos de la sociedad civil, en los próximos años, apenas se está fraguando, y tienen como principal característica, la defensa de los derechos humanos, económicos, culturales y sociales de las comunidades indígenas de la zona
Con esta línea de acción han logrado implantar cientos de proyectos productivos en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, donde la indiferencia de los gobiernos por atender las necesidades de las comunidades marginadas ha generado el campo fértil para el trabajo de estos grupos de activistas, que han desarrollado sistemas de organización, producción y comercialización incluso de exportación
“Hemos llegado y le he mostrado a la gente cómo trabajar y hacer más productiva la tierra poniendo como base la participación comunitaria”, dice Romel González Díaz, dirigente de la cooperativa Chac-lol, creada en 1987 y que, en los meses siguientes al levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), creado en 1994, fue perseguido por el gobierno federal acusado de formar parte del movimiento armado en la península de Yucatán por su vinculación con los indígenas
Actualmente esta organización de producción aglutina a más de mil 800 familias en los estados de Yucatán y Campeche y controlan los procesos de producción y comercialización de miel, maíz y amaranto en la zona; incluso comercializan en Canadá sus productos artesanales
Teresa Mungía Gil, integrante de la organización civil Educación, Cultura y Ecología (Educe), sostiene: “Nosotros lo que hacemos es facilitar los procesos para que avancen en su autonomía, tanto en su producción como en la formación y capacitación de sus grupos
“Algo que impulsamos es que la gente ubique e identifique qué tipo de autonomía quiere o requiere, hacia dónde quiere que sean sus procesos de producción, capacitación, o educativos y de manejo de recursos naturales, y en función de eso se van fortaleciendo y consiguiendo recursos, para que esos grupos vayan direccionando sus necesidad hacia su solución”, agrega
Agrupados en diversas organizaciones de la sociedad civil, cientos de activistas realizan sus tareas con recursos procedentes de países como Francia, Estados Unidos y Alemania, entre otros y, en pequeñas cantidades, de los gobiernos federal y estatal, a los cuales acceden mediante concursos o convocatorias en las que participan
Para promocionarse han creado periódicos independientes que circulan en las zonas indígenas, que sirven a la vez para generar una cultura de información y, con base en ello, puedan empezar a generar opinión social
Así, por ejemplo: El Jornalero, Cuxantzun, Chan Tza Kan, La Semilla, El Rebelde, Aajen kaj, El Varejon entre otros, son tan sólo algunos de los periódicos que circulan en los municipios y zonas rurales, principalmente del sur del estado, los cuales muestran una alta dosis de “zapatismo” y críticas al sistema de gobierno, en los que intervienen incluso clérigos católicos seguidores del movimiento armado de Chiapas
El investigador japonés de la Universidad de Chiba en Japón, Motoi Suzuki, tras 20 años de trabajo en los estados de la Península de Yucatán sobre los mayas, refiere que la proliferación de las organizaciones civiles se debe a que “ni el gobierno federal ni los estatales, han puesto suficiente atención a las demandas y necesidades del pueblo indígena
“Tampoco los partidos políticos existentes representan y toman en cuenta opiniones del sector indígena Por eso es que los indígenas apoyan las propuestas de las ONG donde canalizan sus necesidades”
Según el investigador, esto permite “que el sector indígena participe en el proceso democrático del Estado mexicano”, incluidos los extranjeros enlistados en esos grupos
Sin embargo, advierte que “ellos (los activistas) tienden a pensar el problema indígena más como un problema político e ideológico, por encima de los problemas materiales o tecnológicos”
Menciona como uno de los ejemplos más importantes de organización y trabajo de las ONG, el que realiza la Escuela de Agricultura Orgánica del municipio de Maní, ubicado al sur de Yucatán, donde intervienen sacerdotes católicos para inculcar entre jóvenes una nueva mentalidad de organización y producción con recursos de la Iglesia de Alemania
Menciona también al Grupo Indignación AC, fundada en 1991, el cual recibe apoyo de organizaciones católicas alemanes, tales como Misereor y Día Mundial de Oración Sus campos de trabajo son los derechos humanos en general, particularmente en cuatro áreas de mujeres, enfermos de sida, poder y sociedad civil, y derechos indígenas Con la población indígena organiza la “Mesa de derechos y cultura indígenas” cada dos meses
Otra organización, que también refiere en sus investigaciones, es Miatzil Maayáa AC, que dirige el subdirector de Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya del gobierno de Yucatán (Indemaya), Feliciano Sánchez Chan, la cual se dedica al rescate y difusión de cultura oral (cuentos) mayas a los niños indígenas También publica libros
Otras, como el Centro Cultural Cecijema: Educación de Lengua Maya; Centro Cultural Popol Nah, Investigación y Educación Popular Autogestiva (IEPA), AC, que trabaja en proyectos de desarrollo rural en el este del estado, Kuchkaab Yéetel H-meen AC, dedicada a la medicina indígena; Mayáon: fundada en 1990, y se enfoca al desarrollo cultural del pueblo maya Aquí participan principalmente maestros bilingües (maya-español), Misioneros AC: hace proyectos de agricultura en Chaksinkin, Yuc, Saastal Maya: baile y canción; Tunben Kinam: promoción de artesanía indígena; Unión de los Mayas AC: desarrollo rural; Yoochel Kaaj Cine Video Cultura AC: enseña técnicas de video-grabación a los jóvenes indígenas en el sur del estado de Yucatán, para que los jóvenes indígenas mismos puedan expresar sus imágenes culturales
Se estima que en Yucatán existen más de cien organizaciones civiles que trabajan en diversos proyectos productivos, culturales, educativos, sociales y políticos entre otros
Sin embargo, el trabajo de convencer a los indígenas no ha sido fácil, según dicen Romel González y Teresa Mungía “Es todo una historia que los hace actuar de manera poco participativa, es un proceso lento La historia aquí ha sido frente a un proceso hacendario, donde la respuesta de sumisión al patrón es una constante, y por otra parte de paternalismo por parte del gobierno, donde sólo es ‘ven, dame’, y ‘si me das actúo, si no, no’
Creo que el proceso de la península es muy diferente al de Chiapas, aquí el proceso se va construyendo y se va formando por ahora desde las organizaciones, todavía con un proceso largo de búsqueda de alternativas de soluciones, porque no hay todavía un proceso de sinergias; se está construyendo, se está en esa mirada, en esa visión, pero falta todavía un poco más de tiempo para que esto logre cuajar lograr las sinergias entre organizaciones indígenas, ONG, con el fin de construir nuevos modelos políticos, como económicos, y eso es a través del contagio
Con base en nuestras líneas de trabajo, “llegamos a la conclusión de que hay que cambiar la cultura, sin embargo, es difícil trabajar con la gente, porque hay toda una tradición de política asistencialista, paternalista, egoísta que el gobierno utiliza, y eso nos genera un problema de enfrentamiento con ese tipo de tradiciones, a parte los cacicazgos, o los bloqueos de los gobiernos locales, regionales, federales”