México, D F, 21 de agosto (apro)- Los reporteros solemos decir que, a menudo, la mejor nota es la que no se publica Provistos de información sobre un asunto de interés público, la oportunidad de los reporteros de hacerla del conocimiento general choca con escrúpulo profesional de los directivos de los medios de no difundir nada si no está plenamente acreditada la fuente
Claro que esto cuenta sólo en los casos en que los medios de comunicación tienen ese escrúpulo, basado en principios deontológicos que no necesariamente requieren de su publicación, como lo hacen muchos, en momentos en que la búsqueda de credibilidad está estrechamente ligada a las ventas
Y esto no deja de ser una limitante para el reportero --que es la expresión mayor del periodista --, porque obviamente queda en desventaja ante compañeros que están autorizados a difundir información basada en las “fuentes cercanas a” o “fuentes bien informadas”, u otros recursos retóricos en cuyo nombre se han cometido también abundantes abusos
Hablar del secreto profesional en México es, en primer lugar, salir en defensa de la garantÃa de los mexicanos a saber Y representa, en segundo lugar, una necesidad para quienes ejercemos el periodismo en términos universales; es decir, quienes tenemos en esta profesión nuestra principal actividad y la manera de ganarnos la vida
Sé que es chocante hablar de uno mismo, pero como también tengo la convicción de que quien generaliza absuelve, me atengo a mi experiencia y a un caso reciente
En el semanario Proceso hubiera resultado poco menos que imposible publicar ampliamente sobre la organización secreta a la que pertenecen numerosos miembros del PAN y del gobierno de Vicente Fox, un asunto que considero de inobjetable interés público
Salvo excepciones que confirman la regla, en Proceso no se puede publicar ninguna información que no identifique la fuente y, en algunos aspectos, mi investigación sobre la Organización Nacional del Yunque, que tal es el nombre de esta cofradÃa juramentada, no era posible cumplir con tal requisito
Asà que decidà escribir un libro, El Yunque, la ultraderecha en el poder, y hacer del conocimiento de los mexicanos un tema que considero fundamental, con información proporcionada por miembros de la organización a cambio del anonimato
Sin esta información, que por supuesto fue debidamente verificada, era muy difÃcil armar el rompecabezas que me propuse, y el recurso para proteger a mis fuentes fue el secreto profesional, que por definición es la garantÃa de los lectores a saber Y los mexicanos tienen derecho a saber que, a estas alturas de la evolución polÃtica del paÃs, no es admisible la existencia de una organización que riñe con los más elementales principios democráticos
Sobre todo si quienes forman parte de esta organización, religiosa y militarizada, están tomando decisiones que nos afectan a todos
Los mexicanos también tienen derecho a saber si los partidos polÃticos cometen delitos en el financiamiento de sus campañas, o si la penetración del narcotráfico ha llegado a los más altos niveles, o si alguien sin aptitud para desempeñar un cargo es incorporado a la nómina sólo por ser amigo, compadre, correligionario o cofrade
En muchas ocasiones esta información sólo se obtiene al margen inclusive de la capacidad de investigación del periodista En ocasiones es sólo gracias, por ejemplo, a su capacidad de persuasión para obtener en dato testimonial o el documento
Y es asà como han sido llamados a declarar ante un Ministerio Público o un juez numerosos compañeros, en atención --hay que decirlo-- a una legislación que es preciso derogar, y en su lugar garantizar constitucional y legalmente el derecho de reserva de identidad de fuentes
Como no soy abogado, no abundaré sobre algo que no conozco a plenitud Pero la deliberación sobre el tema, que ya está en marcha, deberá derivar en esa garantÃa que, en primer lugar, es para robustecer el derecho de los mexicanos a saber
En la medida en que seamos capaces de conseguirlo, contrarrestaremos también las parcelas de impunidad de quienes lucran con el chisme y desacreditan una profesión que de por sà no disfruta del aprecio social que merece
Comentarios: delgado@procesocommx