Tabasco: El regreso del Grupo Diamante

sábado, 23 de agosto de 2003 · 01:00
* Tras dejar una estela de millonarias deudas y estafas, Álvaro de Jesús Domínguez, reaparece como exportador bananero Villahermosa, Tab , 22 de agosto (apro)- Desaparecido hace casi tres años tras dejar millonarias deudas y estafas, el Grupo Empresarial Diamante, vinculado al exbanquero Carlos Cabal Peniche, está de regreso en Tabasco Ahora con el nombre de “Banaplus Grupo Diamante”, hace dos meses abrió nuevas oficinas en la calle 24 número 334 de la colonia Florida de esta capital El objetivo, restablecerse como el más importante exportador de banano de la región, bajo el mando del empresario Álvaro de Jesús Domínguez de la Huerta Para ello, cuenta ya con alrededor de 500 hectáreas de plátano en Pichucalco, Chiapas, así como en Teapa y Tacotalpa, Tabasco, donde Carlos Cabal inició su imperio bananero y financiero a principios de los años noventa El empresario platanero, Raúl Celorio Constandse, reveló que hace tres meses Domínguez de la Huerta hizo contacto con destacados productores para formalizar una asociación, con el fin de exportar a la Unión Europea 50 mil cajas de plátano cada 15 días “La ventaja que tenemos con Álvaro Domínguez es que ya trae contratos en mano firmados, cosa que es difícil en estos momentos”, resaltó Celorio El retorno del Grupo Diamante a Tabasco “puede ser positivo para reactivar las exportaciones, paralizadas desde hace dos años”, afirmó En octubre del año 2000, Álvaro de Jesús Domínguez de la Huerta, que dirigía la Corporación Empresarial Diamante, desapareció de Tabasco dejando deudas por más de 30 millones de pesos a proveedores, empleados y prestadores de servicios, a través de la CED y empresas filiales como el Grupo Bananero del Sur, SA de CV La CED fue constituida el 17 de agosto de 1996 con la escritura 3238 ante la fe del notario público Marco Antonio Buendía Burgos, sustituto de Romeo Ulín Rodríguez, quien fungía como subsecretario de gobierno de Roberto Madrazo Historia de fraudes Luego de la detención y encarcelamiento de Carlos Cabal en Melbourne, Australia, en 1999, Domínguez de la Huerta se hizo cargo de las fincas bananeras San Carlos, San Luis, Santa Teresa, San Fernando, La Asunción, La Esmeralda y Argentina que el exbanquero aún conserva en Tabasco y Pichucalco, Chiapas De acuerdo con el escritor y exsecretario general adjunto del CDE del PRI, Emmanuel Ruiz Subiaur, quien es el más documentado investigador tabasqueño sobre los turbios negocios de Cabal y sus socios, la Corporación Empresarial Diamante se constituyó en 1997, cuando el exbanquero andaba prófugo de la justicia mexicana y se encontraba suspendido de su capacidad jurídica para efectuar actos de traslado de dominio, razón por la cual sus propiedades no podían ser enajenadas, ni adquiridas y, por tanto, la CED “sólo cometiendo algún delito” podría reputarse como propietaria de dichas fincas De acuerdo con el acta constitutiva de la empresa, en marzo de 1997 Cabal Peniche --entonces prófugo y sujeto a proceso por 17 juicios mercantiles, civiles, penales y fiscales-- traslada el dominio y la propiedad de las fincas San Carlos, San Luis, Santa Teresa, San Fernando, La Asunción, La Esmeralda y la Argentina a socios de la CED, negociación que queda constituida, según escritura pública, el 6 de marzo de 1997, pasada ante la fe del notario 107 del Distrito Federal, Maximiliano Ortiz Salinas “La validez de dicho traslado de propiedad es nula, ya que Carlos Cabal estaba prófugo en esa fecha y era él quien se reputaba como propietario de tales fincas”, recuerda Ruiz Subiaur Con esas fincas, la CED creó en Teapa, Tabasco, la plantación Diamante I, con superficie de 217 hectáreas, y en Pichucalco, Chiapas, tres más denominadas Diamante II, de 225 hectáreas; Diamante III, de 330 hectáreas, y Diamante IV, con superficie total de 450 hectáreas A partir de esa fecha, la CED inició “un proceso de saqueo, endeudamiento y actos fraudulentos contra todo proveedor o prestador de servicio que se dejara”, refiere Subiaur Su principal socio y promotor, afirma, fue Álvaro de Jesús Domínguez de la Huerta, “un personaje de turbia memoria, quien ha sido encarcelado en dos ocasiones por fraude, gran amigo y socio de Carlos Cabal desde 1984” Asegura que esta escuela de defraudación a gran escala que dejó Cabal, “no sólo estafó a bancos y empresas, sino que infiltró con dinero sucio a partidos políticos, no solo al PRI, también al PAN y al PRD; involucró a instituciones electorales, bancarias y financieras convirtiéndolas en lavadoras de capitales cuyo origen es ilícito”

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