Abascal, el ilusionista

lunes, 25 de agosto de 2003 · 01:00
México, D F, 22 de agosto (apro)- Ahora correspondió al secretario del Trabajo, Carlos Abascal, enfrentar el problema del desempleo a la manera como lo está haciendo el gobierno de Vicente Fox: pidiendo a los desocupados “no desesperarse” La semana pasada, el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond, inició la “ofensiva”: solicitó, a los que han perdido su empleo, que no tengan pena, porque eso “sucede en las mejores familias” Y si Canales Clariond dijo que los desempleados deben tener confianza en el gobierno, Abascal no podía ir en otra dirección: les comentó que la mejoría económica y la generación de fuentes de trabajo será un proceso gradual y no inmediato, pero llegará Así como van las cosas, con un creciente desempleo que se incrementa mes con mes y que, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), pasó de junio a julio de 317 a 352 por ciento, sólo falta que el gobierno anuncie formalmente un programa de ayuda sicológica para los desempleados, pues los lineamientos generales ya han sido adelantados Responsable de la política laboral, Abascal defendió al gobierno foxista al advertir que no puede “vender ilusiones a la gente” Sin embargo ¿como le llamará el funcionario a esos programas como Chambatel, Chambanet, Mi Chamba o las ferias de empleo? Famosos por invocar a fuerzas divinas para que lo ayuden a cumplir con su tarea, Abascal dijo textualmente: “Llámenos a Chambatel y Chambanet, ahí hay bolsas de trabajo importantes, no se desesperen, comprendemos plenamente su estado de ánimo, por supuesto que es importantísimo que ayudemos a vincular a los que buscan un trabajo con los que ofrecen” Luego sorprendió con una noticia importante: “Hay oportunidades, hay que buscarlas, búsquenlas en los espacios de la Secretaría del Trabajo, y busquen los programas de autoempleo en la Secretaría de Economía” Aunque reconoció que el panorama del empleo no es satisfactorio, el gobierno, aseguró, trabaja para mejorarlo Efectivamente, ya tiene casi listo el modelo de autoayuda que combina lo moral con lo psicológico y que, aplicado a casos de la vida real, podríamos, en un futuro no muy lejano, registrar casos del desempleado ideal Este obrero que ha sido despedido, luego de laborar hasta 20 años, llegará a su casa y le dirá a su familia: ‘vieja, ya me despidieron, ¿por qué no hacemos una fiesta? Al cabo que eso no nos debe dar vergüenza Además, qué crees, no tenemos que desesperarnos porque el gobierno ya está trabajando para resolver el problema’ Entonces, probablemente, la esposa le contestará: ‘pero ¿cómo vamos a pagar la escuela?, ¿con qué vamos a comer? ¿y la renta?’ El desempleado le va poder revirar: ‘no te preocupes, vamos a poner un puesto de tacos o de elotes, y si vendemos los elotes en sus diferentes variedades, con crema o desgranados, vamos a obtener más ganancias Pero no hay que desesperarse –remachará--, la situación se va a componer, tardará pero se va a componer’ Ese es, posiblemente, el modelo del desempleado ideal al que aspira el gobierno para, de esa forma, enfrentar el creciente problema de la falta de trabajos al que, tristemente, no tiene una solución de fondo

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