Demanda Álvarez Icaza la ciudadanización de los ombudsman públicos

viernes, 29 de agosto de 2003 · 01:00
* Se busca convertirlos en verdaderas defensorías del pueblo, acota la CDHDF México, D F, 28 de agosto (apro)- El ombudsman capitalino, Emilio Álvarez Icaza, se pronunció por la ciudadanización de los organismos públicos de derechos humanos, para convertirlos en verdaderas defensorías del pueblo “Lo que tenemos que hacer –planteó-- es convertir a esos organismos en defensorías del pueblo y que sean instituciones para la rendición de cuentas, no para el ajuste de cuentas; de ahí la necesidad de que la ciudadanía se apropie de esos instrumentos” En ese sentido, expuso que lo que se ha alcanzado en materia electoral dista mucho de lo que se ha logrado en los organismos de derechos humanos Y abundó: “En una gran cantidad en los estados, las comisiones siguen dependiendo de los gobernadores, no sólo de su designación, sino de su presupuesto; muchos de sus consejeros son designados por el gobernador y así, la autonomía sigue siendo un sueño, todavía, para muchos de los organismos estatales” El presidente de la CDHDF hizo un recuento de la evolución del movimiento de derechos humanos en el país desde los sesenta hasta la actualidad, y recordó que en los noventa se crearon los ombudsman públicos: la Comisión Nacional y los 32 organismos de las entidades, “creados por el poder para proteger el poder” Álvarez Icaza reconoció que si bien ya no estamos en el escenario de la represión salvaje, hay señales preocupantes, como el asesinato de una defensora de derechos humanos, ocurrido recientemente en Puebla, y dijo que los casos no resueltos generan este mensaje de impunidad que, a veces, es más peligroso Puso como ejemplo que en la Ciudad de México el tema sustantivo en materia de seguridad es la impunidad: de cien delitos que se denuncian, según distintos estudios, sólo cuatro o cinco son sancionados Esto genera un fenómeno de doble injusticia: el delito y la no justicia, fenómeno en el que la factura la paga Derechos Humanos, al difundirse el mensaje de que se protege a delincuentes Indicó que el movimiento de derechos humanos ha transitado de la sobrevivencia, la urgencia, la protesta y la participación en la política pública, al desafío actual de pasar a la propuesta y al diseño de una política de Estado Los derechos humanos, señaló, son considerados como indicadores de gobernabilidad y de gestión de gobierno, no sólo en la comunidad nacional, sino en la internacional, y el caso de las muertas de Juárez es el mejor ejemplo Después de diez años se discute por qué el problema creció Es una punta del iceberg que refleja fallas estructurales Explicó que los desafíos que enfrentan los gobiernos a futuro, son la revisión del pasado —porque toda alternancia, toda transición, tiene que dar cuenta de su pasado— y el peso de la herencia Los gobiernos deben hacerse cargo de la estructura que se heredó: es la misma policía preventiva, la misma Policía Judicial, los mismos reclusorios “No podemos aceptar la hipótesis de que por decreto se diga que no hay tortura o que se acabó con las violaciones de derechos humanos, cuando tenemos prácticas como el abuso cotidiano de policías judiciales y de integrantes de Seguridad Pública El código de relación de la ciudadanía con las autoridades de seguridad es de desconfianza”, puntualizó el presidente de la CDHDF Las violaciones de derechos humanos se van a dar siempre, el problema es cómo se enfrentan, cómo se castigan, cómo se sancionan o cómo se niegan, cómo se dejan impunes o se rechazan, ahí estriba la diferencia entre los gobiernos democráticos: los que sancionan las violaciones de derechos humanos o los que las minimizan, subrayó

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