"Levantones" y desaparecidos: la guerra del narco en Tamaulipas

lunes, 15 de septiembre de 2003 · 01:00
Nuevo Laredo, Tamps , 15 de septiembre (apro)- Con tan sólo 13 años de edad, José Andrés Olivo Martínez está desaparecido desde el pasado 30 de julio, cuando un comando de sicarios llegó a su domicilio en esta ciudad y se lo llevó junto con otras tres personas Sus familiares iniciaron una campaña de distribución de volantes y envío de correos electrónicos con la fotografía del menor para pedir información que los ayude a dar con su paradero La mañana del 30 de julio, muy temprano, cuando aún dormían, un comando de hombres con uniformes camuflados llegó a su domicilio en la colonia Los Encinos de esta ciudad y con violencia sacaron a todos los hombres que estaban en ese momento en la casa, sin importar que Olivo Martínez fuera apenas un adolescente Al parecer el ajuste de cuentas iba dirigido a José Gámez García, de 62 años de edad, quien también fue llevado por los sicarios, junto con otro joven de 17 años, Ángel Moreno Gámez, y con Manuel Solorio Gámez, de 29 años de edad Desde entonces no se sabe nada de ellos El adolescente estaba en ese domicilio junto con su madre, quien está casada en segundas nupcias con el vendedor de carros Solorio Gámez, padrastro del joven La abuela del niño, quien se negó a identificarse, envió cartas a los medios de comunicación para, en tono de súplica angustiada, pedir a los "encapuchados" que liberen al menor que nada tiene qué ver con los asuntos del narcotráfico "Señores encapuchados que andan levantando gente, y matando y torturando como si ustedes les dieran la vida --dice la abuela en un papel que entregó a los periódicos--, si ese es su trabajo y como quiera los van a matar, ¿por qué llevarlos al monte y enterrarlos donde quiera? "¿Por qué no los matan en su casa o trabajo de dónde los levantan?, ¿Por qué hacernos sufrir a sus familiares de esa manera? ¿Acaso no son ustedes padres o hijos, no nacieron del dolor de una madre? Les habla una abuela con el corazón destrozado por no saber de su nieto, un niño de 13 años, un niño que su único delito fue estar en el lugar equivocado", concluye el escrito Los levantaron por cambiar muebles Del mismo modo se manifestaron en exhortos públicos a los secuestradores los padres de los hermanos Alfredo Humberto y Héctor Manuel Trejo González, quienes, se asegura, estaban trabajando en el cambio de los muebles de una casa, que resultó ser de un supuesto narcotraficante Los hermanos fueron levantados la tarde del sábado 30 de agosto cuando trabajaban en una casa en la que los habían contratado para una mudanza Se cree que la intención del comando era sacarles información sobre las personas que realmente buscaban, pero desde entonces no se les ha vuelto a ver Muertos por "error" "Se equivocaron, fue un error", igual aseguran familiares y vecinos del mecánico Emilio Navarro de León, quien el pasado 31 de agosto fue ejecutado por un comando de hombres armados Aparentemente, fue su reacción de correr y tratar de escapar por una barda al ver que un grupo de hombres armados entraba a la casa de sus padres, lo que le costó la vida Los sicarios creyeron que era la persona que buscaran y le dispararon "Hasta en la tienda de la esquina debía", dicen los vecinos que coinciden en que Navarro era una persona que vivía modestamente de su trabajo de mecánico y que era imposible que estuviera vinculado con actividades del narcotráfico "Si se meten a su casa y le apuntan, ¿usted qué haría? Quieren hacernos creer que sí era narco, pero no es cierto, porque aquí en la cuadra sabíamos cómo era Emilio", comentó uno de los vecinos Nadie quiere dar nombres por temor, pero todos coinciden en que esta vez los pistoleros de la mafia se "equivocaron de hombre" y mataron a un humilde mecánico que tuvo como error haberse asustado; pero los sicarios ya han tenido otros "errores" en lo que va de este año, que ponen de manifiesto que la guerra no es sólo entre ellos El oficial de la Policía Preventiva Municipal, Cosme Carrillo Ramírez, fue ejecutado el 6 de febrero en el interior de un restaurante, justo el primer día que fue comisionado como pareja del comandante Jesús Hernández, alias "El Chaleco", a quien realmente querían matar los sicarios y únicamente lograron herirlo Al día siguiente, en una vendetta de la mafia, un comando ejecutó a un narcotraficante sin importarle que fuera acompañado por su familia El niño de 10 años Cristian Salazar recibió un disparo en la cabeza que, tras una larga agonía, le costó la vida El 1 de abril, el ingeniero José Luis Páez Guarneros, que tenía apenas meses de haber llegado a esta ciudad para participar en la construcción de una tienda, tuvo la mala fortuna de llegar a su oficina cuando un comando estaba levantando a un grupo de sicarios y como vieron que tomó su celular para advertir a sus compañeros de trabajo que no salieran, también se lo llevaron al creerlo parte de la banda Al día siguiente su cuerpo apareció apilado junto con el de narcotraficantes en la caja de una camioneta abandonada en una carretera de Anáhuac, Nuevo León El pasado 7 de julio, el comandante de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), Adolfo Ruiz Ibarra, fue asesinado igual por un comando armado, pero las balas también alcanzaron y dieron muerte a su hermano Edmundo, quien lo acompañaba en ese momento También en la cuenta está Lourdes Preciado Alba, quien se desempeñaba como policía administrativo, pero recibió un tiro en la cabeza cuando un grupo de hombres armados ejecutó a su esposo, el también policía preventivo, Ovidio Chávez Rodríguez

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