México, D F, 18 de septiembre- Seis meses después de que ordenó la invasión a Irak por albergar terroristas, tras encasillar a este país como parte del complot para realizar los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 atribuidos a la red terrorista Al Qaeda, el presidente de Estados Unidos, George W Bush, admitió que no existen vínculos entre el depuesto líder iraquí Saddam Hussein con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y al complejo del Pentágono en Washington Ante la prensa estadunidense, aceptó que su gobierno no tiene pruebas para acusar a Hussein de estar relacionado con los atentados del 11 de septiembre Sin embargo, el vicepresidente, Dick Cheney, consideró lo contrario “La base geográfica de los terroristas que nos han tenido bajo asalto durante muchos años, pero especialmente el 11 de septiembre” es Irak, dijo Cheney en días pasados Del mismo modo se pronunció la consejera de Seguridad Nacional, Condolezza Rice, quien aseguró que su país invadió Irak porque “representaba una amenaza en una región de donde surgió la amenaza del 11 de septiembre Declaraciones como éstas; el incremento del número de soldados muertos en Irak y que no se hayan encontrado armas de destrucción masiva en el país asiático, lo que motivo a Bush a ordenar la invasión, han mermado la popularidad del presidente estadunidense entre la población de Estados Unidos, y han incrementado las voces de rechazo a que se le entreguen los 87 mil millones de dólares que pidió para seguir la ocupación de territorio iraquí De acuerdo con una encuesta elaborada por la cadena CBS News, que se dio a conocer la noche del miércoles, el 66 por ciento de los encuestados desaprueba que se entreguen más recursos para seguir con la ocupación El sondeo indica que por estos planes la popularidad de Bush ha disminuido considerablemente, en relación con el nivel alcanzado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001