Vivir el horror

viernes, 19 de septiembre de 2003 · 01:00
A las 7 horas con veinte minutos se sacudió la tierra como nunca antes había yo sentido Me disponía a salir al centro de la ciudad para acudir a una cita cuando el sismo empezó Nunca sentí tanto miedo por mí ciudad, como en esos momentos Imaginé cuantiosos daños, muertos y heridos pero no los que por desgracia había Salí de los alrededores de la CU donde vivo hace 20 años y me dirigí a la Calzada de Tlalpan Topé con los primeros edificios caídos Una escuela y dos hoteles en el crucero de Tlalpan y Miguel Angel de Quevedo Poco a poco tomé conciencia de que el sismo había sido el más grande la historia de México Radio Universidad y Radio Educación informaban en tanto que mi avance por la Calzada de Tlalpan se hacía más y más difícil hasta que fue imposible por el embotellamiento Como pude salí del atolladero y regresé a casa para presenciar por la TV oficial algunas de las macabras escenas que se han repetido hasta el cansancio en los últimos días Me fue imposible llegar a los sitios de derrumbe La radio y la TV informaron de los hechos más dramáticos: en Tlatelolco la caída del edificio Nuevo León y el daño grave a trece más; en el Multifamiliar Benito Juárez, el edificio C4 se desplomó; en el Hospital General, el Hospital de Gineco-Obstetricia y el edificio donde se alojan los residentes Las instalaciones de Televisa cayeron a tierra El edificio donde operaba Radio Fórmula también se derrumbó Todos los edificios estaban ocupados Los muertos debían ser miles, me dije Varios edificios del gobierno cayeron también y hoteles como Regis, Principado, Romano, Finisterre, Montreal, se destruyeron por completo, y el Hotel del Prado, el Montecarlo y muchos otros quedaron maltrechos También escuelas, condominios y cientos de pequeñas unidades habitacionales Varios edificios empleados para la producción de ropa se vinieron al suelo llenos de trabajadoras, en la Calzada de Tlalpan, San Antonio Abad, Fray Servando y calles vecinas La Torre de Pino Suárez en la estación del Metro, edificios de la Procuraduría del Distrito, de las secretarías de Comercio, de Marina, de Comunicaciones y Transportes, de Hacienda y Crédito Público y de la Reforma Agraria, entre otros se reportaron caídos o dañados seriamente La lista se volvía interminable Al momento de escribir estas notas se reportan más de 1,300 edificios dañados Serán más Las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A Madero, Benito Juárez, Venustiano Carranza y una pequeña parte de Coyoacán resultaron las más dañadas No se sabe cuántos miles de muertos y heridos habrá Los informes contradictorios se sucedieron hora tras hora El 20 de septiembre la Cámara de Diputados nombró una Comisión Especial Pluripartidista (CEP) para investigar los alcances de la tragedia y proponer acciones Esta Comisión —se dijo— sería la única autorizada por la Cámara para investigar y ajustaría todos sus actos al Plan DN III-E del cual la CEP sólo pudo saber que se trata de un plan que —se dice, en el informe de la Comisión Especial Pluripartidista a la Asamblea— "encuentra su fundamento en la Ley Orgánica del Ejército y la Armada y entra en operación por disposición directa del Presidente de la República para cualquier operación de rescate, y en la Ley General de Población en cuanto es necesaria la participación de la Secretaría de Gobernación para coordinar tareas de emergencia" El Presidente de la República —se dice en el informe— se encuentra al mando de la operación, pero nombró sus representantes a dos funcionarios, el jefe del Departamento del Distrito Federal en todo lo relacionado con la capital de la República y el secretario de Gobernación en todo lo referente a la provincia Unos miembros de la CEP acudieron con el secretario de la Defensa para saber que no se puede saber nada del DN III-E y otros fueron con el secretario de Gobernación para enterarse de que no se ha decretado estado de emergencia y que "el ejército ha cumplido estrictamente sus funciones dentro del marco legal, colaborando en funciones de seguridad bajo la coordinación de las autoridades civiles" En verdad, por los recorridos que hicimos en las zonas de desastre, se ha puesto al ejército a realizar tareas de policía, no de rescate A muy pocos soldados vimos trabajando y a muchos con las armas en la mano, vigilando, impidiendo el paso a todo mundo, incluso a los diputados que pretendíamos entrar sin custodia policiaca y en los primeros días, resultó evidente que se suprimieron las garantías individuales sin que se decretara el Estado de Emergencia Al respecto es necesario dejar constancia de que en circunstancias como las que vive la ciudad de México es necesario tomar medidas de emergencia y, como fue el caso, decretar por algún tiempo el Estado de Emergencia, pero constitucionalmente, no por decisión del jefe del Poder Ejecutivo No hay sin embargo, lo vimos con toda claridad en esta tragedia, conciencia entre los diputados de su calidad de representantes del pueblo y de poder independiente de la República Entre tanto, en la ciudad se rescataba con vida a casi 2,000 atrapados por los derrumbes, se sacaban miles de cadáveres de los escombros y se luchaba por sacar, preferentemente, a las víctimas que aún tenían vida Llegaron de Francia, Estados Unidos, Suiza, Italia, Colombia y otros países, técnicos expertos en el rescate de víctimas de terremotos más para lucirse en la TV que para rescatar sobrevivientes Los ingenieros civiles y militares que dirigen las maniobras de rescate —o que las dirigían hasta que llegaron estos técnicos extranjeros— se quejan amargamente de su incapacidad para rescatar víctimas, pues para detectar personas con vida exigen que se suspendan las maniobras de remoción de escombros y tardan 20, 30 y hasta 45 horas en consumar un rescate cuando hay miles de víctimas debajo Pedí a la CEP que se me diera algún salvoconducto para poder visitar las zonas de desastre con libertad pues deseaba realizar una inspección ocular lo más exhaustiva posible Pude entonces, acompañado de Eduardo Valle, visitar algunos edificios derrumbados En San Antonio Abad había varios La mayor parte ocupados por empresas fabricantes de ropa para mujer Algunos voluntarios tiraban reatas y lazos para mover una trabe de varias toneladas de peso Me conmovieron con su esfuerzo que parecía inútil Había once niveles originalmente y ahora eran tres Nadie más trabajaba para remover escombros en ese lugar: en San Antonio Abad 150 Pronto se acercaron algunos de los voluntarios "Señor Heberto, me dijo una joven mujer, mi hermana está atrapada con vida en esas losas Un montañista subió y llegó hasta el cubo del elevador, cubierto por una pesada losa habló con las obreras atrapadas Son 35 aproximadamente Una de ellas habló por teléfono el mismo día del derrumbe Nadie ha querido trabajar aquí Hemos acudido a todos La prensa no publica nada Vinieron Televisa, Imevisión, varios reporteros, nadie publica nada Los edificios de compañías de confecciones no aparecen en las fotografías Irene es otra compañera de la empresa Amal, SA que operaba en el cuarto piso de ese inmueble Los dueños de estos edificios, son tres, cuando menos, en San Antonio Abad y hay más en Fray Servando y en las calles vecinas, otros más en la colonia Morelos, han pagado a los medios de difusión —nos dicen— para que no salgan noticias de los atrapados entre las losas" "Por favor, clama un joven, ayúdenos, haga que vengan máquinas, madre está ahí" Observo en el edificio vecino, también derrumbado, una grúa Y que suben camilleros Se acerca un joven con casco y uniforme de trabajo pesado Soy ingeniero consultor en estructuras, me dice Trabajo en Dirac y estoy aquí como voluntario por cuenta de esa empresa Pregunto por qué sólo trabaja en un edificio Esas órdenes he recibido de los responsables de la zona, me dice No sé más Hemos sacado sobrevivientes En estos momentos sale uno Y me lo señala Las lágrimas brotan de los ojos de la joven obrera Hago esfuerzos por no imitarla Y ofrecemos ayuda Les pedimos que nos hagan la lista de las atrapadas y que las lleven al Palacio Legislativo Desde la tribuna denunciaremos el caso Llegan compañeros de la CEP, Terrazas y Unzueta, del PSUM, Fernando Ulibarri, del PRI Acudirán a la delegación para que envíen grúas, plumas Ya nos los prometieron mucho, nos dicen los familiares de los sepultados Ahora sí vendrán Llegamos, al multifamiliar Juárez A la colonia Roma Todo es desolación, tragedia Los voluntarios trabajan como hormigas, estudiantes, empleados, obreros, jóvenes casi todos La noche cae pesada sobre la ciudad El olor a muerte comienza a invadir todo En las calles de Querétaro, Mérida, Monterrey, en Álvaro Obregón e Insurgentes hay otros edificios caídos, muchos, casi incontables Ahí hay instalaciones sanitarias Un joven médico del IMSS nos atiende, nos proporciona tapabocas No hay suficientes vacunas ¿Son necesarias? Pregunto Por supuesto, me dice Recuerdo que el subsecretario de Salubridad, Kumate o algo así, declaró a la radio que no sirven para nada, que la inmunidad que proporcionan comienza un mes después de aplicadas Para qué entonces la vacuna Un amigo médico me precisa No hay vacunas suficientes, por eso dicen que no hace falta Sí, pienso, pero entonces que se pongan de acuerdo para aconsejar una misma cosa En la colonia Morelos hay derrumbes de edificios de confección y de cientos y cientos de casas viejas, viejísimas, ocupadas por inquilinos que pagan renta congelada, olvidadas de toda conservación, como la mayoría de los edificios caídos, y también hay albergues Y hambre vieja, recrudecida con la tragedia Un hombre maduro, polvoso, musculoso me dice: "lo que llevo pues es todo lo que me quedó Ahí adentro están mi mujer y mis hijos" Le brillan los ojos de rabia y asoma el llanto "Ya nada tengo y los dueños de estas casas quieren recuperarlas No nos las van a quitar, señor Heberto", me dice mirándome a los ojos "Las vamos a pelear con todo lo que tengamos a mano Nunca hicieron nada para arreglarlas Estaban esperando que nos llevara la chingada como ahora Pero los que quedamos los vamos a mandar a ellos al carajo No iremos a albergues Nos quieren retirar de aquí para ocupar los terrenos ¡Ni madre que nos vamos!" Otros lloran Muchos más nos miran sin mirarnos Caminan como autómatas No hay agua, dice alguien por ahí No hay nada, me dice otro A Tlatelolco llegamos con un grupo de diputados de varios partidos, invitados por Eliseo Mendoza Berrueto (EMB) Algunos se quieren retratar y se acercan Nos quedamos atrás Queremos ver, oír, sentir En todo el recorrido es lo mismo Los diputados de la mayoría quieren aparecer en la noticia, visitando la zona del desastre A veces EMB me pide que pregunte a los ingenieros encargados de dirigir las maniobras de rescate Me reconocen porque la mayoría estudió en la UNAM, algunos conocen mis libros Me tratan con respeto Pero poco informan de las causas probables de los derrumbes Están en la tarea de rescate Dirigiendo las maniobras para rescatar el mayor número de vidas Conmueve el empeño de los jóvenes y de los voluntarios Algunos muestran el cansancio en sus caras Por ahí están los extranjeros Silencio Que nadie se mueva Paren las máquinas Y la expectación Falsa esperanza Nos dicen que por ahí está Oscar, sepultado vivo Se habla con él Tiene buen ánimo Se avanza en su rescate Pronto sabremos que Oscar salió con vida Los tlatelolcas están indignados Clamaron en vano porque se preparará el edificio Nuevo León Nos entregan un documento dirigido el arquitecto Enrique Ortiz Flores, director general de Fonhapo Ahí se culpa a Banobras, Fonhapo y AISA y relatan sus peripecias ante la Procuraduría General del Consumidor cuando el edificio Nuevo León se inclinó por el hundimiento de un metro y medio en un extremo Lograron que se prometiera dar mantenimiento a los pilotes de control que tenía instalados Se haría tal cosa a mediados de agosto Pero no se hizo La responsabilidad de las autoridades es, así, inocultable Pero en el Congreso, al leer Arnold Martínez Verdugo el documento de los tlatelolcas, se levantó la irritación de los priístas Y la declamación de un poema condenando a los que trataban de "llevar agua a su molino", según la autora Pero los hechos no se borran con palabras Están ahí Los tlatelolcas dicen que "por lo menos desde 1983 sabía Fonhapo de los problemas de cimentación en 42 edificios en la unidad, así como de su deterioro general por la falsa de un buen mantenimiento a cargo de AISA El día 11 de julio se hizo (entre otras) la siguiente demanda Elaboración de un dictamen estructural de cada edificio, realizado por empresas especializadas y avalado por el Fonhapo" Los tlatelolcas pedían un estudio general de las condiciones de sus viviendas Nada se hizo Murieron cientos, más de 1,000 tal vez La gira con Mendoza Berrueto siguió hasta la Plaza de la República Ahí, un operador de grúa, llorando, relataba cómo una anciana atrapada entre losas, con vida, compartía su comida con sus compañeros de dolor y les recomendaba que tuvieran calma La vio morir Y su llanto conmovió a muchos Al reconocerme, dijo a los diputados: "que el maestro les diga si tengo o no razón: este edificio —y señalaba el hotel golpeado por el edificio de Altos Hornos— está a punto de caer Corren peligro los bomberos, los trabajadores que levantan escombros del hotel Principado, porque al caer va a patear ¿Verdad maestro? me preguntó Asentí con el gesto "Hay que poner orden maestro", me pidió "Nadie coordina aquí nada" Nos retiramos sin poder hacer yo otra cosa que ofrecerle pedir coordinación Y pensé: ¿a quién? Llegamos hasta el multifamiliar Juárez y topamos con otra irresponsabilidad grande Los inquilinos tenían años de denunciar el mal estado del inmueble Por fin cayó, sepultando a cientos de personas Parte del edificio estaba encima de la calle que es la prolongación de Orizaba Sólo quedó un montón de escombros Losa sobre losa En ellas los vecinos han colocado sábanas Tienen algunas letras que no distingo Me acerco y leo en una; "Aquí yace la señora" Me estremezco ¿Eres Heberto, verdad?" Sí, le digo desde mi tapaboca, uno que obsequió el médico del IMSS en Álvaro Obregón e Insurgentes "Haz algo Heberto, van a dinamitar los escombros Ahí están nuestros muertos Ahí está mi madre Soy del PSUM Haz algo" Me acerco al responsable, que da informes a Mendoza Berrueto ¿Van a dinamitar? pregunto "Lo pensamos, maestro, pero trabajaremos un par de días más sin dinamita para esperar el dictamen técnico acerca de este otro edificio" Puede caer, le digo, si ustedes dinamitan "No lo haremos", responde La joven pesumista se retira un tanto tranquilizada En el Hospital Juárez hay ajetreo entre los responsables del rescate y los peritos extranjeros Un joven capitán argumenta ante un general Me acerco y escucho Un casco, el tapabocas y los anteojos oscuros me disfrazan Hay doce losas derrumbadas, hay más de 1,000 atrapados El rescate debe preferir salvar mucho, levantando losas, haciendo túneles —los mineros de Pachuca actúan ya, los veo trabajar, ejemplarmente— y no sólo usar la técnica sofisticada de los extranjeros —franceses y estadunidenses— que buscan rescatar individualidades El joven técnico, ingeniero, advierte a su superior, el jefe de la primera zona militar, general de brigada diplomado de Estado Mayor, Víctor Manuel Ruiz Pérez, que para sacar a un bebé tardarán más de 40 horas y que en ese lapso los técnicos exigen silencio absoluto, con máquinas paradas Hay 1,000 sepultados aquí, argumenta El general ordena: "calma, calma" "Tómelo con calma", le dice otra vez No podemos molestar más a los amigos de fuera" Me entero que el joven oficial, ingeniero, responsable de los trabajos de rescate, se había enfrentado ya con los técnicos extranjeros y éstos lo habían condenado ante sus cámaras de TV Los técnicos foráneos mientras trabajan —dizque en silencio total— pueden, sin embargo, conceder entrevistas a las agencias noticiosas extranjeras Los técnicos dijeron, para rescatar a una persona tras de 40 horas de labor, que ya no había sobrevivientes el día 21 El 23 se han ido ya El 25 se rescata, con los métodos nacionales, con mineros y soldados, a tres bebés y dos mujeres La técnica sofisticada no funciona Me toca oír a un técnico de Reino Aventura pedir a los que sacan de los escombros a uno de los bebés, que no miren a las cámaras al salir, "que vean paternalmente a la criatura" En el Hospital General vemos casi sacar a un bebé de ocho días de nacido En apariencia sano Los franceses son los héroes La TV los entrevista ante nuestros ojos Los responsables del rescate en todas las zonas de desastre aceptan que hay descoordinación El ejército no funciona como tal Los ingenieros enviados por los delegados, tampoco Los voluntarios de las empresas constructoras, menos Hay equipo extranjero aún en el aeropuerto Dos helicópteros ingleses, nos dice un exalumno de la Escuela Militar de Ingenieros, no han llegado El equipo de construcción del ejército, que desfiló el 16 de septiembre, brilla por su ausencia ¿Dónde está? ¿Qué hace? Los servicios médicos no están mejor Los médicos dirigentes de los hospitales caídos están presentes, pero sin mando Donde quiera que fuimos pedían coordinación, respeto a sus indicaciones Algunos militares son muy déspotas, señalaron muchos La tropa es trabajadora, abnegada, nos decían los más Pero no los ponen a trabajar sino a vigilar Usan la metralleta en vez del pico y la pala Vigilan en vez de salvar Hay pillaje Se le castiga Pero vemos cómo los dueños de los inmuebles caídos sacan sus máquinas, de coser sobre todo, y sus mercancías, custodiados por las autoridades, en tanto que debajo de los escombros gimen personas sin auxilio alguno En la tribuna señalo las deficiencias El tráfico de influencias Los dueños han podido sacar sus mercancías, sus equipos Y lo más grave, han podido aplazar demoliciones que podrían salvar vidas, pero aplastar bienes materiales Los diputados del PRI han condenado la crítica porque, dicen, aprovecha la tragedia para ganar adeptos No es hora de subir a la tribuna a defender fracciones ni disimular errores Ciertamente es hora de sumar fuerzas, de aprender la lección del pueblo trabajador que en la zona de desastre lucha con las uñas para salvar a los sepultados vivos, por rescatar los cuerpos de sus hermanos de clase Aflora la lucha de clases Es urgente preparar técnicos en el rescate El terremoto ha evidenciado que no estamos preparados No pueden seguir siendo imprevisibles situaciones de emergencia como la que vivimos Hay que hacer previsible lo imprevisible, afirmamos Hay que atender el abasto de productos básicos con eficiencia Los alimentos que a muchos hacen falta se descomponen amontonados en lugares donde no los necesitan Y las medicinas se reciben sin orden ni concierto Y las mantas y la ropa Los centros de educación superior debe preparar técnicos para el rescate, hábiles en el manejo de equipo de rastreos La policía debe aprender a rescatar Son necesarios cursos de capacitación para servir a la población, no para reprimirla Sabemos, por boca del jefe del DDF, que la ciudad cuenta con 1,000 bomberos, para más de diez millones de habitantes en una ciudad construida en una de las zonas sísmicas más características del mundo Una reforma urbana se impone Las casas que cayeron y que habitaban trabajadores y empleados pagando renta congelada, no deben ser entregadas, como escombros, a sus dueños para que estos recuperen los terrenos tantos años esperados Deben ser expropiadas en beneficio de los inquilinos damnificados Debemos aspirar al ideal de que cada quien posea un techo digno, la casa debe ser del que la habita, decimos Los diputados del PRI asienten, lo advierto desde la tribuna En el PAN, algunos menean la cabeza rechazando la propuesta La ciudad tiene zonas que no deben ser construídas con edificios altos Debemos respetar el mandato de la naturaleza en esos lugares Siempre que se insiste en construir edificios altos, son destruidos por terremotos Sólo las obras maestras de nuestra ingeniería se conservan en pie en esos lugares Pero hacen falta edificaciones modestas permanentes, para la ciudad, como las que se construyeron durante la Colonia y hasta principios de siglo Las zonas de derrumbe del centro parecen haber sido víctimas del terremoto y de las malas condiciones del subsuelo Hay que hacer zonas jardinadas ahí Promover la autoconstrucción de viviendas bajas para el pueblo trabajador Aprovechar el entusiasmo, la entrega del pueblo que hemos visto para formar brigadas de construcción Llamar a los estudiantes de ingeniería y arquitectura, a los miembros de los Colegios de Arquitectos y de Ingenieros a prestar su colaboración para organizar estos equipos Pedir a la iniciativa privada su colaboración económica en dinero, materiales Y a los damnificados su fuerza social salida a flor de tierra por el terremoto Saquemos provecho de nuestras amargas experiencias Es necesario un nuevo reglamento de construcción El terremoto rebasó todos los pronósticos que teníamos No sabemos como es nuestro subsuelo, aunque hay muchos estudios en la capital Es necesario conocer la trayectoria de los canales de la Gran Tenochtitlán Hay evidencias, dije, de que la onda sísmica chocaba con lomeríos subterráneos y orientaba las fuerzas sísmicas por los espacios entre lomeríos Hay edificios muy parecidos, a veces gemelos, con daños muy diversos, hechos por las mismas personas, al mismo tiempo Es posible contar con un plano del subsuelo de la ciudad que precise las características del sismo y que nos permita señalar zonas que no deben ser construidas Rechazamos, desde la tribuna, el infundio de que la ciudad de México está mal construída y que sus normas de construcción no son las más adelantadas Lo son La ingeniería sistemática y estructural de México es de las más adelantadas Tenemos tradición de constructores, no reciente, desde hace más de 1,000 años Los aztecas, los mayas, los zapotecas dejaron constancia de su gran capacidad constructora Y, desde entonces, de construcción antisísmica, como se puede ver en Montealbán Cierto que hubo y hay edificaciones deficientes, pero la mayor parte de los daños se debió al sismo Hay corrupción, abandono, sí, pero lo fundamental fue la magnitud y la intensidad del sismo, el más alto en la historia de México Hay que exigir responsabilidades Los casos de Tlatelolco y del Multifamiliar Juárez son ejemplares en cuanto a la desidia y el abandono de las autoridades respectivas Pero hay que prever, hacer previsible lo imprevisible No debemos correr más riesgos Hay personal suficiente para hacer esos estudios, con calma, en los próximos meses Los peritos responsables del Distrito Federal responden por las estructuras construídas en la capital, son técnicos egresados de nuestras escuelas y facultades de Ingeniería y Arquitectura A ellos habrá que llamarlos a dictaminar Y a los miembros de los Colegios de Ingenieros y Arquitectos Los tlatelolcas y los damnificados pobres de otros edificios que acudieron a la Cámara, las obreras cuyos hermanos de clase estaban abandonados en los escombros mientras los propietarios sacaban sus pertenencias, protestaron ruidosamente cuando algunos diputados del PRI afirmaron que no habían irregularidades Y todos los diputados de la oposición condenamos a quienes ven en toda crítica la mala fe, la insidia Era, es, la hora de aprender la lección de solidaridad de nuestro pueblo que hoy, como en todas las ocasiones en que la tragedia nos golpea, ha demostrado que no es el objeto de manipulación de los gobiernos de los últimos 40 años, sino el sujeto de su historia En la Cámara de Diputados se discutió por horas y horas Fuera, en las calles, el pueblo trabajaba para salvar vidas y bienes Proceso no 465 (28/sep/1985)

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