Los viejos tiempos

jueves, 4 de septiembre de 2003 · 01:00
México, D F, 3 de septiembre (apro)- Como en 1995, cuando se aprobó el Fobaproa para rescatar a los bancos privados de la bancarrota, hoy nuevamente PRI y PAN vuelven a asociarse con la pretensión de privatizar el sector energético –Pemex y CFE para ser más precisos--, bajo el pretexto de darle al país seguridad de abasto y mayores ingresos para el gasto social El plan ya está hecho y sólo falta la aprobación del Poder Legislativo, lo cual está por verse Desde julio, una vez ganadas las elecciones y la coordinación de la fracción en la Cámara de Diputados, la maestra Elba Esther Gordillo organizó reuniones privadas, e incluso comidas en su casa de Polanco, a las que asistieron empresarios y políticos como el líder del PAN en San Lázaro, Francisco Barrio, para acordar sobre las reformas pendientes Así, más allá de compartir el pan y el vino, priistas y panistas trazaron una estrategia en la cual se tienen contemplados los pasos a seguir para conseguir el voto mayoritario en la aprobación de la reforma energética y hacendaria, principalmente, que tanto interesan al gobierno de Vicente Fox Como en los viejos tiempos, quizá desde 1988 cuando el PAN dio su anuencia para calificar la victoria de Carlos Salinas de Gortari, panistas y priistas vuelven a entrelazar sus intereses y proyectos, pero con consecuencias sociales que sólo los mexicanos habremos de pagar El pacto entre los dos partidos más fuertes del país tiene como finalidad permitir, en el caso energético, que la iniciativa privada nacional y extranjera tenga libre acceso en la generación de petróleo, electricidad y gas; mientras en el caso de la reforma hacendaria, contar con mayores recursos públicos a través de la aplicación del IVA en alimentos, medicinas, colegiaturas y otros gastos populares, o vía la elevación de impuestos diversos En ambos casos, los principales beneficiados son los empresarios y no la sociedad, pues para el caso energético los contratos de concesión permitirán a las grandes trasnacionales acceder no sólo a la exploración sino a la explotación, es decir, al dominio de dos de los elementos más cotizados en el mundo: petróleo y agua El control de estos dos productos no sólo garantizará mayores ingresos económicos, sino también poder político y estratégico sin límites fronterizos Esto podría parecer una mera especulación atemorizante, pero el caso en Argentina, donde el Estado está supeditado a los concesionarios de la energía eléctrica, podría ser un ejemplo digno de tomarse, como también lo fue en Chile en la época de Allende, cuando la trasnacional de comunicaciones AT&T propició, junto con el gobierno estadunidense, la caída del gobierno socialista porque así convenía a sus intereses La modernización del sector energético nacional es evidente y de hecho ya se viene dando desde los gobiernos salinista y zedillista, con la apertura a la iniciativa privada en la cogeneración de la luz, así como en la exploración y refinación del petróleo El problema es que se quiere ceder el control de todo el sector a las manos privadas nacionales y extranjeras de un sector que constitucionalmente es considerado parte de la soberanía nacional Ahí está el punto nodal del asunto, saber si gobierno y sociedad nacional estamos preparados para manejar un asunto que rebasa las fronteras y que está inmerso en la lucha mundial por los energéticos, la cual ya ha provocado invasiones como la de Irak, por parte de Estados Unidos México no está a salvo de estas tentaciones y ya en las primeras décadas del siglo XX se han registrado planes de invasión norteamericana, como bien se tiene documentado en el Archivo Histórico de Plutarco Elías Calles, donde se tienen copias y originales de dichos planes militares En el caso de la reforma hacendaria, el punto de discusión es que se sigue enfocando principalmente en la consecución de mayores recursos públicos a través del aumento de impuestos o de la aplicación de éstos en artículos de primera necesidad La necesidad del Estado-gobierno, de contar con mayores recursos para el gasto social, tiene como una de las principales causas el enorme desembolso que ha tenido que hacer para el Fobaproa, que no es otra cosa que el sacrificio de los recursos públicos al rescate de los banqueros afectados por la crisis económica de 1995 Visto así, la aprobación de la reforma hacendaria únicamente afectaría a la población y no a los empresarios o banqueros, que mantendrían el privilegio de la protección estatal a sus intereses financieros El plan del gobierno foxista se reduciría simplemente a sostener un esquema de distribución de responsabilidades inequitativo, puesto que la mayor carga de sacrificio estaría nuevamente en la población --y no en la clase inversionista--, que sigue manteniendo el subsidio del Fobaproa a pesar que la banca privada ya recuperó lo perdido, pues tan sólo con el negocio de las Afores ha tenido ganancias por cerca de 341 mil millones de pesos en los últimos cinco años, según cifras de la propia Consar Este es el proyecto que nuevamente defienden PRI y PAN aliados en la Cámara de Diputados, y que en los próximos meses habrán de dar mucho que hablar, porque la discusión de fondo tendrá que ver con el choque de dos visiones opuestas: si modernización significa para estos dos partidos mayor sacrificio social y mayores ganancias para los empresarios e inversionistas nacionales y extranjeros, o el que se pueda mejorar el sector energético y financiero del país sin llegar a tales sacrificios sociales Comentarios jgolmos@procesocommx

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