El video mata al periodismo

viernes, 22 de octubre de 2004 · 01:00
México, D F, 21 de octubre (apro)- Ahora resulta que hay videos buenos y videos malos Son buenos los que se filtran y malos los que se hacen del conocimiento público de manera abierta Siendo repugnantes los dos, usados para afectar políticamente al adversario, es preciso considerar sus efectos negativos en la sociedad y, en particular, en el periodismo A partir de los videos que exhibieron a Gustavo Ponce, secretario de Finanzas del Distrito Federal, apostado en un casino de Las Vegas, y luego el de René Bejarano, recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada, no hay prueba mayor para acreditar lo que sea que las cintas, ya sean de video o de audio, obtenidas legal o ilegalmente Políticamente, ante la sociedad, video y audio son pruebas plenas Jurídicamente, no valen nada, ni siquiera el esfuerzo de la autoridad para procurar esclarecer un presunto delito, como el que presentó públicamente la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, y que la Procuraduría General de la República tenía y evitó siquiera hacer un esfuerzo por saber qué contenía Claro que todos vimos a Bejarano en televisión embolsándose billetes y llevándose “hasta las ligas”, como se ‘histerizan’ los políticamente correctos, y claro que todos escuchamos a Ahumada advertirle a ese raterillo experredista de su vinculación con Carlos Salinas y Santiago Creel, quienes fueron exhibidos por su presunta colusión Pero el primero de esos videos es bueno, porque acredita la corrupción del PRD, que al paso del tiempo hemos sabido quién estuvo detrás de su filtración, y el segundo es malo porque fue el procurador Bernardo Bátiz quien lo hizo del conocimiento público, en una conferencia de prensa, y porque pretende golpear a Salinas, a Creel y a todo el gobierno de Vicente Fox Las grabaciones de diálogos entre la diputada local Alejandra Barrales y el subsecretario de Gobierno Martí Batres, obtenidas de manera ilegal, son buenas porque demuestran la “conspiración” de Andrés Manuel López Obrador en las “tomas” de la tribuna de la Cámara de Diputados, que puso en la discusión pública la reforma al artículo 122 constitucional Pero tal manifestación de legisladores perredistas sobre un asunto que afecta al Distrito Federal, que por lo demás ha sido practicada por todos los grupos parlamentarios en México, es igual que la consigna de Fox cuando se ordenó a los diputados panistas votar a favor del desafuero del jefe de Gobierno Claro, si en vez de difundirse por los canales habituales, la instrucción hubiera sido mediante un video filtrado, el escándalo hubiera sido mayor En el último de los casos, partidos políticos y autoridades que a ellos pertenecen se articulan para conseguir sus fines Esto es así en todo el mundo No nos extrañemos, porque el combate político en la democracia implica este tipo de métodos, repugnantes, sí, pero habituales, sobre todo cuando está en juego el poder nacional El problema no es siquiera la polarización de la ciudadanía --menos la lucha de clases y el riesgo de la propiedad privada que, erróneamente, invoca por ejemplo el panista Germán Martínez--, sino la ausencia de información plena Un video o un audio, filtrado a un medio, tiene un propósito determinado, pero darlo a conocer sin el debido contexto desvirtúa el trabajo informativo al que estamos obligados los periodistas El inobjetable valor informativo, por ejemplo, del video de Bejarano, desencadenó una escalada de este tipo de materiales, pero no ha habido mayor trabajo periodístico que las consabidas reacciones Por esto, también, han proliferado en los medios audiovisuales programas informativos cuya materia prima son, casi exclusivamente, entrevistas con los involucrados, de uno y otro bandos Algo que está bien, en tanto la entrevista es un género periodístico informativo, pero que representa un abandono total del género mayor, el reportaje que, por definición, implica investigación Y hoy en México lo que justamente hace falta es información, que suele ser a veces no tan espectacular como un video, así sea una anodina charla –obtenida además de manera ilegal-- entre Bejarano y su mujer, la diputada federal Dolores Padierna, a quienes no sólo se les vulnera su derecho inalienable a la intimidad, sino que informativamente no tiene ninguna sustancia Tan repugnante fue este acto de espionaje como el que padeció, en la campaña del 2000, el candidato Fox y su vocero, ahora esposa, Marta Sahagún, y como el que enfrentan muchos mexicanos de manera cotidiana de parte de organismos del Estado o de grupos políticos y criminales El registro de los acontecimientos cotidianos es la obligación del periodista, pero no es posible soslayar su deber de profundizar y deponer la comodina conducta de esperar a ser el elegido de una filtración espectacular La búsqueda del dato, y su debida verificación, es un trabajo que exige empeño y paciencia, cultivo de sus fuentes Los periodistas no podemos, desde una atalaya, sólo criticar a la clase política sin reparar en una valoración de nuestra propia actividad, contagiada por ese estado permanente de disputa en el que somos usados y en el que, desde los géneros periodísticos de opinión, tomamos partido cada vez de una manera más nítida En la difusión exclusiva de videos y audios no hay periodismo en sentido estricto, actividad que procura investigar y difundir asuntos de interés colectivo Y no porque hacer público el documento sea antiperiodístico, sino al contrario, porque un elemento fundamental de todo trabajo periodístico es la contextualización No ha sido el caso Al menos no en los escándalos de los videos buenos y los videos malos, igualmente repugnantes Y la que pierde, principalmente, es la sociedad que, si está mal informada, no cambiará el concepto aborrecible de quienes ejercemos esta profesión maravillosa Comentarios: delgado@procesocommx

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