Y en medio de nosotros, la tele como un dios

lunes, 22 de noviembre de 2004 · 01:00
* Libro de Adela Celorio donde el personaje es la TV México, D F, 22 de noviembre (apro)- Llama la atención que en una novela el personaje principal sea la televisión Adela Celorio es la autora de Y en medio de nosotros, la tele como un dios que la editorial Diana ha lanzado al mercado La autora le llama a su libro, de broma, telenovela, la cual cuenta la historia de Esposita, la protagonista, que se resiste a la llegada de la televisión, el aparato cautiva a su marido Querubín y a sus hijos, y a pesar de su resistencia también a ella Así, Celorio muestra la historia de la televisión en México Primero narra cómo era la vida de la gente antes de la pantalla chica y luego cómo cambio la vida este medio de comunicación Recuerda programas que han visto varias generaciones El relato llega hasta los años ochenta No está mal la novela porque se crítica cómo la televisión incide en la vida de la gente y pierde su identidad Escribe en el prólogo Elena Poniatowska que Celorio demuestra que la televisión “es más bien una manipuladora perversa de voluntades y de conciencias al servicio de las creencias También es una formadora de caracteres y de conductas” Celorio (quien colaboró en el periódico Unomasuno desde 1988 hasta el 2001 y ahora escribe en El Siglo de Torreón y el suplemento cultural Siglo Nuevo) recuerda cuando surgió la frecuencia XHTV Canal 4 en blanco y negro, “entonces era imposible suponer que con el tiempo la televisión llegaría a convertirse en la bola de cristal, desde donde hoy se contempla al mundo” Y añade: “Sin motivo la gente acabó por instalarla en la sala de su casa donde poco a poco fue conquistando territorios, primero se metió a la recámara, luego a la cocina y de ahí saltó al comedor, luego se vistió de colores y se salió a la calle, se apersonó en bares, hospitales, aeropuertos, en fin, y acabó por apersonarse definitivamente de nuestras vidas “Seductora y auditiva, hoy la televisión cuenta con 6 mil millones de mirones, habla y votamos según los modos que nos impone Y mucho antes de que nuestros niños estén en edad escolar, han recibido ya de la pantalla chica su primera educación Incondicional, el aparato está dispuesto en todo momento a complacer al señor de la casa con un apetitoso menú de noticias, deportes y delirantes secciones de sexo inimaginables fuera de la pantalla” En el libro, Esposita vive con gran frustración la pérdida de la compañía, de la conversación, incluso de las discusiones El marido está paralizado con la visión hipnótica del aparato Entre comerciales, la mujer nos cuenta la pena que siente ver a sus niños, sin juegos, ni risas, desinteresados por el mundo real porque sólo están ante la pantalla Según Adela Celorio, la novela surgió de su desesperación de ver que nadie participa ya en la vida real: “Todos estamos sentados frente a la televisión y nos ha desensibilizado, la vida se ha trivializado Mientras uno come los huevos del desayuno, ve cómo estallan las bombas en Irak o un temblor aplasta a 500 gentes, y luego nos tomamos el café, nos subimos al coche y nos vamos… No tenemos el tiempo ni la emoción suficiente para acompañar las cosas cómo se debe, todo tiene el mismo nivel y es una vida muy triste, lo único que quiero es llamar la atención a la gente de que de veras le apaguen al aparatito y se pongan a vivir” --¿Vivimos como nos enseña la televisión o la televisión imita nuestras vidas? --La televisión es una maravilla, es un aparato muy inteligente y lleno de sorpresas, tú encuentras lo que quieres, el problema son las dosis, esa adicción, es que nadie la puede apagar, todos la prendemos, pero nadie la quiere ni la puede apagar Ya no pensamos, ya no creamos, simplemente seguimos los patrones que la tele nos impone, todos nos vestimos igual, todos hablamos igual, hacemos las mismas cosas, la vida es bastante aburrida --¿Entonces es el más poderos de los narcóticos? --Definitivamente Cuántas horas estamos narcotizados diariamente Fui a Oaxaca y los muchachos de la universidad, donde me invitaron a platicar de la novela, hicimos las cuentas de cuantas horas vemos diarias: descansamos de hacer deporte, descansamos de trabajar, pero nunca descansamos de la tele Ella piensa por nosotros, ya no tenemos que decidir ni pensar nada, ya todo está ahí, y eso me está asustando porque tengo hijos y nietos, y quisiera que participarán de los riesgos de la vida real, para bien o para mal, porque para eso venimos --¿La novela termina hace 20 años, ya había telebasura? --No, todavía había un afán por hacer una programación buena, las telenovelas mexicanas han conquistado a los públicos de todo el mundo Nosotros los receptores somos responsables de lo que nos mandan, si no somos capaces de exigir, qué pena, y lo peor es que entre más baja la calidad, más audiencia tiene, es un fenómeno curioso Hará una serie de 13 capítulos sobre Y en medio de nosotros, la tele como un diospara TV Azteca

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