Noche de muertos en Michoacán (Segunda y última parte)
* El romance imposible de Mintzita Corazón y el príncipe Itzihuapa
Pátzcuaro, Mich , 2 de noviembre (apro)- La tradición de Día de Muertos en Jarácuaro se mantiene viva La isla, de la que se tiene conocimiento que estuvo poblada desde tiempo muy antiguo y que hizo una gran resistencia a los conquistadores chichimecas, ha conservado sus tradiciones dentro de una atmósfera de gran pureza Acudir a su ceremonia de velación constituye una gran aventura, que reta vivamente la imaginación de las personas con sensibilidad
Se inicia la ceremonia con la colocación de grandes arcos, uno por cada barrio de la isla, que se sitúan en el atrio de la iglesia La ornamentación de los arcos está hecha con flores, huinumo y otras plantas, acompañadas de objetos de uso común; es un dechado de imaginación y gracia
Después, en la pequeña plaza del poblado, se dan cita todos los conjuntos de danzantes que en ella hay y, por turno, van mostrando sus habilidades y virtuosismo, pues Jarácuaro, hay que decirlo, se distingue entre los demás pueblos de esta región por el gusto que sus habitantes tienen por la danza, el canto y sus extraordinarios flautistas
Por ellos, Jarácuaro cuenta con notables compositores y coreógrafos, cuya fama ha trascendido los límites del estado y de la patria, y que en esta Noche de Muertos se dan cita para competir en una leal e interesante justa
Mientras este espectáculo transcurre en la plaza, en los hogares se preparan ofrendas que las mujeres llevarán al panteón, cuando sobre el encantador lago empiezan a verse los primeros reflejos del amanecer
Ya el sol alto, las ofrendas son retiradas de las tumbas de los muertos, para ser llevadas al templo, en donde se entonan los "alabados"
Por la tarde de este día, en el atrio de la iglesia, las ofrendas son repartidas, y de allí los fieles parten al panteón, a la ceremonia de la bendición de los sepulcros
Al terminar todo aquel rito, los habitantes regresan a sus hogares y, a la blanca isla de Jarácuaro, penetra la quietud de la noche
Ihuatzio
Este es el centro ceremonial más antiguo de la región lacustre y fue una de las grandes ciudades de los purépechas Se ubica en la ribera misma del lago a 12 kilómetros por la carretera Pátzcuaro-Quiroga, separada por un pequeño tramo de terracería
De la prehispánica población, quedan algunos vestigios de lo que fue el centro ceremonial Se trata de una plataforma cuadrangular sobre la cual se emplazan tres yácatas; esta plataforma se liga con otra situada al norte en la que se encuentran los edificios rectangulares escalonados
Del área de Ihuatzio han salido muchos de los objetos arqueológicos que pueden ser admirados en los museos: Michoacano y del estado, en Morelia y en el Nacional de Antropología e Historia, en la Ciudad de México, entre otros
En Ihuatzio como en Tzintzuntzan, se trabaja la artesanía de paja, cuyas piezas son por sí mismas la más acabada expresión de la exquisita sensibilidad de sus habitantes
La ceremonia de velación a los muertos se desarrolla de manera muy semejante a como se celebra en los otros pueblos ribereños, pero ella tiene un toque de mayor ingenuidad, de mayor pureza y colorido, como si la contaminación del choque cultural de nuestro tiempo fuera mucho menor, atenuada
Tzurumútaro
Esta población silenciosa, tranquila, a pocos kilómetros de Pátzcuaro, en donde sus habitantes, activos trabajadores del campo, celebran la noche de muertos a semejanza de las otras poblaciones de la ribera lacustre
Empero, su actividad económica fundamental se refleja en los adornos y ofrendas que se colocan en las tumbas de sus deudos: calabazas, plantas de maíz, flores de la estación, combinadas con multitud de velas y veladoras que forman un haz luminoso en el panteón
En las casas y en el pequeño Museo Agrarista colocan altares con ofrendas florales y alimentos dedicados al general Lázaro Cárdenas, por quien guardan tierna memoria
Origen
De acuerdo con los historiadores, como Eduardo Ruiz y el barón de Humboldt, entre otros, antes de la ocupación española de estas tierras la región lacustre estaba habitada por un importante grupo étnico y lingüístico muy diferente a los habitantes de Mesoamérica En lengua mexica eran llamados "michoaques", y a la tierra por ellos poblada, "Michoacán", lugar de lagos
Al llegar los europeos, los habitantes de Michoacán fueron llamados por aquéllos purépechas, nombre que se ha continuado hasta nuestros días
Tras una serie de constantes conquistas, dominaron todo el territorio michoacano y sostuvieron guerras con los vecinos, aun con los bravos aztecas a quienes siempre lograron rechazar
Al conquistar Hernán Cortés la Ciudad de México-Tenochtitlan, los señores de Michoacán decidieron rendirse en paz ante el capitán español, lo que benefició a los michoacanos, pues de ello resultó que el trato fuera diferente al que estaban recibiendo de los aztecas
Empero, Nuño de Guzmán, presidente de la Primera Audiencia, sin tomar en cuenta la actitud pacífica de los purépechas, emprendió contra ellos una guerra cruel y despiadada, despoblando los populosos lugares habitados que tenía el reino purépecha
La Segunda Audiencia envió al oidor Vasco de Quiroga, quien con persuasión y auxilio de los evangelizadores franciscanos, logró pacificar a los atemorizados purepéchas y, más tarde, al ser nombrado obispo, el primero de esta diócesis, emprendió a fondo la conquista espiritual de la región, combatiendo a la vez los frecuentes abusos de los encomenderos españoles y de otros colonizadores
De esta conquista espiritual resultó un rico sincretismo religioso, siendo una de sus muestras la famosa ceremonia de la Noche de Muertos, en donde el concepto indígena de la muerte juega parejamente con las ideas cristianas del más allá
La fiesta
El ambiente de Janitzio y de los demás poblados en la víspera del Día de Muertos es de gran fiesta, hasta que empieza el lúgubre tañer de las campanas; al conjuro mágico de los sonoros bronces, las almas de ultratumba se presentan y los vivos se congregan ante los despojos mortales de los desaparecidos
Negras siluetas van apareciendo por doquier Llenas de amor, van llegando almas piadosas con las ofrendas, cortan flores, llevan dulces, consagran alimentos: panes, frutos, etcétera Con ellas se erige un altar sobre la tumba, y los vivos se sientan resignados y llorosos a contemplar las llamas de los cirios y a hacer oraciones por sus muertos
A intervalos se arrodillan ante la cruz que indefectiblemente preside el rito, y quedan pensativos como evocando a los difuntos y añorando su presencia
Janitzio es una de las bellas islas del lago de Pátzcuaro Impresiona por la forma y belleza de sus construcciones, donde sobresalen las blancas paredes con techos de teja roja, diseminadas en forma disímbola por la isla
Tiene además un nombre y celebridad debidamente conquistados por la Noche de Muertos: del día 1 al 2 de noviembre, y aunque las celebraciones son las mismas en toda la región lacustre, se le han otorgado a esta isla por antonomasia
Y refieren que en esta noche, surge la sombra de Mintzita Corazón, hija del rey Tzintzicha; y la de Itzihuapa, hijo de Taré y príncipe heredero de Janitzio Locamente enamorados, no pudieron desposarse por la inesperada llegada de los conquistadores
Preso ya el rey padre de Mintzita por Nuño de Guzmán, quiso la princesa rescatarlo ofreciéndole el tesoro fabuloso que se encontraba bajo las aguas, entre Janitzio y Pacanda Y cuando el esforzado Itzihuapa se apresaba a extraerlo, se vio atrapado por veinte sombras de los remeros, que lo escondieron bajo las aguas y que fueron sumergidos con él
Itzahuapa quedó convertido en el vigésimo primer guardián de tan fantástica riqueza Pero en la noche de muertos despiertan todos los guardianes del tesoro, al lúgubre tañer de los bronces de Janitzio, y suben la empinada cuesta de la isla
Los dos príncipes, Mintzita e Itzihuapa se dirigen al panteón para recibir la ofrenda de los vivos a las luces plateadas de la luna Los dos se musitan palabras cariñosas y, a las llamas inciertas de los cirios, se ocultan de las miradas indiscretas
En Janitzio las flores son inspiración y gozo que se cantan en las pirekuas, como Tzitziki Canela (Flor de canela) Tzitziki Changunga (Flor de Changunga) Son cantos en los que se compara a la mujer con las flores, por su delicadeza, finura y exquisitez
Nadie interrumpe sus coloquios amorosos Mientras tanto, las estrellas fulguran interesantemente en las aventuras, las campanas tocan desesperadamente y el lago gime como una alma en pena en sus intricadas calles asoman balcones y soportes de viejas maderas, sobre las que cuelgan redes
Aproximadamente a la mitad de su ascenso, se encuentra su iglesia pintoresca como todo en el pueblo, en cuya parte posterior se encuentra el cementerio, en donde se realiza la singular e impresionante Animecha Kejtzitakua Toda la vida de la isla vibra en torno a esa ceremonia; en ella hay un ambiente de tristeza y de alegría discreta
Hacia la medianoche del 1 de noviembre, las mujeres y los niños se desplazan con solemnidad, localizan los lugares de reposo de sus seres queridos, ponen hermosas servilletas bordadas sobre las tumbas y depositan ahí los manjares que en vida fueron del agrado de sus distintos difuntos Colocan ofrendas florales enmarcadas por las luces de numerosas velas, y así transcurre la noche, entre alabanzas, rezos y cantos de las mujeres y niños, mientras los hombres, de lejos, en las afueras del cementerio, observan atentos todo lo que sucede en el interior del panteón
Una campana colocada en el arco de la entrada del panteón suena discretamente toda la noche, llamando a las ánimas a que se presenten a la gran ceremonia En toda la isla hacen eco los cantos purépechas de dulce y musical cadencia, que imploran el descanso de las almas de los ausentes y la felicidad de los que quedan en la tierra
Participar en esta fiesta es cumplir con un deber sagrado para con los muertos, que hacen honor a quienes lo practican
Se recomienda la visita a las ofrendas que se colocan en los panteones; se lleva a cabo un concierto en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud de Pátzcuaro, y es aconsejable asistir a la obra de teatro “Don Juan Tenorio”, que se realiza en la capilla abierta del Exconvento Franciscano de Tzintzuntzan
No se debe llevar ni consumir bebidas alcohólicas en los lugares de la celebración, ya que ello demerita la ceremonia; para evitarlo, existe la vigilancia necesaria
El clima de lo zona es frío, lleve ropa adecuada Asista a los lugares de la ceremonia después de las 24 horas Es mejor el espectáculo Respete los señalamientos de tránsito para el mejor control de vehículos en la zona
Para trasladarse a las islas no viaje en lanchas con sobrecupo, y consuma alimentos en lugares que ofrezcan calidad turística e higiene, para evitar riesgos de salud Para información turística adecuada acuda a las casetas de información instaladas
No tire basura ni desperdicios al lago, en panteones o en poblaciones, procurando hacerlo en los depósitos para este fin Para emergencias existen puestos de rescate estratégicamente colocados
El lago de Pátzcuaro y su isla Janitzio se ubican a 60 kilómetros de Morelia, capital de Michoacán, que se comunica por dos carreteras: una que parte de la federal 15 en Quiroga, y otra moderna de cuatro carriles, por Tiripetío
Morelia se localiza a tres horas del Distrito Federal por la carretera corta de cuatro carriles Atlacomulco-Maravatío-Morelia; se conecta con el centro y las fronteras del país por una amplia red de carreteras que también la unen a los estados de México, Querétaro, Guanajuato y Jalisco
Se comunica por la vía aérea con las ciudades de México, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Acapulco, Zihuatanejo, Guadalajara, Monterrey y Tijuana