El día que Loaiza se quebró

lunes, 8 de noviembre de 2004 · 01:00
México, D F, 8 de noviembre- Hace unos días, el pitcher mexicano Esteban Loaiza vio desde el bullpen del Yankee Stadium como su compañero Rubén Sierra se convertía en el out 27 del séptimo juego de la Serie de Campeonato que los Yankees de Nueva York perdieron ante Medias Rojas de Boston Le era imposible creer que su equipo estaba a un triunfo de llegar a la Serie Mundial número 40 de su historia, se dejó despojar Loaiza nunca había estado tan cerca de alcanzar un Clásico de Otoño Por primera vez en sus 10 años de carrera en las Grandes Ligas, coqueteó con la idea de ceñirse un anillo de campeón, sueño que apenas empezaba cuando se esfumó Por supuesto dolió El pelotero tijuanense no platicó con nadie Después de ese juego siete le dijo gracias al manager Joe Torre y al Gerente General, Brian Cashman, tomó sus cosas y se fue En su casa en Texas, ya un poco más tranquilo, Loaiza se dio tiempo para ver los cuatro juegos de la Serie Mundial que fueron suficientes para que Boston se impusiera a los Cardenales de San Luis Su imaginación viaja y vuelve a suspirar: “Estuvimos 3-0 sobre Boston y haber perdido los últimos cuatro nadie en el equipo lo puede creer Ahora que vi desde mi casa los juegos pienso que nosotros debimos haber jugado ahí Me dolió mucho, especialmente a mi estando a un escalón de llegar por primera vez a la Serie Quisiera poder haber jugado estos últimos días que le quedaron a esta temporada” Y es que este 2004 no fue por muchas razones el año de Esteban Loaiza, quien la campaña anterior fue un serio aspirante para ganar el Trofeo Cy Young de la Liga Americana gracias a las 21 victorias, al 290 de efectividad y a los 207 ponches que consiguió La historia y la suerte cambiarán para el mexicano que cerró esta temporada con 10 triunfos y siete derrotas con 570 de carreras limpias, y que a finales de julio fue cambiado de Medias Blancas de Chicago a los Yankees de Nueva York Una pesadilla El cambio fue recibido con gran algarabía por Loaiza quien de inmediato llamó a su madre, Socorro Veyna para darle las buenas nuevas “Nunca nos imaginamos que podría llegar a los Yankees, pero cuando nos lo dijo en la familia lloramos de felicidad, sobre todo porque es el equipo de mi marido quien esperó 40 años para que el sueño de ver vestido con ese uniforme de rayas a uno de sus hijos se le hiciera realidad” Pero el sueño de su padre por momentos se volvió pesadilla para Esteban Loaiza, a quien le tomó ocho apariciones para poder sumar su primer y único juego ganado con los Mulos de Manhattan Los aficionados neoyorquinos exigentes con su equipo porque están acostumbrados a siempre ganar no le dieron tregua al mexicano recién llegado Sin clemencia lo abuchearon cada vez que sintieron que Loaiza no cubría con sus expectativas “La afición mira el juego y siempre que le va mal a uno lo abuchean y cuando las cosas van bien aplauden, no sólo fue a mi también a Alex Rodríguez, a (Derek) Jeter a (Jorge) Posada, pero así son las cosas en Nueva York, tenemos que convivir con eso Yo nunca me sentí pa’bajo ni nada cada vez que salí lo hice al 100 por ciento a hacer el trabajo y eso es lo que cuenta si las cosas salen bien que bueno, si no, pa’la otra eso le gustó de mi a Joe Torre que no me caí”, cuenta Loaiza convencido de que así fue Pero doña Socorro tiene una versión distinta: “Sí se desesperó Estaba mortificado porque quería llegar a ganar 21 juegos Un día me habló por teléfono y me dijo que se sentía muy triste, muy sólo, en una palabra que se sentía derrotado y eso me dolió mucho Sólo le dije ‘Voy por ti papá’ y que me quedaría a su lado hasta que él quisiera” Socorro Veyna hizo maletas y acompañada de su hija María Luisa y sus dos pequeñas nietas estuvo viajando durante más de un mes al lado del segundo de sus tres hijos a cada ciudad donde los Yankees tuvieron juegos “Cuando llegué y lo vi se me quebró Le dije que no tenía por que sentirse así ‘Mientras nos tengas a nosotros, adelante hijo, tranquilo Espera tu oportunidad para demostrar con los Yankees lo que eres y nunca olvides que para todos amanece Dios’, esas fueron mis palabras porque mi hijo necesitaba apapachos Los hijos por muy grandes y muy mayores que sean mientras lo tengan a uno no dejan de ser niños, y él se sintió abrigado y cobijado conmigo” Las cosas fueron mejores para Loaiza en los playoffs Ante Boston y Minessota acumuló tres salidas, en las que trabajó durante ocho entradas y un tercio con 108 de carreras limpias, aunque perdió en extrainnigs el cuarto encuentro de la serie ante Medias Rojas “Al final creo que quedé bien, los coaches quedaron contentos por lo que hice por el equipo en el playoff y a pesar de que cargué con una derrota por el hit que pegó David Ortiz con un lanzamiento bueno, yo pitché para ganar no para perder” Joe Torre pidió que Loaiza llegara a los Yankees para reforzar al equipo, y siempre estuvo firme con relación a que el mexicano tiene el nivel suficiente que los respalda para defender dignamente el uniforme, lo que para el mexicano tiene un significado muy importante “Él es muy especial por que el hecho de que crea en mi y que haya peleado por llevarme, me hace sentir orgulloso y contento Ojalá esté con él el año que entra porque lo respeto mucho porque es buen manager y yo quise hacer lo mejor para ayudarlo a ganar En mis peores momentos me decía ‘las cosas van a cambiar, sigue con la cabeza en alto, haz las cosas lo mejor que puedas, no te preocupes, no te dejes’, y yo soy una persona que no se me dejar, o como dicen en México no se me rajar y seguí peleando Torre puso cosas positivas en mi mente para que no me fuera hacia abajo”, relata El resto de la familia Loaiza Veyna, su padre Luis y su hermano mayor Sabino (pelotero en Liga Mexicana), seguían desde Tijuana los pasos de Esteban “Lo conocemos y sabíamos que iba a salir adelante, pero había otros delante de él que ya tenían raíces y el tenía que subir los escalones para ponerse a la altura de los demás jugadores” Seguir siendo Yankee Esteban Loaiza se convirtió en agente libre al término de la Serie Mundial, condición que le permite escuchar ofertas de cualquier club, aunque confiesa que desearía permanecer con los Yankees: “Si me gustaría quedarme porque como jugador es estar en el equipo de mayor nivel Aunque en temporada regular no me fue bien, con el trabajo que hice en playoffs muchos se sorprendieron porque saben que ese es el trabajo que puedo hacer, lo malo es que no tuve mucha suerte antes, pero sí espero haber abierto muchas puertas para que se fijen en mi porque me parecí otra vez al que fui el año pasado” Y es que para Loaiza no importa que tan largo y sinuoso sea el camino que tenga que recorrer porque explica que aunque su cambio de Chicago a Nueva York fue difícil, también pudo convivir en el vestidor del equipo que reúne a algunos de los peloteros más famosos y mejor pagados del béisbol de las Mayores “Cuando llegué a los Yankees me uní a un grupo de veteranos que se conocen de años por el simple hecho de estar en el campo Es una organización donde hay mucho respeto A George Steinbrenner, (dueño del equipo) nunca lo conocí, pero su disciplina, o sea, las reglas de la organización están bien Lo de haber tenido que rasurarme cuando llegué no me quitó nada, eso es de mentalidad La barba, el bigote, el cabello, vuelven a crecer A mi ya me está creciendo la barba para tener el mismo look del año pasado” Como un toro El día que Esteban Loaiza fue informado que había dejado de pertenecer a Chicago, los Medias Blancas se encontraban en Detroit donde enfrentaban a los Tigres Por un momento se sintió apesadumbrado porque sabía que aunque estaba en el club house ya no podía salir al terreno de juego a ayudar al equipo que le dio la oportunidad de mantenerse en Grandes Ligas al término de la pretemporada del 2003 “Me pesaba dejar la amistad y la convivencia buena con mis compañeros, con mis amigos, pero el béisbol antes que nada es negocio Tuve que llegar a hacer nuevos compañeros y amigos a otra ciudad Me sentía triste por irme porque me habían tratado muy bien, pero feliz porque iba a un equipo campeón que peleaba por ir a la Serie Mundial y a mi me estaba dando la oportunidad de estar con ellos” Ahora Esteban Loaiza se siente muy fuerte y listo para encarar la temporada 2005 con el equipo que le abra las puertas Su madre, está ya de regreso en Tijuana con la tranquilidad de saber que Esteban está bien: “Yo se lo dije: ‘el día que le den la oportunidad no la desaproveche y salga adelante como un toro sin que nadie lo pare y tumbe al que esté delante de usted, haga el trabajo mejor que Musina, que cualquier jugador tu puedes y eres mejor que ellos, y bendito sea Dios, le dimos la luz que le hacía falta”

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