Rogativa

lunes, 8 de noviembre de 2004 · 01:00
México, D F, 8 de noviembre (apro)- ¡Oh, Señor: bien sé que tienes tus elegidos, tanto entre los individuos como entre las naciones y, al parecer, por lo que dicen no pocos de sus políticos, los USA y sus ciudadanos lo son desde hace largo tiempo ¡Ah!, con razón corre entre ellos el dicho popular de: “Dios protege a los niños, a los borrachos y a los USA” ¿Cierto o no cierto? Ante la duda y por si eso es verdad, que todo puede ser y ante la perspectiva que ese país, tan grande en todo, que no se puede permitir hacer o producir cosas en pequeña ni siquiera en mediana escala, sino a lo grande, a lo bestia, incluso cuando se equivoca; por las consecuencias que pueden tener --¡y tienen!— para los que se supone que no son de tu elección y por la importancia de las elecciones estadunidenses para el mundo, ¡oh, Señor!, te pido: a los participantes en las mismas, librarlos de: El miedo, que llevó ya a su primeros ciudadanos a laborar sus tierras con una mano en la azada y en la otra el fusil, montado y listo para disparar contra todo lo que se moviera y hasta contra su propia sombra Del rencor de tantos que, llegados posteriormente en olas sucesivas desde Europa con el trasero al aire y una mano atrás y otra delante como único patrimonio, les llevó a resarcirse de sus frustraciones, no buscando a los que se las hicieron, sino quién se las pagara Díganlo los pieles rojas y los negros esclavos de las plantaciones sureñas Del cínico cálculo y de la hipocresía de no pocos de sus gobernantes que sirvieron de principio nobles, como por ejemplo la pretensión de sus mejores ciudadanos de “crear un imperio para la libertad”, y lo pervirtieron haciéndolo instrumento de una obscena “libertad para crear un imperio” Hipócrita politiquería que hizo de la llamada Doctrina Monroe, más que expresión de voluntad republicana para preservar de intervenciones del exterior al continente, un impúdico instrumento para proteger y garantizar, a mano libre, el intervencionismo de los USA en el mismo Recuérdese la política de “el gran garrote” que tuvieron que soportar por años --¿ya no?, pregunto— Colombia, Panamá, Nicaragua, Cuba, Haití, etcétera, por lo tanto, ¡Oh, Señor!, te pido que libres a esos electores de las mentiras políticas que, como otras veces en la historia de los USA, han ofuscado el criterio de sus ciudadanos, logrando con ello que fueran cómplices de vergonzosos hechos Reacuérdense las mentiras del presidente James K Polk, que se utilizaron para despojar a México de la mitad de su territorio en el pasado y hoy, las desvergonzadas mentiras de George W Bush, motivo de la ilegal, injusta y brutal guerra de agresión a Irak y su actual ocupación, para beneficiarse de su petróleo Por último, ¡oh, Señor, libra a tantos ciudadanos y políticos norteamericanos, que se dicen o creen ser tus elegidos, de esa cargante y constante manía que tienen de demostrarlo con el derecho de fregar a los prójimos que consideran que no gozan de ese favor; que es friega incluso cuando, en el mejor de los casos, es para hacerlos partícipes del mismo Amen Y así termino con mi rogativa Perdona, Señor, mi osadía, pero considero que si les libras de lo que te pido, la gran masa popular estadunidense tendrá más posibilidad de zafarse de las falacias de sus politicastros, ser más conciente de las tremendas presiones que ejercen en sus vidas las grandes corporaciones comerciales, industriales y bancarias, y así hacer de las elecciones en verdad un eficaz instrumento para conseguir “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, como dijera Lincoln Hay que tener en cuenta que el ejercicio inconsciente del voto democrático llevó al poder a Hitler, y no olvidar que nadie escarmienta en cabeza ajena, lamentablemente Si consideras, Señor, que mi rogativa es impertinente o, peor aún, que tiene el defecto de abundar en lo mismo que critico, resignado acato tu juicio, y únicamente te pido que tengas en cuenta la buena intención de la misma Y con esto, aquí le corto a la presente Con humildad Rogaciano El Huapanguero

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