México en la guerra satelital

domingo, 12 de diciembre de 2004 · 01:00
La oferta de la Unión Europea para que México se integre al desarrollo del nuevo sistema de navegación satelital Galileo plantea más que una decisión comercial: implicaría hacer realidad la "alianza estratégica" con la que el gobierno de Vicente Fox ha endulzado los oídos europeos El problema es que el gobierno de Estados Unidos considera a Galileo "innecesario" y ya comenzó a defender "su" mercado BRUSELAS- Aprovechar su potencial de mercado y apoyar el desarrollo de una nueva tecnología europea de telecomunicaciones, podría tener un alto costo político para México La Unión Europea (UE) busca la contribución de México en el desarrollo de su propio sistema de navegación satelital Galileo, el cual competirá a partir de 2008 con el Global Positioning System (GPS), que bajo el control militar estadunidense monopoliza el mercado mundial desde hace más de un cuarto de siglo sin que el GLONASS ruso le haga sombra El problema es que el gobierno estadunidense no ve con buenos ojos el nacimiento de Galileo, y la participación de México implicaría una alianza que ya rebasa lo comercial y se convierte en una decisión estratégica México -que depende de las señales de posicionamiento GPS para hacer funcionar el transporte aéreo, terrestre y marítimo, la telefonía móvil, los dispositivos para la defensa nacional, y para realizar mapeos de yacimientos petrolíferos y de terrenos agrícolas- ha sido invitado por los europeos a negociar un convenio de cooperación con el proyecto Galileo La propuesta europea está abierta a la aportación mexicana de inversiones públicas y privadas, y a la adquisición de servicios por adelantado, de acuerdo con la Oficina de Transportes de la UE Apenas en junio pasado, una delegación de expertos de la Comisión Europea y de la Agencia Espacial Europea, administradoras de la Empresa Común Galileo, viajaron a la Ciudad de México Su misión: exponer personalmente a 150 hombres de negocios y de ciencia, así como a las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Relaciones Exteriores, entre otras, las ventajas del programa, cuyo despliegue costará 4 mil 500 millones de dólares Un documento de la comisión, publicado después de dichos encuentros, retomó la voluntad manifestada por el presidente Vicente Fox para "evaluar" tal colaboración y que se incluyó en el punto 95 de la declaración final de la Cumbre UE-América Latina celebrada en mayo pasado, en Guadalajara El texto de la comisión, fechado el 29 de junio, asienta que con base en dicha predisposición México fue invitado a participar "en el desarrollo, en la investigación, en el aumento de los sistemas regionales, en la cooperación industrial y en las actividades de desarrollo de mercado derivadas de Galileo" Un especialista de la oficina dedicada al progreso del proyecto en América Latina, que pidió omitir su nombre, señala a Proceso que en la estrategia europea hacia la región, México ocupa un lugar relevante detrás de Brasil, cuya industria aeroespacial es más poderosa Entre las razones tácticas del acercamiento a México -con el que recientemente firmaron un acuerdo marco de cooperación en ciencia y tecnología-, los europeos pretenden instalar en territorio mexicano una base operativa de Galileo para complementar la cobertura concentrada en el cono sur, que ya se negocia con Argentina, Chile y Brasil Por otro lado, la accidentada y extensa geografía del país, el tercero más grande de América Latina, con 1 millón 960 mil kilómetros cuadrados de superficie, sumada a su urgente necesidad de modernización tecnológica, crea una rentable demanda de servicios de localización satelital Otro motivo apunta a los servicios especializados que Europa pretende ofrecer gratuitamente o vender al mayor número de naciones de la región, y que aumentarán su penetración si cuentan con la participación mexicana Al respecto, un reporte que la comisión envió en febrero al Parlamento Europeo y al Consejo de los 25 Gobiernos de la UE, destacaba la "importancia y el potencial de la región latinoamericana" para el porvenir del programa Galileo e informaba del inicio de una "acción" para establecer una red de centros de formación y apoyar el plan regional de cooperación técnica elaborado por la Organización Internacional de la Aviación Civil Confrontación La administración de George W Bush nunca ha visto con benevolencia el ambicioso proyecto europeo, que pondrá en órbita, el año entrante, su primer satélite de prueba Lo que está en juego es el liderazgo de uno de los sectores más pujantes y estratégicos del siglo 21 El 26 de junio pasado, Estados Unidos y la UE llegaron a un pacto de cooperación tras cuatro años de difícil negociación: sus sistemas serán compatibles e interoperables, pero las señales comunitarias restringidas no interferirán el código militar estadunidense, que también utiliza la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) Francia pretendía que Europa dispusiera de un poder casi de veto sobre el canal del Pentágono si éste aceptaba compartir frecuencias militares, pero evidentemente la propuesta fue rechazada De cualquier manera, este acuerdo técnico no solucionó las preocupaciones de fondo El subsecretario de Defensa estadunidense, Paul Wolfowitz, solicitó, en 2001, a los miembros europeos de la OTAN que abortaran su aventura satelital, y sostiene que los 24 satélites del sistema GPS cumplen satisfactoriamente las necesidades internacionales, por lo que no hacen falta los 30 de Galileo Y menos aún porque, a finales de esta década, Estados Unidos pondrá en marcha las versiones actualizadas de su sistema: GPS-2F y GPS-3 A Washington tampoco lo entusiasma que Europa, continente que absorbe una cuarta parte del mercado de aparatos de radiolocalización, consiga generar señales de uso civil a las que un concesionario privado les dé mantenimiento y las comercialice, mientras que las estadunidenses son financiadas por los contribuyentes y en su mayor parte son gratuitas De acuerdo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, ese país consume 30% del mercado, proporción que disminuye pese a la apertura comercial del GPS en 2000 Otras fuentes observan que 80% de los contratos que recibe el sistema en su país de origen proviene del gobierno, en tanto que en Europa ese porcentaje es de 60%, pues el sector comercial tiene una mayor participación Según estimaciones que maneja Berlaymont, sede de la Comisión Europea, los ingresos mundiales por concepto de productos y servicios de localización alcanzaron, en 2003, los 27 mil millones de dólares Y para 2020, cuando se vendan 1 millón de receptores anuales, en su mayoría integrados en teléfonos móviles, ese monto aumentará a 370 mil millones "Sin Galileo, el desarrollo e incluso la sobrevivencia de los sectores europeos de nueva tecnología estarían bajo seria amenaza Muchos empleos en la industria electrónica y aeroespacial desaparecerían Galileo permitirá a Europa adquirir independencia tecnológica", indica la comisión, que prevé crear 100 mil puestos de trabajo en el continente Bruselas está decidida a llevarse una buena tajada del mercado, así que sus portavoces y publicaciones insisten que las próximas actualizaciones del GPS son menos avanzadas, precisas y seguras que Galileo, sistema que ha conseguido reducir el error de cálculo a sólo un metro y mejorar la claridad del mapeo urbano También garantiza que, al ser Galileo un sistema de concepción civil, no habrá interrupciones en la señal, como habría ocurrido durante el accidente del Challenger o la Primera Guerra del Golfo en 1991, y como puede ocurrir en la práctica cada vez que el ejército estadunidense lo decida El factor estratégico Menos publicidad han merecido las eventuales aplicaciones militares de Galileo que, como confirma Daniel Keohane, experto del Centre for European Reform de Londres, ayudarán a los soldados europeos a definir sus posiciones o a dirigir sus proyectiles en cualquier lugar donde cumplan tareas de pacificación Pero Tomas Valasek, jefe de la sección Bruselas del Center for Defense Information del gobierno estadunidense, advierte: "Cualquier receptor de navegación satelital puede convertir una vieja y 'tonta' bomba en una 'inteligente' y guiarla a su blanco con gran precisión Un misil que utilizara un receptor encriptado (es decir, que usara las señales "protegidas") sería doblemente peligroso, porque sería inmune a muchas formas de interferencia, que es la defensa usual contra municiones guiadas por satélite" Según Valasek, "si los receptores restringidos de Galileo caen en manos equivocadas, futuros adversarios podrían utilizarlos para manufacturar sus propios receptores u otras formas de tecnología que podrían alterar las armas de precisión estadunidenses o europeas" El gobierno de Bush ha hecho públicos esos temores, y más aún ante la insistente presión de India y China -que aportó 300 millones de dólares a Galileo- para que Europa les conceda el acceso a ciertas frecuencias restringidas Los planes prevén que una "autoridad supervisora" bajo el mando de la Comisión Europea se encargue de velar por que Galileo cumpla sin concesiones las consignas de la unión en materia de seguridad En caso contrario, el "centro de seguridad", dirigido por el jefe de la diplomacia comunitaria, Javier Solana, ordenaría la interrupción del servicio al usuario hostil Pero Valasek pregunta: "¿Qué pasa si el centro de seguridad concluye que cierto acuerdo propuesto por la comisión con un tercer país compromete la seguridad de la UE? ¿Tendría el centro el poder para bloquearlo? Dado el potencial uso militar de Galileo, ¿el centro de seguridad debería tener poder de veto sobre la 'autoridad supervisora'? Todavía no están claros esos puntos" Sea cual fuere la decisión que México tome, repercutirá en la sensibilidad de uno u otro de sus socios en sendos tratados de libre comercio Incluso el funcionario de Galileo entrevistado comenta: "Es la mejor oportunidad para que mexicanos y europeos prueben que de veras son 'aliados estratégicos', y que no son sólo palabras las que llenan los discursos gubernamentales" Previsiblemente, la inquietud predominante entre los asistentes mexicanos a la reunión de junio con la UE se relaciona con la posible reacción de Estados Unidos Aureny Aguirre, la jefa de asuntos de cooperación de la embajada mexicana ante la UE, lo confirma: "Estoy segura de que justamente ése es uno de los temas que se está considerando, y que por eso no hay todavía una decisión de la parte mexicana El acuerdo podría presentar muchas ventajas para el país, pero el componente político es importante y es uno de los elementos que se está evaluando" La funcionaria precisa que, si bien los europeos no fijaron una fecha para recibir la respuesta, los recordatorios son "constantes" e incluso el italiano Romano Prodi, quien fue presidente de la Comisión Europea hasta el 22 de noviembre pasado, tuvo comunicación directa con Fox para ese fin Y el gobierno de Estados Unidos no se ha cruzado de brazos El 27 de septiembre pasado anunció que acordó producir "un sistema de navegación satelital uniforme" con las autoridades aeronáuticas de México y de Canadá, otro invitado a integrarse a Galileo Ese día, el secretario del Departamento de Transporte estadunidense, Norman Y Mineta, sentenció: "Hoy se ha dado un gran paso hacia un sistema de aviación uniforme para América del Norte Estados Unidos comparte con Canadá y México una visión para la navegación satelital" l

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