Demanda

lunes, 20 de diciembre de 2004 · 01:00
MÉXICO, D F, 15 de diciembre (apro)- Yo no sé si lo he visto o, conforme a mi naturaleza, lo he soñado, lo cierto es, que verdad o fantasmagoría, sufrí la siguiente experiencia en días pasados Vi que una multitud de tipos estrafalarios se agolpaba a las puertas del Cielo La encabezaba un vagabundo extravagante, de sombrero "carrete" sobre las revueltas greñas, zapatones destrozados, astroso pantalón sujeto con un cordel, saco andrajoso con rojo clavel en el ojal de la solapa, que, ceremonioso, con la siniestra, sostenía un esqueleto humano Del grupo exhalaba un tufo compuesto de sudores mal lavados y alcohol El del esqueleto, con comedio tono, dirigía las siguientes peregrinas razones, que a continuación les comunico, al bueno de San Pedro: "Sí, otra vez estamos aquí, ni modo Con el merecido respeto que le debemos, tenemos que decirle que nos reunimos, reflexionamos y llegamos ala conclusión que no nos parece justo y bueno que los de vida inútil, como ha sido la de estos distinguidos caballeros que me acompañan y la de un servidor, por ello no tengan cabida en el Cielo, ni en el Purgatorio y ni siquiera en el Infierno, pues tal como han sido y siguen siendo los modos y maneras de llevar las cosas en la Tierra, consideramos que suficiente mérito es, para alcanzar la Gloria, el no haber tomado parte, el no haber sido rebeldes ni fieles partidarios de esos modos y maneras "Por favor, recapacite, cervero divino, y vea si no es mérito suficiente para que nos de puerta, el que, sin mayor perjuicio para otros y sin prejuicios hacia nadie, hayamos sabido vivir para, en y por sí, o séase, nosotros mismos Puede decírsenos que nos importó un pito la opinión de las mayorías, de los partidarios de esto o lo otro, poniéndonos al mundo por sombrero, como se dice De acuerdo Eso es pecata minuta en nuestras existencias; y más si se tiene en cuenta que, no pocas veces, nuestras vidas inútiles han servido, y sirven, para reforzar y afirmar a la Honestidad su decoro, a la Cordura su prudencia o simplemente para hacer reír a la gente de razón, lo que no es poco Si bien examina y reflexiona sobre nuestras conductas, celestial conserje, por fuerza llegará al resultado que lo más que puede reprochársenos es el no haber dormido en la común majada, ni haber balado al unísono de los otros "Y eso, los aquí presentes, lo tenemos, más que por pecado, por virtud, si se tiene en cuenta, repito, los modos y maneras con que se llevan las cosas en la Tierra Ante esta realidad, portero de la Gloria, ¿qué dices, nos dejas pasar?" A esta pregunta, San Pedro, al que los peregrinos argumentos de la insólita demanda habían hecho que fuera cambiando la expresión, dando a conocer con ello que los mismos le habían llevado de la condescendencia a la sorpresa, de esta a la incredulidad y la alarma para llegar a la indignación, respondió conteniendo la última: "Pito Pérez, insolente borracho, puedes hablar por ti, que en tu tiempo y lugar sobre la Tierra viviste en una dictadura, pero no puedes hacerlo en nombre de muchos que te acompañan, pues veo que no pocos de ellos vienen de un mundo diferente, de cambio, de demo?" No pude oír más, pies ahí, una atronadora salva de gritos destemplados e irrespetuosos silbidos ahogó su voz Ante esto, el llamado Pito Pérez, dejando el cuidado de su esqueleto a los más próximos, se volteó, levantó los brazos y agitando las manos como si con las palmas rechazara el vendaval sonoro, consiguió por fin un inquietante silencio En él, se encaró de nuevo con San Pedro que, pálido, mudo, jadeante, le miraba severo; y lean lo que le dijo: "Sí, no lo niego Si en vida fui borracho, recuerda que, como tanto lo fui para poder soportar tanta porquería y darme ánimos para decir mi verdad, por aquello que los niños y los borrachos? Y ten en cuenta y no olvides que ese mundo de cambio, de democracia que invocas para justificar tu negativa, sigue siendo, por los modos y maneras con los que privilegia al capital, la ganancia, también una dictadura: la del dinero, que con eso de ponerle precio a todo, empeñándose y lograr que, incluso, el hombre tenga su precio, está desacreditando a la democracia, pues con ello la está convirtiendo en coprocracia, o sea, en el reinado de la mierda, por ello es que?" Hasta ahí llegaron sus nuevos argumentos, pues San Pedro, sin decir palabra, señaló al grupo con índice acusador, con lo cual se abrió la puerta del Cielo Un cegador resplandor precedió a la salida por la misma de un ángel con flamígera espada, a cuyos mandobles se pusieron en fuga los demandantes El nombrado Pito Pérez, por lo esquivó y puso pies en polvorosa al tiempo que decía: "¡Ay, jijos, ese paso cerca! ¡Poco más y me friega!" Por saber, por experiencia propia, que tanto de la realidad como del sueño, todo humano puede sacar provechosos ejemplos, es por lo que escribo la presente sobre este hecho, el que todavía no alcanzo a distinguir si, como les dije al principio, fue verdad o mera fantasmagoría de mi mente Con mi polaco y principesco afecto para todos ustedes, vivientes SEGISMUNDO

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