Fox: Un adiós sin gloria

viernes, 3 de diciembre de 2004 · 01:00
México, D F, 2 de diciembre (apro)- Vicente Fox puede estar tranquilo: ya pasó a la historia como el primer presidente no priista, que este miércoles 1 de diciembre cumplió cuatro años en el cargo Pero debe estar consciente, también, que las cuentas hasta ahora entregadas lo convierten en un jefe del Ejecutivo tan mediocre como Miguel de la Madrid Y quedan pendientes, todavía, los casos de corrupción, como en los que han incurrido políticos de su gobierno y sus parientes políticos, entre ellos los hijos de su mujer, Marta Sahagún, quien también pasará a la historia como la consorte más ambiciosa que haya habido en México Se entiende que Fox enumere sus presuntos logros como parte de la conmemoración de la fecha en que muchos mexicanos creyeron un parteaguas en la salud de la nación, y que no incorpore a su discurso la menor autocrítica, pero su herencia es, hasta ahora, más bien casi insignificante Uno quisiera que los dos años que quedan de gobierno se tradujeran en el cumplimiento de compromisos de campaña, sobre todo los que tienen que ver con la generación de empleos y la reactivación del aparato productivo, al margen inclusive de las “reformas estructurales” convertidas en la panacea y que, en realidad, buscan profundizar el desmantelamiento del patrimonio nacional Qué bueno que Fox, en efecto, cumpliera en los siguientes dos años sus compromisos de hacer de México un “país de oportunidades”, frase propagandística que impuso en Guanajuato en sus cuatro años como gobernador de medio pelo Muchos mexicanos inclusive hasta volverían a votar por el PAN, cuyo desaire en los procesos electorales alienta la idea, errónea, del regreso del PRI En realidad nada pasará: salvo excepciones, Fox y sus allegados se han echado a disfrutar del erario en lo que resta del gobierno, y prueba de ello es la falta de diseño e implementación de políticas públicas que, salvo el Seguro Popular y la multiplicación de créditos del Infonavit, corresponden a la herencia priista Es cierto, el país marcha Pero marcha no por el impulso de un liderazgo desde el gobierno federal, sino porque los mexicanos, que se dedican a cualquier actividad, salen a diario a trabajar para --en muchos casos-- apenas sobrevivir, y en conjunto generan la riqueza de que dispone Fox para soportar la pesada burocracia que él incrementó con numerosos inútiles A estas alturas es difícil esperar más logros del ciudadano presidente, empeñoso en tratar de que su candidato, Santiago Creel, se consolide como continuador de ese que ha dado en llamar su proyecto y que, en realidad, nunca ha explicado por la sencilla razón de que no existe Para hacer cosas en la vida, las que sean, se necesita tener ganas, como Fox las tuvo, al menos, para ser candidato a la Presidencia y que, al lograrlo, se encontró con que había sido electo Y a partir de entonces, sólo acreditó lo que de él dijo con acierto el artista José Chávez Morado: “¿Qué es Fox? ¿Quién es Fox? ¿Cuál es Fox? La respuesta, queridos amigos, es muy sencilla: Nada Una nada llena de palabras” Al cumplirse cuatro años de su gobierno, Fox ratifica tamaña definición Comentarios: delgado@procesocommx

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