Crucigrama
México, D F, 6 de diciembre (apro)- Afligidos y afligentes vivientes: ¡buena la tienen con sus conceptos sobre la divinidad!
Aclaro: me refiero en particular a los creyentes de las llamadas religiones del Libro Esto es, a los fieles seguidores del Antiguo Testamento, del Nuevo y el Corán Si me preguntan por qué lo hago, les contestaré que se debe que a pesar de que las mismas están basadas en tres interpretaciones –en Yavé, la justicia; Cristo, el amor; y Alá, la misericordia-- se fundan en un mismo Dios único, lo que no es óbice para que en esa su actualidad, como nunca antes en su siempre conflictiva relación a lo largo de la historia, sean las protagonistas que, con sus absurdas y brutales decisiones, están llenando la angustia, sangre, muerte y desesperación al planeta Tierra
A juzgar por los hechos (los atroces actos terroristas y las despiadadas guerras que tienen lugar sobre todo en el Medio Oriente, en los que están involucrados judíos, cristianos y musulmanes), se puede decir que los mismos ponen en evidencia no el sentido de justicia, amor y misericordia que atribuyen a ese Dios único que dicen adorar sus fieles, y sí las diferencias que los separan
¿Pues qué? ¿No corre y hasta es popular en ese su momento que viven una teoría que explica, proclama y hasta justifica lo que llaman “el choque de las culturas”? Y lo peor es que esa teoría enmascara el fundamentalismo religioso con el legítimo derecho de defender la identidad propia o extender la democracia, incluso la libertad de mercado, máscaras que cubren obscenos intereses geopolíticos: ampliar zonas de influencia o el apoderarse de fuentes de energía, como el petróleo y hasta del agua Ante tal impudicia de sus acciones, este servidor, un griego que vivió hace más de dos mil 200 años, considera pertinente, para aclararles un tanto su paradójica relación con la divinidad, lo que dijo en su tiempo
Admitido que para los humanos las religiones son sinónimos de algo sagrado, de principios éticos, de paz y amor, viendo que las existentes en su tiempo de vida en la Tierra ya tenían sus conflictos con lo que predicaban y hacían, este servidor pensó y expresó que los dioses eran antes superiores, felices en su soberano poder e inteligencia y, por lo tanto, por no tener necesidad de ello, no se ocupaban del mundo y mucho menos de intervenir en los actos de los humanos
También aseguro que los dioses no habían creado el universo, pues en su suficiencia, ¿Qué necesidad tendrían de hacerlo? ¿Por bondad, como dijo Platón? ¡Imposible! Existe tanta maldad y dolor en el mismo, que si lo crearon, o bien eran inconscientes o tontos, cosa inadmisible e inviable por su suprema sabiduría; y si permitieron voluntariamente tanta maldad y dolor, es que eran perversos por naturaleza, porque lo mejor para todos, dioses y hombres, era entender y aceptar que ellos no lo habían hecho
Pueden decirme, desde luego, que estaba profundamente equivocado, pero deben admitir, vivientes judíos, cristianos y musulmanes, que ante los inverecundos manejos de sus respectivas creencias religiosas expuestos más arriba, es indudable que mis pensamientos sobre la divinidad son más razonables, honestos y justos
Y no me vengan, para solucionar las divergencias existentes entre lo que representa su divinidad común y lo que creen, y su conducta como hombres, con el sibilino y sofisticado argumento del libre albedrío que pueden ejercer para ajustar la voluntad de su Dios y sus pensamientos, palabras y obras como humanos Según mi criterio, claro, tal argumento para nada invalida mi pensamiento sobre los dioses La innegable persistencia de tanto al sufrimiento en el mundo, muestra y confirma la inconsciencia o tontería, o perversa naturaleza de dioses y hombres Reflexionen
Para terminar, me voy a permitir decirles lo siguiente: si la divinidad es como creen también sinónimo del supremo bien, de la suma bondad, seguro que ha de estar sorprendida al ver la absurda estupidez con que actúan y, por momentos, reírse a mandíbula batiente; y ante la brutal crueldad que demuestran tantas de sus decisiones, afligirse, llorar y hasta indignarse al punto de arrepentirse de haberles dado vida
Como verán, el crucigrama que deben resolver no es poca cosa; no es cuestión de “enchílenme la otra”, de acuerdo Por esto, judíos, cristianos y musulmanes, protagonistas de tanto horror y sufrimiento del actual momento en la historia, es deseable y diría que hasta imprescindible que rescaten lo que en el fondo les une: la justicia, el amor y la misericordia, esencias de su Dios común Por su propio bien y el de la humanidad en general
Difícil, lo admito, pero ni imposible y en sus manos está tan formidable logro
¿Serán capaces?
Con afecto para todos
EPICURO