"Volar sin alas", la vida de circo

domingo, 1 de febrero de 2004 · 01:00
* En Colima, los hermanos Cabral desafían la fuerza de gravedad * “Es más fácil que alguien de fuera venga y se case”, aquí en la carpa Colima, Col , 1 de febrero (apro)- Los hermanos Cabral desafían la fuerza de gravedad y vuelan durante fracciones de segundo las que se necesitan para desplazarse en las alturas de un columpio a otro Es una escena que han repetido a lo largo de casi toda su existencia bajo la carpa del circo, desde que un día de su niñez, fascinados, decidieron desarrollar su vida en el trapecio Rodolfo Cabral Pérez, de 30 años de edad, no tiene claro el momento en que decidió convertirse en trapecista, sólo recuerda que desde los cinco años de edad ya andaba arriba, en los brazos de su padre y sus tíos La vocación surgió en él de una manera natural, casi innata Gabriela, su hermana, es apenas un año menor que él, pero ella considera que llegó “grande” al trapecismo, pues tomó la decisión definitiva de abrazar esta profesión cuando ya había cumplido diez años de edad Ambos forman parte de la tercera generación de una familia de cirqueros mexicanos Nacieron y crecieron en el ambiente del circo --igual que sus padres y abuelos-- y toda su vida se ha conducido sobre ruedas, entre idas y llegadas de una ciudad a otra La sangre circense les llegó de sus abuelos, tanto de la línea paterna como de la materna Delfino Cabral y Severiano Pérez tenían en la primera mitad del siglo pasado su respectiva carpa de circo y andaban, acompañados de sus familias, por diferentes rumbos de la República, hasta que se conocieron los padres de Rodolfo y Gabriela, decidieron unirse en matrimonio y tuvieron cinco hijas y dos hijos, todos ellos dedicados al circo, la mayoría al trapecio Luego de casarse, dos hermanas de Rodolfo y Gabriela tuvieron que irse con sus esposos a otros circos El resto de la familia trabaja actualmente en el “Luis León Espectacular”, que visitó Colima recientemente --¿Cuál es el gusto de vivir en el trapecio? –se le pregunta a Gabriela Cabral --Es una experiencia que produce mucha emoción, no sé es una sensación muy rara Será la adrenalina A veces los nervios hacen que a uno le guste andar allá arriba y pienso que a la gente le gusta ver a uno allá girando “Es un desafío a uno mismo, pensar que se puede vencer el miedo A pesar de los años, todavía está la sensación de miedo, no se quita nunca Si desapareciera el temor, ya no lo haría uno con interés ni le daría la importancia Y si tienes miedo lo haces bien, con cuidado” La mujer confiesa: “A veces los nervios te agarran y te hacen temblar de repente, o te sudan mucho las manos cuando estás allá arriba Por eso mismo tienes que estar concentrado contigo mismo A mí me sudan mucho las manos, a veces me estoy resbalando, pero es lo que le gusta a uno” --¿El miedo es a la altura o a la gente? --De todo un poco El miedo es por la seguridad personal, pero también hay preocupación por que el espectáculo le guste a la gente, por agradar Cuando se baja uno, con el aplauso del público se siente uno bien, es la satisfacción Eso es lo emocionante del circo, que a la gente le guste lo que haces y que aplauda Sin embargo, para Gabriela no hay momentos más emocionantes que cuando se encuentra en el aire “No podría explicarlo Es como el clímax, lo más alto de la emoción Y tiene que haber mucha comunicación con los compañeros, estar bien coordinados, trabajar en equipo, pensando en lo que estamos haciendo, porque si la mente está en otra parte, es cuando pasan los accidentes” Rodolfo Cabral, por su parte, cuenta que al subirse al trapecio siente emoción con gozo y nervios “Se disfruta mucho Decía un tío mío que vuela uno por instantes Desde siempre, el hombre soñó con volar, y aquí nosotros volamos, por fracción de segundos, pero volamos Esa es la emoción Y los nervios nunca se retiran, a veces se sienten muy fuertes, a veces leves, pero siempre existen, son parte del trabajo” --¿Ese volar por fracción de segundos lo toma como un desafío a la naturaleza? --Sí, es desafiar a la naturaleza, desprenderse de uno, aunque sea por unos segundos pero está uno volando Es como decía mi tío Arturo: volar sin alas Esto es bastante satisfactorio, es nuestra vida, y no la cambia ya uno por nada Nacimos en el circo, somos la tercera generación y lo traemos muy metido en la sangre --¿Los nervios le han impedido alguna ocasión realizar un acto? --El acto no, pero a veces hay saltos, a los que les llamamos trucos, muy fuertes, muy pesados, y si anda uno mal de estado de ánimo, con nervios, mejor no lo hacemos para evitarnos un mal golpe o caer mal a la red Porque también hay que saber caer, pues algunos se han matado a pesar de la red, por no saber hacerlo, o se han lastimado y han quedado muy mal “Los nervios también son por que le guste al público nuestro espectáculo Hay veces que aunque quiera no puede uno quedar bien con la gente por equis causa, porque está uno enfermo del hombro y fallan los trucos Por ejemplo el triple salto mortal, que es el sueño dorado de todos los trapecistas, es el más pesado y es muy eventual que salga bien A veces lo hacemos muy bien, a veces duramos días sin que nos salga, aunque se practique diario” --¿Ha imaginado una vida distinta? --No, y hemos tenido recesos en los que descansamos uno o dos meses y no nos hallamos Por ejemplo en Navidad el circo no trabaja, nos dan vacaciones, pero los que somos de circo no aguantamos estar parados mucho tiempo en un solo lugar Siempre estamos en actividad, llevamos una vida en movimiento Rodolfo Cabral describe al del trapecio como uno de los actos circenses principales de todos los tiempos “Es el clásico, es el número fuerte Un circo sin trapecio es como si un circo no tiene payasos Todos los números son importantes, pero el más importante siempre ha sido el trapecio Se es bueno, se es malo, se es regular, pero se es trapecista y los hay muy buenos Los mejores del mundo son mexicanos Salto mortal Comenta que el trapecista reconocido como el mejor del mundo es Miguel Vázquez, quien ya se encuentra en el retiro, pero fue el primero en lograr el cuádruple salto mortal, que muy pocos han podido hacer hasta ahora Pero no todo en la vida circense es felicidad También hay sinsabores Narra Gabriela: “Hay muchas pérdidas humanas, accidentes, hemos tenido experiencias muy fuertes, al grado que hemos presenciado muertes durante las funciones Hace como diez años trabajábamos en el circo Hermanos Vázquez, donde había un grupo de acróbatas africanos, originarios de Kenia, realizando su acto, con contorsiones y pirámides humanas, cuando uno de ellos perdió el equilibrio y cayó de cabeza hasta el suelo y ahí quedó tendido en medio de la pista Fue todo muy feo Éramos amigos y de repente quedó ahí, trabajando “Hace poco más de un mes en Zacatecas, una prima mía cayó del trapecio y aunque gracias a Dios no pasó a mayores, todavía se encuentra en el hospital paralizada Y así, varios primos y amigos han tenido accidentes Esas son las experiencias malas, amargas que cimbran a la familia circense” --¿Y eso no les baja la moral? --A veces sí Si alguien cayó uno piensa que no lo vuelve a hacer porque le va a dar miedo a uno Entra un miedo, un pánico a esto, pero te tienes que sobreponer y seguir adelante Es tu vida, es tu trabajo, es con lo que ganas el pan de cada día y ni modo, a echarle ganas Allá arriba nos encomendamos con Dios, él es el que nos cuida mucho y nos da fortaleza para seguir adelante --¿Ante el riesgo de su trabajo, se encuentran inscritos en el Seguro Social? --No, aquí no hemos tenido El dueño nos paga el doctor cuando se enferma uno Por ejemplo, el accidente que sufrió mi prima fue en el circo de su familia y en esos casos no se acostumbra tener Es muy difícil tener Seguro en este ambiente, porque casi siempre estamos en familia Tal vez en algunos circos sí lo den, pero cuando no es así, los dueños se hacen responsables de todo Rodolfo refiere que quienes se dedican al circo tienen peligros en todo momento porque “anda uno para arriba y para abajo, y en los viajes en la carretera ha habido muchos accidentes lamentables, así como en el mismo trabajo en el circo” Expone: “He visto muchas cosas en mi historia Un amigo mío, trapecista, murió de cáncer hace seis o siete años debido a un mal golpe que se dio Cayó mal, se pegó con un tubo y le salió un tumor que le produjo cáncer Era uno de los mejores trapecistas de México, se llamaba Raulito Gaona Otro amigo mío se volteó en la carretera Todas estas cosas lo hacen a uno pensar, reflexionar muchas cosas El circo es muy bonito, muy alegre, pero también es muy sufrido, muy todo Conoce uno a mucha gente de toda la República Gente buena, gente mala, gente de toda Conoce uno bastante a la gente y al país” Pese a los sinsabores, Gabriela describe la vida en el circo como “muy bonita, porque hay mucha unión familiar Es totalmente diferente a afuera Nosotros decimos que aquí es nuestro mundo, porque aquí jugamos, estudiamos, tenemos a nuestros amigos y amigas” Actualmente son cinco familias las que trabajan con el circo “Luis León Espectacular”, esto es, entre cincuenta y sesenta personas, incluyendo niños La familia Cabral lleva dos años trabajando en este lugar, pues antes tenía su propio circo, que tuvo que cerrar por problemas económicos En estos momentos, se encuentran ahorrando para adquirir equipo nuevo y reabrirlo en condiciones más favorables Desde que tiene uso de razón, Rodolfo andaba en el trapecio “Me llamó la atención ver a mi papá y a mis tíos allá arriba y fue a lo que me dediqué El circo es como una escuela muy grande, hay muchas carreras y cada quien agarra la suya desde niño Puede uno ser malabarista, payaso, trapecista, domador o lo que a uno le nazca Para llegar a ser trapecista hay que hacer muchas cosas, primero hay que saber hacer maromas en el suelo, voltearse en la cama elástica para agarrar agilidad, flexibilidad y condición antes de subir” A sus 30 años, Rodolfo Cabral está convencido que su vida se encuentra en este ambiente “A veces viene gente de afuera y me preguntan si me hallo en el circo; yo les pregunto igual: cómo te hallas estar parado tanto tiempo en una parte, yo no me hallaría Bueno, es lo mismo A mí no me gusta estar parado tanto tiempo en una parte Ha habido casos de muy buenos artistas que no son de circo, pero que les gusta mucho y vienen y se hacen de circo Después de unos meses se van a su casa y ya no se hallan allá Se acostumbran al movimiento, siempre está viajando el circo, es una vida en movimiento, siempre sobre ruedas” Gabriela piensa igual: “Cuando voy afuera lo cotidiano es lo que aburre Uno está acostumbrado a andar para acá y para allá, nomás una semana o dos en cada lugar Y cuando nos quedamos mucho tiempo es cuando empieza uno a aburrirse En un año visitamos más de diez ciudades, pero hay lugares como Guadalajara donde se queda uno hasta cuatro meses, porque hacemos varias paradas” Todas las mañanas, niños y adultos del circo tienen la obligación de estudiar, practicar y entrenar sus rutinas “Los niños escogen lo que les gusta Tiene que ser lo que a ellos les guste, porque si les obligas a hacer otra cosa, no funciona Ellos son los que escogen su carrera” Después del estudio, acostumbran salir un rato a pasear y conocer aspectos de la ciudad en que se encuentran Entre los lugares favoritos de visita se encuentran los cines “Nos gusta mucho ver películas, es la diversión principal que tenemos” A veces, reciben la visita de instructores cubanos que les dan clases de circo Uno de los primeros ejercicios que les ponen a los niños es pararse de manos “Yo empecé grande, empecé a salir a la pista a los diez años Estaba estudiando mucho y todavía no tenía la decisión Y a los diez años de repente dije, ‘ya quiero trabajar, ahora sí’, y me subí Mis hermanos empezaron desde los cinco años” Desde que nació, Gabriela, que permanece soltera, ha vivido con sus padres en una cámper “Esas son nuestras casas Tengo tres hermanos ya casados y cada uno tiene su cámper con su familia Mi hermano soltero tiene también el suyo Las muchachas solteras viven con sus papás” Dentro del circo transcurre la vida como en cualquier otro sitio Los niños juegan entre sí, se hacen amigos y con los años nacen historias de amor, se forman parejas y nuevas familias Reciben visitas de artistas de otros circos, principalmente cuando se encuentran en la misma ciudad “No es una regla casarse con alguien del circo, pero se da, es lo más práctico Es normal que si se casa un hombre del circo con una muchacha de fuera, ella se viene al circo, se pone a practicar y realiza alguna tarea Es más fácil que alguien se venga de afuera para acá, a que alguien se vaya de aquí” Y así como los nacimientos de nuevos miembros de la familia ocurren en la ciudad donde se encuentra el circo ofreciendo la función, las bodas también “Se casan donde les toca Viene el padre y las misas se hacen aquí en las carpas Es bonito”

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