Dicta Bush "receta" contra la proliferación de armas de destrucción masiva
* Revela siete “fórmulas” y advierte que no permitirá que los terroristas amenacen al mundo
Washington, 11 de febrero (apro) - Echando mano de su ya tradicional política del miedo y de amenazas de guerras preventivas, George W Bush, el presidente de Estados Unidos, definió siete condiciones para combatir la proliferación mundial de armas de destrucción masiva
"Estados Unidos no permitirá que los terroristas y regímenes peligrosos nos amenacen con las armas más mortales del mundo", declaró Bush en la Universidad Nacional de Defensa en el Fuerte
Lesley J MacNair "La más grande amenaza que hoy enfrenta la humanidad es la posibilidad de un secreto y repentino ataque con armas biológicas, radiológicas o nucleares", enfatizó Bush
Poniendo como ejemplo de éxito a la guerra unilateral contra Irak de las acciones preventivas que ha tomado su gobierno para prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva y para evitar que éstas lleguen a manos de terroristas, Bush exigió la colaboración internacional, aunque supeditada a adoptar las siete condiciones que definió para combatir la presunta amenaza
Pese al fracaso de su gobierno para justificar su guerra contra Irak, por la ausencia de armas de destrucción masiva que le achacó al régimen de Saddam Hussein, Bush aseguró que la proliferación de armas de destrucción masiva y las que ya tienen en su poder los gobiernos de países que no comulgan con las políticas de Washington, son la más peligrosa amenaza para el mundo
Antes de develar sus siete fórmulas en la receta que le dio a la comunidad internacional, el presidente de Estados Unidos indicó que la observancia de sus fórmulas requerirá de cambios ideológicos y estratégicos: "Doctrinas diseñadas para contener imperios, para disuadir a Estados agresivos y para derrotar a ejércitos masivos que no pueden distanciarse de esta nueva amenaza", dijo
Evitando tildarlas directamente como naciones que amenazan la seguridad mundial, Bush mencionó el caso de los programas armamentistas de Irán, Corea del Norte y Libia, países que se han visto beneficiados por el mercado negro del tráfico de tecnología e información científica-nuclear que ayudó a propagar la red creada por el paquistaní Abdul Qadeer Khan, conocido como al padre de la tecnología nuclear en Pakistán, según Bush
"Por décadas, el señor Khan permaneció en la nómina del gobierno de Pakistán ganando un salario modesto; sin embargo él y sus socios se financiaron un suntuoso estilo de vida a través de la venta de tecnologías y equipo nuclear a regímenes ilegales (ubicados) en el norte de África y hasta la península coreana", remató Bush
Sin presentar ninguna evidencia para respaldar sus palabras, tal y como lo hizo en el caso de la guerra contra Irak, el mandatario estadunidense arremetió a la propagación de su política del miedo al garantizar que Estados Unidos está amenazado de un ataque con misiles y otras armas de destrucción masiva, por lo cual justificó la creación de un programa antibalístico que se instalará en Alaska y que le costará al erario estadunidense varias decenas de miles de millones de dólares
El programa ha tenido sonados fracasos en sus primeras pruebas de efectividad de defensa
La primera de las siete fórmulas que recetó Bush, consiste en la expansión de la Iniciativa de Seguridad en la Proliferación (PSI, por sus siglas en ingles), que generaría una mayor cooperación de la comunidad internacional para evitar la transferencia y envíos de equipo nuclear a grupos terroristas, a través del intercambio de información entre las agencias de espionaje civil y militar
"Los participantes en la PSI, así como otras naciones que quieran unirse, deben usar a la Interpol y otros mecanismos para llevar ante la justicia a los que trafican con las armas mortales", apuntó
La segunda fórmula exige el fortalecimiento de las leyes internacionales y controles para evitar la proliferación de armas de destrucción masiva, a través de la "criminalización" del concepto de proliferación definido en una resolución que deberá aprobar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU)
El tercer punto consiste en cumplir con el Tratado de No Proliferación de Armas para continuar con el desmantelamiento del armamento nuclear que data de la época de la Guerra Fría
La cuarta fórmula busca garantizar que países como Irán, Corea del Norte y Libia, renuncien a sus proyectos de desarrollo de armas de destrucción masiva y que garanticen que el uso de tecnología, como la nuclear, se dedique exclusivamente a proyectos benéficos para la humanidad
"Los 40 países del Grupo de Proveedores Nucleares deberá rechazar la venta de equipo y tecnología para el procesamiento y enriquecimiento (de uranio) a cualquier nación que no tenga ya plantas de total escala para el enriquecimiento y procesamiento de uranio con fines de uso civil y energético", añadió
El quinto punto condiciona a la comunidad internacional a firmar el próximo año el Protocolo Adicional para la No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, para importar equipo para sus programas nucleares de uso civil
La sexta fórmula pide la creación de un Comité Especial dentro de la Junta de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU (AIEA), que establezca salvaguardas de verificación sobre el desarrollo y uso de tecnología nuclear para fines civiles
La última fórmula de la receta de Bush consiste en prohibir la participación en la Junta de la AIEA a los países que están bajo investigación por su presunta violación a los compromisos internacionales de la no proliferación de armas