La imparable Marta
México, D F, 18 de febrero (apro)- La muerte de José López Portillo ocurrida ayer ha llevado nuevamente al debate en los medios de información el tema del abuso del poder presidencial y la manera como puede afectar éste a la familia presidencial Mejor dicho, ha renovado la discusión del riesgo que siempre ha tenido el presidente y su familia de tratar de convertirse en el centro del sistema político mexicano
Las facultades metaconstitucionales del presidente López Portillo fueron famosas en su tiempo y todavía hoy se le recuerdan: en la soledad del poder nacionalizó la banca; desde la silla presidencial puso a su familia a gobernar; su esposa Carmen Romano era famosa por sus desmanes y los aquelarres que organizaba en cualquier lugar del mundo; a su amigo Durazo Moreno lo convirtió en jefe de la policía capitalina y nada hizo para detener su absurda ambición de poder que lo llevó a convertirse en general de “cinco” estrellas; a su amante Rosa Luz Alegría la convirtió en secretaria de Turismo En fin, que la era lopezportillista fue una verdadera vergüenza histórica
Este desmedido exceso de poder presidencialista fue lo que obligó, de cierta medida, a poner un tope a sus sucesores, quienes por lo menos trataron de evitar los escándalos que desde la residencia oficial de Los Pinos salían sin más pudor que el que da el uso del poder
Así, la bandera de campaña de Miguel de la Madrid fue la “renovación moral” y su familia intentó no repetir los escándalos de los López Portillo Sin embargo, la familia de Carlos Salinas no cumplió el mismo papel y de la indiscreción de sus problemas maritales el nombre de éstos saltó a las páginas de la nota roja, a donde fue a parar Raúl Salinas, presuntamente involucrado en el narcotráfico y en la muerte de su cuñado José Francisco Ruiz Massieu
La familia de Ernesto Zedillo sólo esperó a que pasaran los primeros días de la administración para que el hijo mayor, Ernesto, comenzara a verse involucrado en una serie de escándalos junto con sus amigos, Jorge Kawagi, Alejandro Fernández y Jaime Camil
Pero los Fox de plano rompieron récord Apenas tomaron posesión de la Presidencia y el nombre de sus integrantes comenzó a circular por las redacciones de los diarios políticos, en las revistas de espectáculos y en las páginas sociales
Desde los primeros días en Los Pinos, Vicentillo, el hijo mayor del presidente, quiso traer una de las vacas para darle de tomar “leche bronca” a su papá todas las mañanas, como acostumbraba en el rancho de Guanajuato Sólo las razones proporcionadas por el Estado Mayor Presidencial de que en la residencia oficial no se podían meter vacas, pudo con la testarudez del retoño
Apenas se había resuelto ese problema de Vicentillo cuando Cristina ya daba las primeras señales de un desorden familiar: la disputa con Marta Sahagún por el cariño de su padre, el presidente Fox, se sobrepasó hasta llegar al escándalo ¿Quién no se acuerda de la anécdota de Marta cuando mandó a acondicionar las cabañas de Los Pinos para ocupar una de ellas junto con el presidente y en la otra mandar a los “niños”? ¿Y cómo no acordarse de las lágrimas de Marta cuando fue literalmente corrida de la mesa de los “niños” cuando quiso ocupar un asiento a la hora de la comida sin que fuera invitada?
Aunque no se pueden comparar con los escándalos generados por los excesos de los expresidentes priistas y sus familias, los de algunos miembros de la familia Fox han sido tan fuertes que han ocupado con mucha frecuencia las páginas de las secciones políticas, sociales, económicas, espectáculos y de deportes en los principales diarios y revistas del país y el mundo
Resulta paradójico que mientras el presidente Vicente Fox ha intentado no repetir los errores del pasado y ha tratado de acotar el poder presidencial, algunos miembros de su familia y, especialmente su esposa Marta Sahagún, han ejercido un poder ilimitado desde Los Pinos que los propios panistas han considerado ya como “inmoral”
Marta Sahagún ha caído en el mismo error en que incurrieron los expresidentes emanados del PRI: creer que el poder de la Presidencia de la República es para favorecer sus proyectos personales y los de su familia
A través de la figura presidencial Marta formó la fundación “Vamos México” que ha utilizado como trampolín para sus propias ambiciones Y también por medio de la influencia que da ser la esposa del Ejecutivo federal ha logrado lo que por ella misma no pudo hacer: una carrera política por la Presidencia
Al más viejo estilo priista Marta Sahagún repite los mismos esquemas de impunidad del poder presidencial, pero con una diferencia, los esconde en la máscara del altruismo, en una falsa asistencia social y en una pretendida lucha de género que apenas empezó hace un año
“Nadie me va a detener” fue la frase que Marta Sahagún utilizó el año pasado cuando ya se le criticaba su desmedida ambición política y el uso de los recursos públicos para su causa particular
Los excesos del uso del poder político que Marta Sahagún viene haciendo de Los Pinos, nos recuerda que el abuso de poder desde la Presidencia no afecta únicamente al jefe del Ejecutivo, sino también a su familia Y, al mismo tiempo, nos confirma que con la muerte de López Portillo no termina la etapa del desenfreno del poder presidencial, sino que ahora tiene una nueva versión para la cual la ley no está preparada
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