México, D F, 19 de febrero (apro)- Descrita como despreocupada y animosa, la señora Marta Sahagún se encontró con los jerarcas panistas del Distrito Federal, el mediodía del lunes 16, poco antes de hacer pública su decisión de no contender por un asiento en el Consejo Nacional de su partido y cancelar, “por ahora”, su abierto proselitismo político
El talante exhibido por la “Señora” en esa reunión, celebrada en un restaurante capitalino, confirma que en realidad su decisión es una tomadura de pelo Sí, se echa para atrás, pero sólo para agarrar más vuelo
La estrategia es clara y se basa en el ‘victimismo’ que le es consustancial: “Me atacan y yo, en un acto de responsabilidad, retrocedo para mantener la unidad Pero ya verán, me necesitan y tendrán que llamarme Vean las encuestas”
Y claro, ya comenzaron las reacciones a esta estrategia La mayoría, sobre todo de quienes no conocen a la “Señora” zamorana, concluyen que ya quedó fuera del juego sucesorio, y otros la hacen de comparsas
“Reconsidera, Marta”, le pidió Ana Teresa Aranda, la directora del DIF que anhela ser presidenta del PAN a cuyo dirigente, Luis Felipe Bravo Mena, califica de falto de “agallas para tomar decisiones”, pese a formar parte del mismo tronco ultraconservador
Como la funcionaria guanajuatense arraigada en Puebla, pronto se multiplicarán las voces que imploren el regreso de Marta, víctima de los intereses más mezquinos que no perdonan el éxito y la ayuda a la sociedad, “sobre todo a los más necesitados”
Por eso el repliegue estratégico de Sahagún es anodino Mantiene el tráfico de influencias desde la Presidencia de la República, sin lo cual no se entienden los insólitos –y envidiables, sobre todo para los panistas-- niveles de popularidad entre la sociedad mexicana
Y de eso la “Señora” no tiene la culpa, al menos no toda
El responsable fundamental es el presidente de la República, Vicente Fox, quien lo mismo desafía la Constitución al pretender que la titularidad del Poder Ejecutivo recaiga en dos personas, no en una, y sobre todo incumple el código de ética que juró respetar cuando asumió el cargo, el 1 de diciembre del 2000
El punto 3 de los 11 en que consta el código de ética establece que como presidente de la República observará “Imparcialidad: Actuaré siempre en forma imparcial, sin conceder preferencias o privilegios indebidos a persona alguna”
Es muy claro que Fox ya olvidó ese compromiso o lo incumple a sabiendas, lo que implicaría un acto de deshonestidad, porque es muy clara la preferencia y los privilegios de que goza su esposa, al disponer de toda la estructura de la Presidencia de la República para sus propósitos políticos disfrazados de altruismo
Y ante confesión, no se requieren pruebas Está muy claro en el boletín del lunes: “La señora Sahagún de Fox señaló que, por ahora, no dedicará ni un solo minuto de su tiempo a hacer trabajo político partidista, sino que se concentrará totalmente en el trabajo social y a brindarle todo su apoyo al proyecto de nación que encabeza el presidente Vicente Fox, el cual ha sido siempre su único proyecto”
Salvo desde su activismo en el Estado de México, en los meses previos a las elecciones del 6 de julio, y la presentación de su examen para ser consejera nacional, no existe registro público de que efectuara trabajo partidista Y si lo que la “Señora” hacía era trabajo social, qué sentido tiene hacer esa aclaración
No La “Señora” ha hecho, hace y sigue haciendo política con todo el apoyo del aparato gubernamental y, claro, con toda la anuencia y respaldo de su marido, un apoyo éste que sería loable de no ser porque es, ni más ni menos, que el presidente de la República en un país constitucionalmente presidencialista
Más allá de la discusión legal de si el Presidente deberá renunciar a su cargo seis meses antes de las elecciones del 2006, conforme al artículo 82 constitucional, el asunto es de carácter ético Aquí hay un alcahuete, que es aquel que encubre una maquinación Se llama Vicente Fox
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