Manzanillo, las obras de la corrupción (Primera de dos partes)

sábado, 10 de abril de 2004 · 01:00
* Detectan irregularidades bajo la gestión del exalcalde Rogelio Rueda Manzanillo, Col , 10 de abril (apro)- La construcción de algunas de las principales obras de la gestión del exalcalde Rogelio Rueda Sánchez estuvo plagada de irregularidades administrativas, errores técnicos en los trabajos, desvío de recursos y presuntos actos de corrupción, lo que a juicio de la Contraloría Interna del ayuntamiento tuvo como consecuencia “un mal ejercicio del presupuesto público” Según la documentación que será revisada por la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso, en el análisis de la cuenta pública de Manzanillo correspondiente al ejercicio 2003, las anomalías más relevantes fueron detectadas en las obras del casino de la feria y el malecón lacustre En el caso de este último --donde se gastaron más de 5 millones de pesos--, brotaron además graves fallas técnicas en la ejecución de la obra física, que antes de su conclusión ya se encuentra en proceso de hundimiento y, según el dictamen de auditoría, se desconoce si algún día será posible ponerla en operación El 24 de mayo de 2002, en su sesión 80, el cabildo manzanillense autorizó una partida de 3 millones 757 mil 156 pesos 90 centavos para la construcción de la primera etapa del malecón lacustre, cuyos trabajos de construcción fueron otorgados a Construcciones Belatrix SA de CV, conforme al contrato de obra OP0340PMZ02002, que se puso en marcha el 1 de julio de 2002 Posteriormente, el director general de Obras Públicas, Fernando Morán Rodríguez, solicitó más recursos bajo el pretexto de que los aprobados no eran suficientes, y el 16 de diciembre de 2002 el cabildo autorizó una partida extra de un millón 592 mil 641 pesos por concepto de recursos adicionales De acuerdo con el dictamen de auditoría del malecón lacustre primera etapa, suscrito por el contralor municipal Gustavo Buenrostro Ceballos el 19 de febrero de 2004, en este proyecto hubo “falta de previsión y mal manejo de los recursos públicos”, así como “ausencia de “planeación y mala ejecución de los trabajos” En consecuencia, precisa el documento, la más grave falla en la ejecución de la obra --desde el punto de vista de la ingeniería-- es el hundimiento y amenaza de una gran parte de la construcción, lo que la convierte en “una obra inestable y se desconoce si puede llegar a ser operable en un futuro próximo” Según las observaciones que constan dentro del expediente técnico, en la etapa de construcción “no se siguieron los procedimientos señalados en el proyecto ejecutivo, violando el artículo 4º fracción I y V de la Ley Estatal de Obras Públicas” Así también, hubo “errores en la construcción del terraplén, según registro 41 del 27 de julio de 2002”, pues “en la bitácora se informa a la constructora que no se edificará la mampostería seca, siendo que ésta protegía el talud de la obra contra el oleaje, según el proyecto original” Sin embargo, en la nota 59, de septiembre de 2002, “se indica al contratista que sí se construirá la mampostería seca, la cual se colocó sin respetar las especificaciones técnicas del proyecto, que señala capa de dos metros de espesor con piedra de 40 centímetros de tamaño máximo” y, a final de cuentas, “la mampostería que realmente se hizo fue distinta por falta de supervisión del arquitecto Fernando Morán Rodríguez, director general de Obras Públicas, y del supervisor Germán Martínez Figueroa, quienes faltaron a sus responsabilidades” Aunque en su momento Morán Rodríguez atribuyó el proceso de hundimiento de la obra al sismo del 21 de enero de 2003, un informe realizado durante el proceso de auditoría determina que ese fenómeno natural “no es causa de la excesiva deformación del terraplén” Y es que, según el estudio, el 24 de julio de 2002, conforme a la nota 37 de la bitácora del proyecto, “se autorizó aplicar 60 cm de espesor al terraplén, correspondiendo al espesor promedio perdido o incrustado en el lodo, esto es, a 24 días de inicio de los trabajos” El 2 de octubre de 2002 “se registró el informe que el contratista hace a la supervisión de la obra, en el sentido de que el talud del terraplén del lado de la laguna se sigue hundiendo, creando grietas en el cuerpo del terraplén”, mientras que el 7 de octubre siguiente el supervisor registró la información del contratista, en el sentido de que la mampostería se estaba incrustando en el lodo En la nota 85 del 30 de octubre de 2002 se informó la existencia de grietas en el cuerpo del terraplén del cadenamiento 0+080 al 0+180, y del 0+300 al 0+350 “Para confirmar esta información arriba, se realizó un plano llamado ‘Planta y seccionamiento’, mismo en el que se ilustran las grietas ubicadas en los cadenamientos mencionados en el punto anterior, y se comprobó que el sismo de enero de 2003 no hizo un daño que ya existía”

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