Historia de sadismo y abyección (Segunda y última parte)

viernes, 11 de junio de 2004 · 01:00
* La noche del mismo 10 Echeverría ordenó quemar los cuerpos de las víctimas y prohibió tomar fotografías México, D F, 10 de junio (apro)- Alfonso Martínez Domínguez tomaba vuelo en su relato Me contaba que los preparativos para controlar a los manifestantes del 10 de junio fueron controlados directamente por el presidente Echeverría Jura AMD que ni él ni Flores Curiel tuvieron nada que ver en el asunto, que las reuniones del subsecretario Gutiérrez Barrios con las fuerzas policiales del Departamento del Distrito Federal y con miembros del Ejército se dieron en la Secretaría de Gobernación “Todavía tuve oportunidad --refiere AMD--, de decir a Echeverría que la marcha no causaría problemas, sino de tránsito, pues la bandera de los jóvenes se había caído al renunciar Elizondo Pero el presidente estaba empeñado en detener la marcha "La víspera del 10 de junio –relata AMD– Echeverría me citó a una reunión en Los Pinos para tratar el problema de la introducción de más agua potable al Distrito Federal proveniente del río Lerma Estarían también en esa reunión el gobernador del Estado de México, profesor Carlos Hank González, el secretario de Recursos Hidráulicos, Leandro Rovirosa Wad, y el director de Obras Públicas del Departamento del Distrito Federal, ingeniero Raúl E Ochoa Comeríamos juntos para tratar el problema" "Quemen a los muertos, que nada quede" "En la mesa hablamos del asunto Era un proyecto para incorporar un caudal de agua al Distrito Federal Estando ya en la sobremesa, con planos y maquetas al fondo, comentando una y otra alternativa, sonó el teléfono y un ayudante del presidente le indicó algo Echeverría se levantó y a unos pasos apenas de nosotros habló –Sí, dígame ¿Heridos? Llévenlos al Campo Militar No permitan fotografías Echeverría regresó a la mesa Todos, cuenta AMD, esperábamos alguna información Sabíamos que se estaba dando la marcha Hank, Rovirosa, Ochoa y yo lo mirábamos atentos, inquisitivos Echeverría se sentó y dijo: –Señor ingeniero Ochoa, no hay problema en que la línea pase por aquí, ¿verdad? Ochoa asintió –Señor gobernador, ¿considera usted conveniente este paso? –Sí –dijo Hank –¿Y usted qué opina, Alfonso? El teléfono volvió a sonar El ayudante volvió a aparecer Echeverría volvió al teléfono –¿Herido uno de los nuestros? ¿Muerto? Al Campo Militar ¿Hay más enfrentamientos, muchos heridos? Todos para el Campo militar ¿A la Cruz Verde? No, no No permitan fotos ¡Quémenlos! La angustia se reflejaba en los rostros “Yo --decía AMD--, estaba terriblemente desconcertado Pensé que se suspendería la reunión y que se me darían instrucciones precisas No fue así El presidente Echeverría regresó a la mesa inmutable “Bien señores –dijo–, debemos precisar los términos de esta reunión La ciudad necesita agua Pero el Estado de México también ¿Cómo hacemos? ¿Qué sugiere, señor Martínez Domínguez, qué propone señor gobernador? “Nadie las tenía todas consigo Se proponían cuestiones pero los ojos estaban puestos ya en la puerta por donde aparecía el ayudante a cada momento con nuevos llamados Fueron, relata Alfonso Martínez Domínguez, trece o catorce llamadas Y trece o catorce veces Echeverría habló en voz alta con quienes le informaban Y les dio instrucciones siempre La sangre se nos helaba cada vez que decía: ‘Quemen a los muertos Que nada quede No permitan fotografías’ “Eran casi las siete de la tarde cuando Echeverría, después de resumir los acuerdos sobre la introducción de agua, nos despidió No dijo una sola palabra sobre los telefonemas Despidió de mano a todos y al dirigirse a mí me retuvo Ochoa casi se desbarranca por una ventana para salir de Los Pinos Carlos Hank y Rovirosa salieron aparentando calma Quedé solo Echeverría salió un momento Y regresó información a la prensa –Alfonso –me dijo–, han ocurrido hechos sangrientos Los estudiantes agredieron a la policía y hubo muertos y heridos La situación es grave Necesita ir usted a sus oficinas y dar una conferencia de prensa "Me explicó lo que tenía que decir Lo repitió varias veces ‘Calmado –me dijo– Tómelo con calma' En síntesis debería decir que había ocurrido un enfrentamiento entre grupos estudiantiles, que había heridos leves pero que la situación estaba controlada "Me pidió que repitiera lo que yo iba a decir a la prensa Me escuchó con calma mirándome fijamente a los ojos ‘Muy bien Alfonso, muy bien Ahora vaya y haga estas declaraciones’ "Salí de Los Pinos rumbo al Departamento del Distrito Federal" El lunes 14 mi casa estaba vigilada por los agentes de los carros negros Pero a Tere le habían aventado un automóvil cuando ella daba vuelta hacia casa en Cerro del Agua Llegué a casa en un taxi Entré y la encontré preocupada por el incidente Subí entonces a la azotea por unos papeles que guardaba en el cuarto de servicio Cuando bajaba vi subir corriendo por las escaleras principales a dos hombres armados Tere gritó Eran dos de los agentes que vigilaban la casa Topé con ellos de frente, ¿me aprehenderían? No había manera de huir Uno de ellos preguntó: –¿La escalera para la azotea, ingeniero? ¡Suba con nosotros! – Y subí Corrieron los agentes a mirar la calle –¡Contra la pared, al suelo! –me dijeron Me tiré al suelo –Mire allá –dijo el agente señalando un automóvil donde un hombre apuntaba hacia nosotros con un arma larga Al ver a los agentes armados el automóvil se movió --¿Quiere venir con nosotros? Vamos a alcanzarlos-- Me dieron una escuadra Brownie y salí con ellos Recorrimos varias calles pero no los alcanzamos Regresamos a casa –Avísenos cuando quiera salir Hay peligro, ingeniero No salí ya Estuve el 14 en casa Y todo el 15 Ahí me iban a visitar los amigos, los estudiantes Por la tarde del 14 uno de los automóviles que vigilaba la casa fue embestido por otro Quedó hecho acordeón "Un accidente nada más", me dijeron los agentes, sin ninguna convicción Alfonso Martínez Domínguez cuenta que cumplió celosamente las instrucciones presidenciales Llegó a sus oficinas donde estaban los reporteros de los diarios nacionales, los corresponsales extranjeros, la radio y la TV “Repetí –me cuenta–, lo más apegado posible a lo que me había dicho Echeverría, el mensaje a los medios de comunicación Al minuto de haber despachado a la prensa sonó el teléfono de la red Era el presidente Echeverría Me dijo: ‘Muy bien Alfonso, muy bien Estuvo perfecto Lo felicito Necesito hablar con usted Venga para acá’ "Cuando iba rumbo a Los Pinos, tenía mayor información de los hechos –dijo AMD– Los ‘halcones’ habían masacrado a los manifestantes, habían entrado incluso en la Cruz Verde, que está muy cerca de la Normal, de San Cosme, y habían rescatado prisioneros arrebatándolos de los brazos de los médicos y de las enfermeras La policía, ingeniero Heberto –me decía exaltado Martínez Domínguez– no había intervenido Flores Curiel estaba relevado del mando Todo había sido orquestado por Echeverría a través de Gobernación" Manifestaciones de apoyo "Llegué a Los Pinos muy preocupado ¿Y ahora qué? Estaba yo en la sartén "Me recibió de inmediato ‘Muy bien Alfonso, estuvo perfecto ¡Qué buena memoria! Necesitamos hacer una concentración popular para el sábado 12 Llenar el zócalo' Imposible, le respondí En tan poco tiempo no se puede lograr una concentración de ese tipo” –¡Hágalo el 15 entonces, es necesario! ¡Así aplacamos las cosas! Hay periodistas heridos, molestos, indignados Hubo estudiantes heridos, muertos El gobierno necesita el apoyo popular Disponga de lo necesario y haga una magna concentración Usted puede hacerlo "No pude lograr mayor plazo Salí de Los pinos con la comisión de hacer una gran concentración popular "Moví cielo, mar y tierra, Heberto, y logré hacerlo Yo había dirigido al PRI y a la CNOP, tenía experiencia en esas cosas, tengo, todavía tengo, Heberto, muchos amigos, muchas maneras de mover a la gente Fue algo extraordinario, créamelo No basta tener elementos, dinero, no basta disponer de todo, hay que saber organizar Y yo pude hacerlo Fue una gran concentración, ¿se acuerda? Todo un éxito Ahí habló Echeverría, ofreció aclarar las cosas en 15 días más Se comprometió a hacerlo Un gran acto, Heberto, ¿se acuerda?" Ese día 15 estuve recluido en casa Merodeaban agentes del Departamento, se me decía Los "halcones" que me habían "visitado" la noche del 12 estaban todavía en acción por algún lugar Y aunque la prensa anunciaba que el Departamento del DF había levantado sus campamentos a marchas forzadas, se sabía que los había organizado Corona del Rosal y que ahora estaban al servicio de Martínez Domínguez Cobraban al menos en el Departamento del Distrito Federal El acto del martes 15 fue multitudinario El sistema priista funcionó bien Miles y miles de acarreados fueron al Zócalo a "brindar apoyo a Echeverría" Alfonso Martínez Domínguez estuvo nervioso, al lado del presidente Echeverría ofreció castigar a los responsables Su política de apertura democrática no iba a quedar empañada por un acto así Era –se decía– una provocación Alguien se le había salido del huacal a Echeverría, se rumoreaba Vinieron a casa muchos jóvenes En la Iberoamericana estaban algunos hijos de Echeverría Ellos comentaban –según se decía– que Alfonso era el culpable Comentábamos los hechos Se organizaban actos en la Ciudad Universitaria, en Zacatenco, en el Casco, en la Normal, en la Ibero Esa tarde del martes 15 de junio habíamos charlado con muchos jóvenes A las 19 horas con treinta minutos, sonó el teléfono Descolgué la bocina –Habla Moya Palencia, ingeniero Castillo –yo no había cruzado antes palabra con él-- Por instrucciones del señor presidente de la República le comunico que dentro de unos minutos, a las 8 horas, va a presentar su renuncia Alfonso Martínez Domínguez Se despidió amablemente y colgó Comuniqué a los jóvenes que me acompañaban Y prendimos la radio Escuchamos el breve comunicado Para dar paso a las investigaciones, renunciaban Alfonso Martínez Domínguez y Rogelio Flores Curiel a sus cargos de Regente de la Ciudad y Jefe de la Policía "Después del acto en el Zócalo –me dijo Alfonso Martínez Domínguez–, el presidente Echeverría me felicitó Muy buen trabajo, Alfonso Magnifica concentración Y nos despedimos" La renuncia, "servicio al presidente" "Al poco rato, por la red, me llamó a Los Pinos Acudí Me recibió y nos sentamos cerca uno del otro Se me acercó tanto que sentí su aliento en mi cara Me clavó su mirada de serpiente en los ojos y tomándome de la quijada me dijo”: (Para esto, Alfonso Martínez Domínguez me había tomado también a mí de la quijada y sus ojos estaban húmedos, a punto de llorar Sin soltarme, oprimiendo mi quijada, Alfonso Martínez Domínguez prosiguió su relato) –Alfonso, vaya usted a su hogar, reúna a su esposa y a sus hijos y dígales que va usted a servir al presidente de la República Dígales que ha renunciado usted al cargo de jefe del Departamento del Distrito Federal Sirve usted así al presidente y al amigo Ya habrá tiempo para implementar su regreso a la función pública "En tanto me decía esto, Heberto, me tuvo tomado firmemente, como lo hago yo con usted, de la quijada No pestañeó una sola vez, Heberto Me soltó y repitió: ‘Junte a su familia y dígales que está usted sirviendo al presidente de la República’ "No pude decir nada Me hervía la sangre Me había tratado como un trapo sucio, me había hecho recitar lo que él quería ante la prensa Y ahora me arrojaba a la basura Salí para no volver" La pasión con que AMD me relató su experiencia, la emoción que puso, las lágrimas a punto de brotar de sus ojos, me impidieron hacer ningún comentario Tomé un sorbo de café Alfonso Martínez Domínguez se limpió el sudor que perlaba su frente Hacía calor Era una mañana de mayo En casa oímos la noticia de la renuncia de AMD La celebramos Parecía que las cosas cambiaban en México Sonó el teléfono de nuevo Descolgué: –Moya Palencia otra vez, ingeniero ¿Qué le pareció la renuncia? –Bien –contesté– si las investigaciones conducen a prontos resultados como ha ofrecido el presidente –De eso quiero hablarle –me dijo– Tengo instrucciones del señor presidente de mostrarle algunos documentos ¿Puede usted venir? A la puerta de su casa están dos personas que pueden traerlo acá "Nunca se sabrá": Moya Llegué a la Secretaría de Gobernación en el lujoso carro que custodiaba mi casa desde el domingo 13 de junio Al entrar, el secretario Moya Palencia fue al grano Sobre una larga mesa tenía esparcidas decenas de fotografías Espeluznantes fotografías –Mire –me dijo extendiendo sus brazos sobre ellas Empecé a mirarlas Se veían jóvenes armados de largas varas golpeando a indefensos muchachos Unos estaban de rodillas, otros tirados, cubriéndose como podían de los golpes En muchas fotografías se veía a la policía uniformada en actitud de espectadora de los hechos Había imágenes de jóvenes, hombres y mujeres, inertes, desangrándose Había fotos terribles de hospitalizados en la Cruz Verde, en el Rubén Leñero, que eran agredidos por los "halcones" en sus mismos lechos Una de ellas mostraba a un "halcón" descargando un golpe sobre un aterrorizado muchacho encamado En otra un agente con pistola en mano, se veía en actitud de disparar sobre un paciente mientras éste se protegía con las manos Recorrí con la mirada decenas de fotografías En todas ellas había evidencia de la complacencia policial con la agresión de los "halcones" Había fotografías muy claras de estos individuos disparando sobre la multitud, parapetados en patrullas policiales, desde camiones de granaderos, desde las azoteas de los edificios Miré a Moya Pregunté: –¿Cómo tomaron estas fotografías, quiénes? No respondió –Lástima, me dijo Yo estimo mucho a Alfonso Pero actuó mal Algo pasó Lástima –volvió a decir– Como usted ve maestro, me dijo, no hay duda de la participación de las exautoridades del Departamento del Distrito Federal Es terrible lo que usted puede ver en estas fotografías El presidente me ha ordenado se las mostrara y charlara con usted Siéntese, por favor Charlamos un poco Me explicó que algunos querían sabotear la apertura democrática que Echeverría deseaba implementar El presidente buscaba abrir cauces legales a la lucha de clases No temía a las organizaciones políticas Pero funcionarios del pasado régimen se oponían –Alfonso equivocó el camino Quizá perdió el control La situación del país es grave Hay un mar de fondo en todo esto Se me acercó y me dijo un poco al oído: "Ingeniero Castillo, tengo instrucciones del presidente de decirle que no habrá más información sobre esto No más Es todo Hay muy fuertes intereses metidos No podemos profundizar más Hasta aquí quedarán las cosas Ustedes pedirán mayores investigaciones Se dirá que se hacen, usted sabe Pero no se hará más Es todo lo que vamos a informar ¿Está claro?" Lo miré inquisitivamente –Fuerzas del exterior, no podemos adentrar más Es todo lo que se sabrá Se levantó Me tendió la mano y me dijo: –Ingeniero Castillo, si usted relata esta entrevista la negaré siempre Es sólo para usted Regresé a casa en el mismo carro que me condujo a la Secretaría de Gobernación Cuando Alfonso Martínez Domínguez terminó de hablar, visiblemente emocionado, yo guarde silencio Recordé lo que había vivido aquel mes de junio de 1971 Cuando se calmó un poco le conté lo que Mario Moya Palencia me había mostrado y dicho No hizo otro comentario que proferir una injuria Tomamos café Mis acompañantes estaban mudos Alfonso Martínez Domínguez me tomó del brazo "Quisiera mantener contacto con usted, Heberto Le reitero mi respeto He confiado en usted Sé que hará buen uso de mi confidencia Necesitaba decírselo a alguien como usted Tal vez algún día lo cuente por escrito Quizá no Ahora corro peligro Yo soy un hombre político en receso Pero los tiempos cambian Rogelio Flores Curiel fue a Nayarit como gobernador El guardó silencio El es inocente Como yo" –Las agresiones contra el pueblo en este país permanecen siempre en el misterio –le dije– Los agresores del pueblo se saben impunes Nuestra historia está llena de estos hechos Cananea, Río Blanco, el 2 de octubre, el 10 de junio Ustedes deben hablar Guardaré su confidencia por ahora Usted no me pide que calle pero me advierte del peligro que corre ahora Pero esto, Alfonso, habrá de saberse algún día Nos despedimos Ahora, Alfonso Martínez Domínguez es candidato del PRI a la gubernatura de Nuevo León Ha expresado repetidas veces que no quiere hablar del 10 de junio de 1971 porque ya habló en su tiempo Es cierto Pero lo hizo en privado Conmigo y quizá con varios de sus amigos Ahora publico su relato para que se ahonde en el problema Carlos Hank González es jefe del Departamento del Distrito Federal Está empeñado en acabar a tiempo los ejes viales Este es otro eje vial inconcluso ¿Se terminará a tiempo, como los otros? Leandro Rovirosa ya no es secretario de Recursos Hidráulicos pero gobierna Tabasco De Ochoa no sé su destino Ellos son testigos, según Alfonso Martínez Domínguez, de aquella reunión del Jueves de Corpus de 1971 en Los Pinos En México existe negra tradición de que los asesinatos, individuales o múltiples de luchadores sociales, queden en la sombra y los asesinos, impunes Suele también acudirse a señalar culpables –a toro pasado– a los presidentes de la República Ahora es como atribuir a Echeverría toda la responsabilidad de 1971 Y a Díaz Ordaz la culpabilidad de los hechos del 68 Es cierto, sin duda Quienes quieran que hayan sido los responsables materiales e intelectuales de esos crímenes, corresponde a esos expresidentes la responsabilidad histórica Fue en su tiempo y, en el mejor de los casos, se puede decir que nada hicieron, que se sepa, por esclarecer esos hechos No se me puede acusar de que pongo en peligro la vida de Alfonso Martínez Domínguez Sus circunstancias han cambiado Tenía razón cuando me dijo que algún día volvería a la función pública "La rueda de la fortuna ha girado" Pero si la vida de Alfonso Martínez Domínguez no corre peligro, la tuya sí, me dijeron algunos compañeros de Proceso cuando hablamos de la necesidad de este relato Otros dijeron que no, que se respira ya otro ambiente en México Hubo empate, pues Yo decido: pienso que es hora ya de ventilar públicamente los hechos del Jueves de Corpus de 1971 y los del 2 de octubre de 1968 Ya es hora

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