Análisis político: Voto en el extranjero
México, D F, 16 de junio (apro)- Desde 1996 las leyes electorales permiten que todos los mexicanos tengan el derecho a votar sin importar el lugar en donde estén, lo cual significa que desde entonces los connacionales que viven en el exterior en edad de emitir un sufragio podrían hacerlo sin ningún problema Sin embargo, hasta el momento esto no ha sido posible por intereses políticos
El 12 de noviembre de 1998, el Instituto Federal Electoral (IFE) terminó un estudio que adelantaba la posibilidad real para que en las elecciones presidenciales del 2000, más de 10 millones de mexicanos que radican en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, pudiesen votar para elegir al presidente de la República
A pesar que el estudio se entregó al Congreso de la Unión para que se analizara y se elaborara una ley que permitiera a los mexicanos en el exterior ejercer el derecho a votar que otorga el artículo 36 de la Constitución, el PRI y el PAN principalmente no hicieron el mayor esfuerzo para empujar dicha ley
Una de las razones de fondo que echó atrás esta posibilidad fue que los mexicanos en el exterior votarían en su mayoría en contra de los partidos que han sostenido el modelo económico que los obligó a salir del país en busca de mejores niveles de vida
Fue así que el trabajo que el IFE realizó por varios meses fue infructuoso Ni PRI ni PAN fueron lo suficientemente valientes para abrir la posibilidad de que en las elecciones del 2000 los millones de mexicanos que viven en otros países –esencialmente en Estados Unidos--, ejercieran el derecho al voto para elegir al presidente El pretexto principal que se esgrimió entonces fue que sería muy costoso crear la infraestructura electoral en el extranjero, amén del miedo a un fraude y a manipulaciones de intereses extranjeros que pudiesen influir en la más grande decisión de la ciudadanía mexicana
Desde 1998 el IFE supo de las posibilidades de que se pudiera ejercer el voto para quienes viven fuera de las fronteras El análisis que elaboró entonces decía que sumando el monto de los mexicanos radicados en el exterior y el monto de los mexicanos residentes en el país, pero ausentes de la República durante la jornada electoral del 2000, el universo sería de 10787 millones de personas (es decir, 1538% de los mexicanos en edad ciudadana en el 2000)
Luego desglosaba en cuatro subconjuntos la población mexicana radicada fuera del país:
(I) Los inmigrantes residentes en el extranjero (Estados Unidos u otros países) que no adquieren otra nacionalidad: 883% (6202 millones de personas)
(II) Los inmigrantes que adquirieren otra nacionalidad por naturalización: 143% o alrededor de un millón de personas
(III) Las personas nacidas en el extranjero (Estados Unidos u otros países) que son hijos de padre y/o madre mexicanos: 386% (2701 millones de personas)
(IV) Las personas radicadas en México pero que se encontrarían ausentes del territorio nacional durante la jornada electoral por razones laborales, de negocios o de recreación: 126% (883 mil personas) De este total, se prevé que alrededor de 122% (857 mil personas) estarían en el vecino país del norte al momento de realizarse las elecciones del 2000
Para elaborar este estudio, el IFE formó una comisión especial que precisaba que la gran mayoría de los mexicanos involucrados en el proyecto del voto en el extranjero (987%) se encontraría en Estados Unidos, ya sea residiendo en ese país (907%), visitando su territorio o su zona fronteriza (34%), o bien trabajando como migrante temporal (43%) o como commuter (03%)
El restante 13% se encontraría radicando en otros países (1%), se encontraría presente en ellos por motivos turísticos (02%), o bien estaría trabajando como migrante temporal en Canadá (01%)
Sin embargo, preveía que una proporción significativa del universo potencial de electores en el extranjero (es decir, uno de cada cuatro de los 10787 millones de mexicanos en edad ciudadana) se encontraría en Estados Unidos en una situación jurídica migratoria irregular (indocumentada)
El estudio del IFE se centraba especialmente en los mexicanos que viven en Estados Unidos y, mediante una encuesta levantada en varios aeropuertos estadunidenses, se revelaba el enorme interés de esta población por participar en la elección principal
El 83% manifestó su disposición de votar ya fuera en los consulados, en casillas especiales e incluso viajar hasta ciudades fronterizas
“Estos datos sugieren la existencia de un franco y notorio interés de segmentos importantes de la población radicada en el vecino país del norte, de hacer lo que sea necesario para cristalizar su deseo de votar en las elecciones mexicanas Así mismo, ponen de manifiesto la importancia de las ciudades fronterizas mexicanas como núcleos estratégicos para la ubicación de oficinas de registro y casillas electorales”, concluía el estudio
Cinco años después, el presidente Vicente Fox manifiesta el interés por recuperar esta iniciativa de ley y permitir que los millones de connacionales que radican fuera de las fronteras puedan votar en la elección del 2006
Seguramente el PAN ya ponderó el enorme apoyo en votos y en dinero que Fox recibió de los mexicanos en Estados Unidos, y por eso ahora está de acuerdo con esta iniciativa El PRD ya ratificó el apoyo que dio desde 1998 Sólo falta el PRI, y por lo que empieza a observarse, no le interesa el voto de más de 10 millones de mexicanos, pues teme que sean en contra
Sobre todo, porque ante unas elecciones previsiblemente cerradas, sabe que el voto de los mexicanos en el extranjero podría definir el ganador de la elección presidencial