Argentina: La deuda eterna
Buenos Aires (apro) - El país con la mayor cesación de pagos de la historia aspira ahora a elevar el estandarte de la más grande quita en el volumen de la deuda externa jamás conocida en el mundo financiero internacional
Argentina movió otra vez sus fichas para salir de la convocatoria de acreedores privados en que se sumió tras la crisis de diciembre del 2001, considerada por analistas como la mayor traba para lograr un crecimiento económico sostenido y su vuelta “al mundo real”
Su ministro de Economía, Roberto Lavagna, formuló el primer día de junio una nueva propuesta, juzgada como la última por Buenos Aires, a los miles de acreedores privados dueños de bonos de deuda argentina por un valor de 81 mil 200 millones de dólares La otra deuda, la acumulada durante décadas ante los organismos internacionales y que suma unos 25 mil mdd, se sigue pagando en tiempo y forma a pesar de los continuos jaloneos con el FMI
La propuesta fue una especie de ultimátum a los ahorradores que vieron en el 2001 cómo sus bonos de deuda argentina valían menos que un papel decolorado del juego de Monopolio
"No hay repechaje y lo digo con toda fuerza, los fondos buitres están nerviosos y están actuando Esta es la viabilidad que tiene la Argentina, hicimos una propuesta para salir del default, y no una propuesta para salir y después al poco tiempo volver a caer en él", sentenció el presidente Néstor Kirchner
La quita récord, rechazada ya de plano por grupos de ahorradores internacionales organizados, es del orden de los 60 mil 900 millones de dólares
“Estoy en una posición de optimismo moderado Me parece, echando mano a la terminología de buena fe, que Argentina ha cumplido bastante su parte Ahora es el turno de la buena fe de los otros, de los acreedores, del FMI, el Tesoro de Estados Unidos y el Grupo de los Siete, que tendrán que reconocer públicamente la ecuanimidad de esta propuesta como para ayudar a la creación de un clima de aprobación”, dice en entrevista con Apro el analista y exviceministro de Economía, Eduardo Curia
La propuesta, la segunda que realiza la Argentina después de la anterior presentada en la cumbre de FMI en Dubai en septiembre pasado, prevé una quita de 75% de la deuda privada, al igual que en la primera oferta
La diferencia entre ambas propuestas radica en que ahora Buenos Aires se propone reconocer los intereses desde el default, del orden de los 18 mil 200 millones de dólares acumulados hasta diciembre de 2003 Por la suma de capital e intereses la deuda se ubica en 99 mil 400 millones, pero si se le restan los 60 mil 900 millones de quita, se obtiene un volumen final de 38 mil 500 mdd
Pero la oferta incluyó además un “premio”: si más de 70% de los acreedores acepta la propuesta, el Estado argentino les reconocerá los intereses entre diciembre del 2003 y junio de 2004, o sea, otros 4 mil 700 millones de dólares que elevarían la nueva deuda a 43 mil 200 millones de dólares
¿Esta es la oferta definitiva o podrá ser mejorada?, le preguntó un periodista a Lavagna durante la conferencia de prensa en que se anunció la propuesta
“Obvio”, dijo el ministro en una respuesta más que ambigua Tras unos segundos de incómodo silencio, retomó: “Es obvio que esta es la última propuesta”
La pregunta llevó consigo las dudas de que la nueva oferta se inserte en una larga partida de ajedrez político, con idas y venidas, ya que en Dubai el gobierno también dio por sentado que esa era la última propuesta oficial
El guante lo tomó la principal referente de la oposición interna, la exdiputada centroizquierdista Elisa Carrió, quien acusó al gobierno de estar provocando “una suerte de histeria, hacerse el malo en la negociación y después entregarse
“Hay que gritar menos, hay que ser menos duros, incluso en la propuesta, pero mucho más persistente en la negociación”, indicó
Argentina se guardó además lo que considera “un as en la manga”: los tres tipos de bonos ofrecidos, a 30 y 42 años, tienen un cupón atado al crecimiento económico del país, que aumentará anualmente los pagos en caso que el crecimiento haya excedido el año precedente al proyectado O sea, a mayor crecimiento, mayores pagos
En caso de aceptarse la oferta, la deuda argentina disminuirá del actual 134% del producto interno bruto interno (PIB) nacional a 78% en el 2005
En general, el plan oficial fue respaldado por analistas, políticos y empresarios La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que agrupa a las firmas más importantes del país, respaldó el proyecto “Vemos signos muy alentadores que nos hacen esperar una pronta y satisfactoria conclusión de las negociaciones”, dijo Luis Pagani, presidente de la corporación y titular de la empresa Arcor También sumaron su respaldo la poderosa Unión Industrial Argentina, la Sociedad Rural, las Cámaras de la Construcción y de Comercio y la Asociación de Bancos Privados
Para el analista Aldo Abraham, quien integró el equipo de asesores del exmandatario Carlos Menem en las últimas elecciones presidenciales de abril de 2003, “la oferta tiene puntos positivos
“Principalmente el cupón atado al crecimiento del PIB, que implica decirles a los acreedores ‘hoy no les puedo pagar más y van a tener que aceptar una quita enorme, pero si nos va mejor, los asociamos a esa bonanza económica’”, dijo Abraham a Apro
“Por otro lado, es bueno que se reconozcan los intereses devengados, si no, hubiese sido muy difícil que la propuesta tenga éxito”, indicó
Al enumerar los aspectos negativos, Abraham mencionó el hecho de que “se llega a esta oferta sin haber negociado con los acreedores, sino que se arriba por la vía de la imposición
“En realidad, si esa propuesta es mal vista, tendrá un costo político por la demagogia del discurso de gobierno”, agregó
Para Eduardo Curia, quien fue viceministro de Economía durante la primera gestión de Menem, la oferta “no es un paso atrás”, teniendo en cuenta que sobreviene al ultimátum lanzado en Dubai
“Están explorando las distintas posibilidades sin alterar la filosofía de la propuesta original Les están diciendo: yo pago según mis posibilidades”, afirmó
“Ahora, estamos en el límite infranqueable Yo diría que puede haber un as en la manga, la cereza que corona el helado, por ejemplo, algún pago en efectivo si esto fuera ya el elemento que da la conclusión formal” del acuerdo, indicó “Ahora pueden venir algunos meses más de negociación”
No de acreedores
Pero los acreedores reaccionaron con una fuerte oposición a la propuesta El Comité Global de Bonistas de la Argentina amenazó con bloquear la reestructuración de la deuda y pidió incluso la mediación de los gobiernos de Italia (donde vive la mayoría de los bonistas extranjeros) y de Estados Unidos
"Representamos actualmente a 44% de los acreedores y es posible que el porcentaje aumente y lleguemos a ser más de la mitad, por lo que podríamos bloquear la reestructuración de la deuda argentina con los acreedores privados", dijo Nicola Stock, copresidente del grupo
Stock, el principal referente en las negociaciones, llamó al FMI y a Washington a cambiar “la actitud condescendiente que tienen con la Argentina”
El comité, según sus representantes, está integrado por unos 450 mil pequeños tenedores de títulos, además de bancos estadunidenses y japoneses, inversores alemanes e incluso argentinos
Stock dijo que la propuesta argentina “es inaceptable”, y acusó al gobierno de Kirchner de “poco creíble”
Así las cosas, el presidente Kirchner comenzó su segundo año de mandato con un ojo puesto en la deuda externa y otro en la interna, con su secuela de pobreza y marginación heredadas de la crisis, convencido que su futuro político está atado a ambos frentes y lanzando una severa advertencia a quienes, según dijo, buscan “inviabilizar” su gobierno dentro del país
“Son sectores desplazados, representantes de la década de los noventa, defensores del endeudamiento de la convertibilidad (paridad 1 a 1 dólar/peso)”, dijo Kirchner, quien mencionó entre ellos a un par de economistas, un centro de estudios económicos, al excandidato presidencial derechista Ricardo López Murphy y al expostulante a alcalde de Buenos Aires y presidente del club de futbol Boca Juniors, Mauricio Macri
Ellos “coinciden con muchos sectores porque quieren el país que nos agobió en los noventa", aseveró