Sucia, sí; guerra no
En reacción a su libro Los patriotas De Tlatelolco a la guerra sucia, escrito en colaboración con Carlos Monsiváis, un grupo de exguerrilleros mexicanos envió a Julio Scherer García, el pasado 9 de julio, una carta cuyo texto se reproduce a continuación, seguido de la respuesta que a ella da el fundador de Proceso
Sr Julio Scherer García:
Varios exmilitantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, así como de otras organizaciones que la antecedieron o estuvieron relacionadas con ella, queremos expresar una opinión general sobre algunos aspectos del libro Los Patriotas De Tlatelolco a la guerra sucia, que, con la participación de Carlos Monsiváis, acaba usted de publicar
Reconocemos que en el libro se expone por primera vez de manera pormenorizada, basada en pruebas documentales irrefutables, la responsabilidad de las más altas autoridades del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz en los acontecimientos que tuvieron lugar el día 2 de octubre de 1968, y del gobierno de Luis Echeverría el 10 de junio de 1971
Se narran en él, también, basándose en documentos y testimonios, las atrocidades cometidas, tanto por miembros de la Dirección Federal de Seguridad como del Ejército, en la llamada "guerra sucia", y, de manera particular, la participación de la Brigada Blanca en la desaparición de cientos de personas, sobre todo en varias comunidades de la montaña del estado de Guerrero
Sin embargo, queremos expresar nuestro más rotundo rechazo a la manera en que se retrata a dos de los principales dirigentes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, esto es, a Ignacio Salas Obregón, Oseas o Vicente, y a David Jiménez Sarmiento, Chano, y no el Piojo Blanco, como en el libro se le identifica
Decir que Oseas se dio el placer de matar y que Jiménez Sarmiento asesinaba tanto a policías como a hombres de la calle; que, además, traficaba con cocaína y heroína; que "coleccionó mujeres"; y que podría figurar en una antología del crimen y haber contribuido al crecimiento del hampa, no pasan de ser afirmaciones gratuitas e infundadas
¿Quién atisbó en la mente de Salas Obregón para poder afirmar que éste "sentía el placer de matar"? ¿Qué pruebas existen de que Jiménez Sarmiento era un guerrillero narcotraficante? ¿Cuál es el límite, "moralmente permisible", en cuanto al número de mujeres con las que un hombre puede mantener relaciones, o de hombres, en el caso de una mujer?
Lo anterior, no parece ser más que un intento (deliberado o no, nacido de cierto entusiasmo periodístico o de una irresponsabilidad histórica para con quienes ya no pueden exigir el derecho de réplica) de ensuciar la memoria de individuos que, a pesar de los errores que indiscutiblemente cometieron las organizaciones guerrilleras, en general, fueron hombres íntegros que se esforzaban por conducirse conforme a lo que ellos entendían que eran los principios políticos y éticos de la ideología marxista que profesábamos, y que cientos de compañeros llevaron hasta sus últimas consecuencias
Negamos así mismo haber ensuciado la guerra Hoy más que nunca queda claro que la lucha armada en nuestro país fue fundamentalmente una reacción válida, entre otras, frente a los criminales hechos represivos que con toda impunidad llevaron a cabo los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y de Luis Echeverría
En el período de descomposición de la lucha armada de los setenta hubo efectivamente "operativos" de la guerrilla que fueron más allá de la defensa y que llegaron a lindar con el terrorismo Pero, ¿dónde están las evidencias de que los guerrilleros hayan secuestrado y torturado a civiles, policías y soldados? ¿Cuántos, de todos aquellos que enfrentaron con absoluta impunidad a la guerrilla, fueron desaparecidos por ésta? ¿Cuántos de ellos fueron lanzados vivos al mar por los guerrilleros?
Muchos compañeros, sobrevivientes de la lucha armada de los sesenta y setenta, particularmente de la Liga, emprendimos, hace años, algunos desde la cárcel, en los setenta, una reflexión y análisis autocríticos de la línea política y en particular de la actividad militar, con el objeto de ubicar y aceptar abiertamente nuestros errores y equivocaciones
Seguimos pensando que la mayoría de los que entonces nos incorporamos a las filas guerrilleras fuimos jóvenes que creíamos en un ideal, que nuestra utopía no ha muerto y que está junto a nuestras esperanzas de un mundo mejor, incluso en esta época de cariz cada vez más negro
A más de 30 años de nuestra experiencia armada, algunos de entre nosotros estamos empeñados en estos momentos en contribuir a la creación de una alternativa plausible de organización, que escape a las antiguas y muy sólidas claves que identifican a la política con el negocio y la "prosperidad" individual
Además de la de narcotraficante y empresario-con-contactos, la profesión más rentable en este país sigue siendo la de "político" Precisamente por ello, dignificar el ejercicio de la política es, quizás, el empeño más difícil de todos, porque de su no-dignidad derivan todos los males, desde la inseguridad hasta la miseria
Como conclusión: aunque así se haya impuesto en el uso cotidiano, la llamada guerra sucia, aunque ciertamente sucia, no fue una guerra Éstas, las guerras, ocurren entre dos bandos relativamente equilibrados, no entre cuerpos estatales actuando con absoluta impunidad y un puñado de civiles pobremente armados
La verdadera guerra sucia, si nos descuidamos, podría empezar justamente ahora: una guerra de papel alimentada por "investigaciones históricas" que, al poner en un plan de igualdad a represores y perseguidos, a víctimas y verdugos, alimentarían a su vez las recientes peticiones de "perdón para todos"
Y a nosotros, lo decimos sin ambages, de nada se nos tiene que perdonar
AGUILAR TERRÉS MARÍA DE LA LUZ
ALDANA JORGE
ALONSO VARGAS JOSÉ LUIS
ARCINIEGA CANO AMANDA
BARRAGÁN OCHOA SERGIO
CILIA OLMOS DAVID
DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ ALBERTO
ESPARZA FLORES JOSÉ LUIS
ESQUIVEL REVILLA EDUARDO
EVANGELISTA MUÑOZ AGUSTÍN
FUENTES GARCÍA NICOMEDES
GALLEGOS NÁJERA ARTURO
GIL OLIVO RAMÓN
GONZÁLEZ CARRANZA ROSA MARÍA
LÓPEZ LIMÓN ALBERTO
MALDONADO MARTHA
MIRANDA LUIS SERGIO
MONTES MONTES VICTORIA
MORALES VARGAS TRINIDAD
MORENO BORBOLLA JOSÉ LUIS
NAVARRETE HERNÁNDEZ JAVIER
OLIVARES TORRES JOSÉ LUIS
OROZCO MICHEL ANTONIO
PALACIOS HERNÁNDEZ BENJAMÍN
PERALTA ZEA GABRIEL
PIMENTEL RAMÍREZ JULIO
RAMOS MOGROVEJO RAMÓN
RECHY MONTIEL MARIO
RENTERÍA ARMANDO
REYES PELÁEZ JUAN FERNANDO
RIVAS JIMÉNEZ ARTURO
ROBLES GARNICA GUILLERMO
RUIZ SÁNDEZ RAMÓN
SÁNCHEZ HERNÁNDEZ ALBERTO
SANTIAGO DIONISIO OCTAVIANO
TOPETE MIGUEL
TORRES DÍAZ ENRIQUE
URANGA LÓPEZ LOURDES
VELÁSQUEZ MOLINA HÉCTOR JAVIER
Para recibir alguna notificación o respuesta diríjase a José Luis Alonso Vargas al teléfono 55952990 o 0445525118176, jlav_2003@yahoocommx y madelaluz@terracommx Domicilio: Camelia 289-A, El Toro, Magdalena Contreras, México, DF CP: 10610
Una aclaración simple, pertinente
No soy yo el autor de los retratos de Ignacio Salas Obregón y David Jiménez Sarmiento Corresponden a los documentos que dan forma a un trabajo escrupuloso, según se puede leer en el propio libro
JULIO SCHERER GARCÍA