ATUENDO:El burro mayor
* “Yo ya me voy”: LaVolpe
México, D F, 19 de julio (apro)- Por sus propios delirios de persecución y su paranoia, Ricardo Antonio LaVolpe asocia el riesgo de una derrota con una palabra catastrófica en su castigado cerebro: periodistas
Invariablemente recurre al gremio periodístico para sacar de su ego exaltado las citas que más le gustan:
"Si no me quieren, me voy"; "el 70 por ciento de los periodistas son corruptos"; "los periodistas son unos burros" o algunas que utilizaba en el Atlas, como "los periodistas valen dos pesos"; o la típica "muertos de hambre"
Tras la caída en Perú, que lo volvió a la realidad profana y mundana, LaVolpe sigue diciendo que "10 o 15 periodistas" mexicanos no lo dejan trabajar en paz y ante sus colegas de la televisión argentina declaró que él ya se va, que no trabaja en ese clima de tensión y que en un año estará entrenando juveniles porque ahí no existen las mismas exigencias que en el máximo nivel
A ratos la misma prensa piensa que con LaVolpe se consigue una sola e inútil cosa: perder el tiempo
Su cabeza no da para más Mientras no conecte la lengua con el cerebro seguirá cometiendo pifias Y al sembrar vientos, lo único que puede cosechar es tempestades Y, con el rifle al hombro, la prensa esperará una derrota para írsele encima con todo el arsenal por disparar Esa es la realidad
Una enfermiza relación LaVolpe-prensa, que empeora a cada momento y que terminará por arruinar sus bifes a la hora de sentarse a la mesa, no le dejan disfrutar sus casi 100 mil dólares mensuales por su descansado trabajo de entrenador de la Selección Mexicana
¿Qué tiene que estar haciendo aquí un ciudadano del mundo, un brillante argentino, que se sacrifica dirigiendo a la Selección Mexicana cuando podría estar trabajando en la banca del Real Madrid, del Manchester United o del Chelsea? Pero el sadomasoquismo mantiene viva la llama
La Federación Mexicana de Futbol, con el tibio Alberto de la Torre trata de calmar la situación e invita a jugar "cascaritas" a los enviados especiales de la prensa, les paga algunas comidas de reconciliación y realiza un intenso trabajo de relaciones públicas para ayudar al tormentoso entrenador que fue elegido, seguramente, en una larga noche de tragos
México tenía tres opciones más: Hugo Sánchez (el único mexicano), Luiz Felipe Scolari y Carlos Bianchi Todas esas opciones más tranquilas, con buenas relaciones con la prensa y sin tanto drama Pero eligieron el tango, en lugar del mariachi o la samba Y pues ahora se aguantan
La prensa y LaVolpe, que seguirán su sadomasoquista relación, mientras el calendario se aprieta para llegar a los Juegos Olímpicos de Atenas Y así, a unos días de otro posible fracaso, LaVolpe acomodará la cabeza en su almohada, pero un mal grito no le permitirá conciliar el sueño El grito de "¡Hugo, Hugo, Hugo!", que lo acompañará todos los días, mientras siga al frente de las selecciones mexicanas