EU: Democracia en las calles

domingo, 22 de agosto de 2004 · 01:00
Nueva York, (apro) - Las cuatro mujeres del grupo Code Pink que el 17 de agosto fueron arrestadas por protestar frente a la casa de alcalde Bloomberg, no sabían que algunos de sus compañeros activistas tenían boletos gratuitos, cortesía de la ciudad de Nueva York, para ingresar al Museo del Sexo Utilizando una vieja estratagema de seducción, los políticos neoyorquinos negociaron con restaurantes, teatros, cafés y museos de la ciudad para que éstos ofrecieran descuentos a los manifestantes que adquirieran botones con la leyenda Peaceful Political Activists ¡Si tan sólo los Romanov hubieran pensado en esto! Aunque cuesta trabajo imaginarse a los campesinos que integraban los soviets renunciando a la revolución con tal de tener boletos de primera fila en un teatro moscovita, los intentos del alcalde por adormecer los espíritus pretenden tener eco entre los miles de opositores a la administración Bush que se congregarán en las plazas y calles de Manhattan durante la Convención Republicana, que se celebrará del 30 de agosto al 2 de septiembre en el Madison Square Garden De acuerdo con Michael Walzer, quienes se oponían a la guerra de Vietnam en los sesenta sólo visitaban la aburrida Washington DC cuando Joan Báez cantaba o Martin Luther King pronunciaba palabras iluminadas Para la generación de activistas que crecieron en la era de Internet, la hora de la protesta política llega en una ciudad donde el oropel y el espectáculo es cosa de todos los días Al ver la serie de manifestaciones y actividades político-culturales que se han montado, es difícil no arquear la cejas ante la decisión que tomó el Partido Republicano de organizar, por primera vez en la historia, su convención en Nueva York Aunque el 11 de septiembre sigue siendo una fecha emblemática de la historia reciente, el exalcalde Giuliani difícilmente podrá evocar la mezcla de indignación y dolor que los ataques produjeron entre los neoyorquinos La razón es clara: entre el otoño del descontento en el 2001 y el verano peligroso del 2004 muchos estadunidenses han aprendido a detestar a George W Bush Decenas de miles de ellos ejercerán su derecho a injuriarlo en las diversas maneras que conoce el arte Al menos eso es lo que pretenden los organizadores del festival Imagine Festival of Arts, Issues and Ideas Gracias a esta iniciativa, decenas de teatros, museos y cafés de Manhattan estarán repletos de imitadoras de Susan Sarandon y de falsos Tim Robbins Ninguna pareja de actores encarna el ethos donde la contracultura y la protesta política se unen al glamour y las lentejuelas: pero ¿no es cierto que la Revolución Francesa fue ante todo una obra de teatro? El arte en tiempos de guerra: si Pablo Picasso nos ofreció en el Guernica el rostro resquebrajado de la muerte, la serie de películas War Protest in America 1966-2004 que se exhibirán en el Whitney Museum of American Art entre el 26 de agosto y el 24 de octubre, nos muestra los rostros de la indignación: toda guerra produce sus muertos y el coraje tras las barricadas En Nueva York el teatro político y la cultura nunca han sido extraños Bajo la canícula de agosto del 2004, Manhattan es a la vez una polis griega y un carnaval plástico Para el artista promedio que monta sus obras en Nueva York, la historia de la cultura occidental sirve para ilustrar porque Dick Cheney encarna el mal y porque la guerra contra Irak fue un episodio de la anti-Ilustración Susan Stroman ha puesto en escena “Las Ranas” de Aristófanes en el Lincoln Center La idea detrás de la adaptación es sugerir que así como la guerra del Peloponeso causó la desgracia de Atenas, la guerra contra Irak afectará a las instituciones republicanas de Estados Unidos En la era de las celebridades comprometidas, los rostros famosos del celuloide hablan con palabras que parecen provenir del Jean Paul Sartré en el café Flore: “Todos los que conozco sienten la absoluta necesidad de comprometerse políticamente en estos momentos”, comenta la actriz Marisa Tomei al Village Voice mientras se prepara para la representación de Electra en la New York Public Library for the Performing Arts, que se llevará a cabo el mismo día de la inauguración de la Convención Republicana La mejor comedia siempre ha tenido dimensiones políticas Mientras los sonrientes delegados aventarán confeti al aire cuando Bush acepte la nominación, Margaret Cho, una comentarista lúdica del poder, hará bromas a costa de Halliburton, y el grupo satírico Billonarios por Bush intentará provocar la lucha de clases antes de subirse a sus limusinas La actriz Chalfant de la agrupación Theaters Against War participa en el documental británico “Guantánamo”, que nos informará de los espacios humanos donde reina la tortura El paseante neoyorquino se preguntará cuándo será exhibido el documental equivalente que se llamará, quizás, Baghdad under Hussein Mientras tanto en Foley Square, a unos pasos de esa herida ritual que es la Zona Cero, un enorme megáfono rojo ha sido montado para que la creación de la Primera Enmienda no haya sido en vano Entre el 17 de agosto y el 13 de noviembre habrá una placa entre las calles Pearl y Centre en la que se invita a todo mundo a “detenerse y hablar”: la democracia está en las calles Para los aficionados al deporte la mención del Madison Square Garden evoca imágenes olímpicas: las canastas de Patrick Ewing, el revés a dos manos de Jimmy Connors, los jabs de Joe Frazier Sin embargo, para los delegados del Partido Republicano la hora mágica llegará cuando Arnold Schwarzenegger haga una broma con acento alemán o John MCain hable, como un patriarca magnífico, de las virtudes republicanas de la patria de Jefferson y Madison Afuera, más allá del repiqueteo de matracas y el ondear de banderas, se escuchará un lejano rumor de multitudes que se alejan Son quienes se indignaron cuando George W Bush juró respetar la Constitución como presidente de Estados Unidos, so help me God, a pesar de haber obtenido menos votos que Al Gore Son los primeros que se ríen cuando el habitante de la Casa Blanca comete agravios contra la lengua inglesa Son quienes sintieron una tensión en el bajo vientre cuando cayeron las primeras bombas sobre Bagdad Son quienes aplaudieron, sonrieron y lloraron con el último film de Michael Moore Aproximadamente 250 mil opositores al gobierno de Bush mostrarán su descontento en las calles mientras el comisionado de la policía de Nueva York, Raymond W Kelly, vivirá la jornada más larga de su vida “Creo que los activistas tienen que reconocer que la vida de todos ha cambiado El peligro es que un número significativo de personas reunidas puede ser un blanco para los terroristas”, comentó Kelly al New York Times el 26 de julio, tratando de explicar por qué el gobierno de la ciudad decidió no permitir que las protestas se realizaran en el Central Park Ello no impedirá, sin embargo, que los activistas entonen canciones de protesta en otras áreas de la ciudad “1-2-3-4 We don´t want another war, 5-6-7-8, stop the killing, stop the hate”, se escuchará como un mantra obligado en los alrededores del Madison Square Garden Sin embargo, los activistas no estarán solos Un grupo de jóvenes republicanos se han organizado para contrarrestar las voces opositoras Guerra de slogans: a una pancarta que originalmente tenía escrito “la guerra nunca ha solucionado nada”, los republicanos le han agregado “excepto por la liquidación del esclavismo, el fascismo, el nazismo y el comunismo” En realidad la Convención Republicana en Nueva York tendrá el efecto de enfrentar directamente a las dos Américas: la conservadora y la liberal La mayor línea de demarcación es, desde luego, la guerra de Irak Puertas adentro del Madison Square Garden se hablará de la ‘guerra buena’, la que permitió deshacerse de un tirano y liberar a un pueblo sometido Para este grupo, estamos de nuevo en 1946 y valió la pena deshacerse de Hitler Puertas afuera, sin embargo, Lewis Lapham y Alex Baldwin hablarán de la ‘guerra mala’; la que no fue autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, la de los intereses inconfesables, la que causó y sigue causando la muerte de incontables inocentes Para ellos, estamos en 1972 y hay que salir de Vietnam Mientras tanto, un grupo nutrido de miembros del Falung Gong estirará el cuerpo frente a la Zona Cero Uno de ellos, alejado visiblemente del resto, escribe un carácter chino sobre una pequeña bandera de Estados Unidos Después sonríe señalando con su índice la bandera: “Compassion, compasión”, dice mientras a lo lejos los rascacielos del distrito financiero se recortan en un cielo demasiado azul Pronto las calles de Manhattan presenciarán el sonido y la furia

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