Incumplidas, expectativas del TLCAN sobre problema migratorio: Verea
* La investigadora del Cisan asegura que el acuerdo no ha logrado reducir la movilidad laboral, como se esperaba
México, D F, 15 de septiembre (apro)- Mónica Verea Campos, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (Cisan), afirmó que “se incumplieron las expectativas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para que se redujera la movilidad laboral y se resolviera el problema migratorio”
Durante el coloquio internacional “El impacto del TLCAN en México a 10 años”, Verea señaló: “Los efectos económicos del tratado, junto con el importante crecimiento económico estadunidense, constituyeron las fuerzas determinantes para generar una fuerte demanda de trabajadores temporales con alta y baja capacitación, principalmente en Estados Unidos
“Por otra parte, las redes sociales de los connacionales han promovido un mayor desplazamiento hacia ese país Si a ello se suma la débil oferta laboral mexicana, los difíciles procesos de reajuste financiero, y las repetidas y prolongadas crisis, se concluye que ese flujo no cesará en un futuro cercano”, añadió
La especialista explicó que con el “espíritu de colaboración” surgido desde la negociación del tratado, se logró una dinámica entre los sectores de la economía y las corporaciones internacionales, inversión extranjera, cuantiosas transacciones comerciales, la apertura de múltiples negocios y una mayor afluencia de estudiantes, académicos, empresarios, lo que sin duda ha generado un mayor entendimiento de la inseparable y compleja integración de la región de América del Norte Sin el convenio, este dinamismo hubiera sido mucho menor, agregó
Según Verea, el tratado implicó la atracción de nuevos migrantes o visitantes temporales en los tres países, además de que se ha incrementado en forma significativa el flujo de los denominados “huéspedes”, precisamente porque existe mayor comercio e inversión
Por su parte, Alicia Puyana Mutis, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dijo que “México negoció el TLCAN en condiciones de asimetría, no sólo por el tamaño de las economías, sino también por la productividad
“Nuestro país dio un gran viraje al negociar la agricultura porque su posición inicial, que era reservar una serie de productos y mantenerlos al margen del proceso de liberación, fue transformado y los integró a todos Lo hizo con un ajuste de desgravación más complejo que el de la industria”, refirió
“Las diferencias con Estados Unidos son enormes El campo mexicano hasta antes de la apertura se había sometido a un transcurso de sustitución de importaciones, y pasó a un trato discriminatorio y desigual, al existir subvenciones de Estado”, afirmó
A su vez, Rocío Vargas Suárez, del Cisan, dijo que si bien el tratado no fue punto de partida a los cambios en la sociedad canadiense o en la mexicana, sí fue un catalizador, un iniciador del desmantelamiento de los monopolios verticalmente integrados En este sentido, inició la introducción de un modelo de mercado que implica privatización, desregulación y liberalización
“Las expectativas estaban relacionadas con las garantías a largo plazo de las inversiones extranjeras, mediante la certidumbre y estabilidad jurídica Los norteamericanos conocían la importancia política de los sectores energéticos mexicanos y fue para ellos un elemento importante a considerar”, agregó
A su juicio, “otro punto fundamental del acuerdo comercial fue la integración con nuestros socios Se formó un grupo de trabajo que opera desde 2001 no sólo para analizar la posibilidad de abrir al sector privado el petróleo, sino la electricidad, el gas licuado y los recursos que poseen”