La decisión de pasar por encima de un decreto de Manuel Ávila Camacho y alinear hoy a cinco, mañana a siete o pasado mañana a 11 jugadores extranjeros en los equipos de primera división obedece a una orden de los propietarios de esas televisoras, que quieren “más espectáculo”, dice Proceso en su edición de este domingo 16 de enero Ante la orden de los dueños de Televisa y TV Azteca, de poner más extranjeros a jugar en el Distrito Federal, obediente, Decio de María Serrano, el poderoso secretario general de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), simplemente la ejecutó Hace casi ocho meses, De María cumplió la primera encomienda de los dueños: ante la sospecha de la infiltración de dinero sucio en el futbol, le ordenaron sacar al Irapuato y al Querétaro “a cualquier precio” De María hizo el trabajo de golpeteo y Jorge Vázquez Mellado, presidente de los Gallos Blancos, lo acusó de amenazarlo con la siguiente frase: “No me obligues a usar la fuerza innecesaria” Esa “fuerza innecesaria” radicaba en la posibilidad de ventilar, a través de la televisión, información privilegiada que se tenía respecto de los presuntos nexos del socio mayoritario del Querétaro con el lavado de dinero, lo que nunca ocurrió Decio de María llegó al futbol para cubrir la parte político-ejecutiva que le estaba faltando al presidente formal de la FMF, Alberto de la Torre Bouvet Y está también ahí por si el juego político del futbol provoca la caída de De la Torre y él ingresa como presidente interino del Consejo Nacional Aunque en público los directivos de la FMF traten de aparentar armonía, en la FMF todos saben que en la cúpula hay una dura lucha por el poder, en la cual se incluye también el caso de los jugadores extranjeros, expone Proceso en su edición de este domingo 16 de enero