El Tucom

jueves, 20 de enero de 2005 · 01:00
México, D F, 19 de enero (apro)- El Tucom (Todos Unidos Contra Madrazo) es un grupo de gobernadores, exmandatarios y legisladores que se han unido para detener a Roberto Madrazo en su ambición por alcanzar la candidatura de la Presidencia desde hace seis años Esta agrupación ha decidido dar la lucha frontal a Madrazo y su camarilla de seguidores que, desde 1999, tienen la intención de lograr la candidatura y la Presidencia de la República a como dé lugar, sin importar formas ni el gasto de recursos Hace seis años estos dos grupos --aunque sin el nombre de Tucom– se enfrentaron en las elecciones internas para elegir al candidato presidencial del PRI en el 2000 Las cabezas entonces eran Francisco Labastida y Roberto Madrazo Hoy parece que la lucha entre ambas corrientes vuelve a repetirse, pero con una diferencia: ya no existe la figura presidencial como árbitro de la contienda La ausencia de este árbitro habrá de acarrear fuertes enfrentamientos entre los madracistas y los del Tucom, integrado por los gobernadores de Hidalgo, Manuel Ángel Nuñez Soto; Estado de México, Arturo Montiel; Coahuila, Enrique Martínez; de Nuevo León, Natividad González Parás; Sonora, Eduardo Tours, así como el senador Enrique Jackson, Francisco Labastida Ochoa y los exmandatarios Miguel Alemán y Tomás Yarrington Dichos enfrentamientos podrían aumentar si tomamos en cuenta que pronto se unirá al Tucom la aún secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo, con quien Madrazo tiene cuentas pendientes, pues traicionó la alianza que habían acordado, de que el tabasqueño dejaría la presidencia del partido para ser el líder de la bancada en la Cámara de Diputados, y la maestra pasaría a dirigir al tricolor Rotas las forma de lucha interna en el PRI, no es difícil prever la posibilidad de brotes de violencia entre ambas partes, principalmente del lado de Madrazo, quien ya la ha expresado en su historia personal como gobernador de Tabasco, donde persiguió a todos sus enemigos políticos hasta el grado de obligarlos salir del estado o del partido, como fue el caso de Humberto Mayans y Raúl Ojeda, ambos en el PRD Con Madrazo juegan políticos con un historial también negro: José Murat, quien terminó violentamente su gobierno con un fallido ‘autoatentado’, que tenía las intenciones de desestabilizar políticamente a Oaxaca previo a las elecciones, y que a la postre cobró la vida de un policía; Ulises Ruiz, que ahora quiere meter a la cárcel a su adversario en la contienda pasada, Gabino Cué; Cesar Augusto Santiago, experto en ‘ingeniería electoral’, un eufemismo del fraude sofisticado en las urnas; los hermanos Carlos y Jorge Hank Rohn, que han sido vinculados con negocios no muy claros en galgódromos, casinos y bancos; y el Grupo Tabasco, encabezado por el gobernador Manuel Andrade, que se ha convertido en uno de los soportes financieros del proyecto madracista Del lado del Tucom no cantan mal las rancheras, y se puede ver la mano de Tomás Yarrington, acusado de estar relacionado con el narcotráfico; Arturo Montiel, ligado a los grupos más truculentos del Estado de México; Enrique Jackson, que tiene como hombre fuerte al también senador Emilio Gamboa, conocido por sus artes políticas oscuras desde que fue secretario particular del presidente Miguel de la Madrid; y Natividad González Parás, hombre cercano a Carlos Salinas de Gortari Este grupo de reciente creación está afianzado en la figura de Elba Esther Gordillo, quien tiene en su agenda de regreso a la lucha política cobrar la deuda pendiente que le debe Madrazo Pocas posibilidades se ven de que ambas partes lleguen a un acuerdo, y de los escenarios que se manejan, es que si Madrazo resulta triunfador, algunos de ellos tomen la decisión de salirse de su partido, o hacer un doble juego, apoyando al tricolor en menor medida y al candidato de otro partido – presumiblemente a Andrés Manuel López Obrador-- en la campaña del 2006 Esta división se viene mencionando desde 1999, cuando Madrazo perdió ante Labastida, pero hoy es más probable debido a que ya no existe entre los dos grupos priistas un árbitro que imponga su autoridad y, sin la figura presidencial de por medio, cada quien puede agarrar el camino que más le convenga

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