Asunción de Bush polariza a sociedad estadunidense

viernes, 21 de enero de 2005 · 01:00
* Desbordan manifestantes a los más de 6 mil agentes de seguridad * Impugnan costos sociales y políticos de la guerra contra Irak * Fue la 55 fiesta inaugural presidencial en la historia de ese país Washington, 20 de enero (apro)- Los más de 6 mil agentes de seguridad colocados en los alrededores del Capitolio y la Casa Blanca no fueron suficientes para evitar que miles de manifestantes opacaran la fiesta de George W Bush, al ser juramentado por segunda ocasión como presidente de Estados Unidos Las groserías y calificativos que gritaron y expresaron con pancartas los manifestantes contra Bush, reiteraron el hecho de que la sociedad estadunidense quedó polarizada a raíz de la reelección presidencial republicana que se consolidó en los comicios del 2 de noviembre de 2004, con la derrota del candidato presidencial demócrata John Kerry En la que fue la 55 fiesta inaugural presidencial en la historia de Estados Unidos, el desprecio a Bush se manifestó ante las mismas escalinatas del Capitolio, y justo al momento en que William Rehnquist, presidente de la Corte Suprema de Justicia, le tomaba juramento a George W Bush, por segunda ocasión como primer mandatario “Incumples las leyes, criminal, hipócrita”, gritaron unas 30 personas que se encontraban a unos 200 metros de distancia del podium donde se realizaba la solemne ceremonia Desde las escalinatas del Capitolio hasta la puerta principal de la Casa Blanca en el 1600 de la avenida Pensilvania, decenas de miles de personas se dieron cita para celebrar, criticar y condenar el inicio del segundo mandato presidencial de Bush, considerado en estos momentos el emblema de los neoconservadores y de la ultraderecha de Estados Unidos, y líder de lo que ahora se conoce como la dinastía política de la familia Bush Los 40 millones de dólares que se estima costó la fiesta política, de los que 17 millones serán pagados por el erario del distrito de Columbia (Washington, DC), fueron suficientes para callar las voces de molestia y rechazo al presidente, sus políticas y funcionarios con los que ya gobernó por cuatro años Como ocurrió durante la contienda presidencial del año pasado, el tema principal de los manifestantes fue la guerra contra Irak y las consecuencias negativas que ha traído para Estados Unidos la política unilateralista de la Casa Blanca, justificada bajo el estandarte del combate al terrorismo internacional “Bush asesino, merece estar en la cárcel”, “manda a tus hijas a Irak”, “Bush te conocemos, y también a papi que, como tú, es un asesino”, “¿te acuerdas de Osama Bin-Laden?”, “Bush mentiroso”, gritaban, y también se leía en las pancartas de los miles de manifestantes, que hicieron todo lo posible por hacerse notar, durante el desfile tradicional que realiza el presidente de Estados Unidos, después de prestar juramento y haber almorzado con todos los miembros del Congreso federal Las autoridades locales, la Casa Blanca y el Servicio Secreto habían planeado que a los manifestantes se les designara un espacio alejado de la vista de Bush, sobre la avenida Pensilvania, sin embargo, la polarización de la sociedad estadunidense se palpó casi en todos los espacios del recorrido de poco más de dos kilómetros que realizó Bush del Capitolio a la Casa Blanca Donde sí no hubo un solo grito ni pancarta de reproche, fue en la sección del recorrido ubicada entre el Departamento del Tesoro y la mansión presidencial (unos 400 metros), y que además transitó caminando Bush y su esposa Laura que, dentro de su limusina Cadillac, que estrenaron para la ocasión, rodaron antes frente a los miles de manifestantes La celebración del inicio del segundo mandato de Bush concluyó con una serie de fiestas de lujo en distintos puntos de la ciudad, aunque sólo a cinco de éstas asistió por unos minutos el presidente y su familia El costo por persona para entrar a alguna de las exclusivísimas fiestas a las que sí asistió Bush llego a costar hasta 15 mil dólares

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