México, D F, 26 de enero (apro)- En noviembre del 2000, en una isla del Caribe, Carlos Salinas, Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo se reunieron para establecer una alianza estratégica para apoderarse del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y, posteriormente, ganar la candidatura presidencial del 2006
Este encuentro –según versión de colaboradores elbistas--, fue clave para los planes de Madrazo y de Elba Esther, quienes habían quedado relegados del poder desde el gobierno de Ernesto Zedillo, a la postre, el principal enemigo del salinismo
El acuerdo entre los tres fue que el tabasqueño y la chiapaneca irían en mancuerna en las elecciones internas del 2001: Madrazo como presidente del partido y Elba Esther como secretaria general, con la promesa de que al presentarse la renovación del Poder Legislativo, el tabasqueño iría como coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados y la maestra tomaría las riendas del partido
Pero todo fue al revés y Madrazo se quedó en la presidencia del PRI y la maestra se fue por un corto periodo a la coordinación de la bancada de su partido en San Lázaro
Madrazo, siguiendo su tradición, traicionó el pacto que había establecido con Salinas y Elba Esther Gordillo, y siguió su propio camino hacia la candidatura presidencial que hoy le disputa un fuerte grupo de gobernadores y legisladores, encabezados por Enrique Jackson
La ruptura de este pacto afectó el plan trazado desde hace tres años por el salinismo: Elba Esther Gordillo sufrió peor derrota cuando fue destituida como coordinadora en la Cámara de Diputados por órdenes de Madrazo, quien al mismo tiempo, se echó para atrás en su compromiso de apoyar las reformas estructurales del gobierno foxista
La doble traición de Madrazo hizo mella en su relación con Salinas, quien ha tomado cartas en el asunto y ha empezado a presionar al tabasqueño a través del gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, quien se ha puesto a la cabeza del grupo Todos Unidos contra Madrazo (Tucom) para exigir al presidente del PRI renunciar a su cargo en marzo, si es que quiere aspirar a la candidatura presidencial
En diciembre del 2004 Madrazo intentó resarcir la alianza con la maestra Gordillo y la buscó en esos días navideños en que decidió dejar su casa de San Diego donde se recuperaba de una fuerte infección en el único riñón que tiene, porque el otro se lo donó a su primer esposo hace varios años
Dicen los allegados a la maestra que el contacto se hizo por teléfono y que el intento de Madrazo quedó frustrado, pues Elba Esther Gordillo se mantuvo en su posición de ya no confiar más en el tabasqueño
La división en el PRI quedó de manifiesto y, curiosamente, estaríamos ante la posibilidad de ver unidos en contra de Madrazo a dos grupos que en el 2000 tuvieron fuertes diferencias: los labastidistas y los salinistas
Los madracistas ya se dieron a conocer y son los gobernadores de Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Oaxaca y Guerrero, quienes, curiosamente, pero con otros nombres, hace diez años formaron el Sindicato de Gobernadores o el “grupo duro” del PRI en el cual también se integraban Yucatán y Chiapas
Este grupo al que Salinas llamó en alguna ocasión “la nomenclatura” es el que está detrás de Madrazo en sus aspiraciones por recuperar la Presidencia de la República Es el ala más retrógrada y oscura de la clase política nacional A este grupo pertenecen los políticos mexicanos con experiencia en el fraude, la malversación de fondos públicos para intereses particulares y la elaboración de actos siniestros, como el autoatentado de José Murat el año pasado
Del lado del Tucom tampoco cantan mal las rancheras La presencia de Tomás Yarrington, Emilio Gamboa, Arturo Montiel y, sobre todo, de Elba Esther Gordillo, equilibra las fuerzas ante los amigos de Madrazo
La pelea entre ambos grupos parece inevitable y lo mismo una profunda fractura en el PRI como no se había presentado desde la salida en 1987 de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, entre otros, precisamente en vísperas de la elección presidencial del 88
Las consecuencias de la ruptura del pacto Salinas y Elba Esther con Roberto Madrazo aún no se tienen muy claras, pero esta escisión priista sería la conclusión de una crisis que estalló en el 2000 y que seis años después podría generar la salida de nuevas corrientes del PRI para crear un nuevo partido o adherirse, aunque parezca increíble, al proyecto de Andrés Manuel López Obrador