Más allá de Martín Huerta

viernes, 7 de enero de 2005 · 01:00
México, D F, 6 de enero (apro)- El ya cotidiano cruce de apuestas sobre la eventual destitución de Ramón Martín Huerta como secretario de Seguridad Pública federal es una manifestación, apenas coyuntural, de una tragedia de proporciones devastadoras para México: el crimen organizado, particularmente el narcotráfico, que ha penetrado hasta la médula de este país Tan enorme es el poder del crimen organizado en México, en todas sus manifestaciones, que ha logrado que sectores cada vez más amplios de la sociedad lo vean como algo cotidiano, temible y sin posibilidad de remedio ante un Estado absorto y, en buena medida, coludido Cotidianas son las ejecuciones de sicarios que no respetan ni siquiera a las familias de sus adversarios, a menudo emprendidas en céntricas calles y a cualquier hora, igual que las fugas de delincuentes de las cárceles, la venta de productos ilegales --droga, vehículos, juguetes, ropa, discos…--- y la negociación de secuestros Los narcos ahora se mezclan con las familias pudientes, inscriben a sus hijos en colegios caros, lucen sus joyas sin rubor por la calle, y aun ponen y quitan autoridades Impunes, parecen imparables Ahora los asesinatos y fugas de las cárceles denominadas de alta seguridad dan la dimensión del problema, que ha venido destruyendo el tejido social y que exige determinaciones que rebasan a un solo gobierno o individuo, así se trate del propio jefe del Estado mexicano, en este sexenio Vicente Fox El problema que enfrenta el país es por supuesto más serio que los anodinos pleitos entre políticos, y es de tal magnitud que, sólo para hablar de las drogas, representa aproximadamente 50% de la actividad económica del país, como lo documenta Carlos Loret de Mola en el libro El negocio La economía de México atrapada por el narcotráfico Los capos, en efecto, tienen una capacidad corruptora y de violencia por tal poder económico, que sólo con una estrategia de Estado, apoyada fundamentalmente en todos los sectores de la sociedad, es posible contrarrestar Sin ánimo de dramatizar, algo muy común en los mexicanos, México enfrenta una tragedia sólo comparada con la pobreza que padece más de la mitad de la población, que –además-- suele ser persuadida por criminales para que se le sumen, como lo demuestra también el libro de Loret de Mola, hoy más que nunca recomendable Con los datos que el periodista recopila y escribe, con un ánimo estrictamente informativo, nada de lo que hemos venido observando en el país extraña, ni siquiera la custodia de sicarios de las casillas electorales en las recientes elecciones de Tamaulipas, como lo documentaron los reporteros Alejandro Gutiérrez y Gabriela Hernández en el semanario Proceso Por eso, hecha añicos la estrategia que se ha venido aplicando en México para combatir el crimen organizado, la permanencia o la renuncia de Martín Huerta a la secretaría que tiene la responsabilidad de garantizar, a nivel de todo el territorio nacional, la seguridad personal y patrimonial de los mexicanos, es algo anecdótico, de no ser porque revela también cómo la amistad prima sobre la aptitud La renuncia de Martín Huerta --renuncia, porque el ciudadano presidente Vicente Fox jamás ha cesado a nadie, y en este caso lo más doloroso es salir de la nómina-- es obvio que no terminará con el flagelo del crimen organizado, más todavía si en su lugar fuese nombrado alguien como Miguel Angel Yunes, personaje de toda suerte de enjuagues Urge el empeño definitivo del Estado mexicano para contrarrestar al más grande problema que enfrenta el país, antes que el territorio se convierta en un grotesco escenario semejante al de una guerra civil Comentarios: delgado@procesocommx

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