La "amenaza" turca

lunes, 10 de octubre de 2005 · 01:00
Bruselas, 10 de octubre (apro) -- Pese al contundente rechazo de su opinión pública, la Unión Europea (UE) dio un paso histórico: comenzó el proceso de negociaciones que, en una década, llevaría a Turquía a convertirse en uno de sus países miembro Una razón geopolítica se impuso: Bruselas utiliza el posible acceso de Turquía a la UE como arma diplomática para lograr cambios en la economía y las instituciones políticas de ese país Además, quiere aprovechar la influencia turca en Medio Oriente para impulsar el protagonismo de la UE y reducir el de Washington Apenas 32% de la población europea apoya la causa turca La mayoría se pregunta cómo la UE va a absorber a un país pobre de 72 millones de habitantes sin que ello signifique un colapso del presupuesto común europeo Tampoco entienden cómo sus gobernantes decidieron negociar la integración de un país que está lejos de los estándares democráticos de la UE Además, el ingreso turco alargará las fronteras comunitarias a países conflictivos como Irak, Irán o Siria Y, más aún, su peso en la toma de decisiones será mayor al de los países europeos debido a su tamaño demográfico De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, 70% de la población en Francia y Alemania de plano se opone a la entrada de Turquía En Austria --que hasta el último minuto propuso al país de la media luna una asociación privilegiada en lugar de la integración-- ese porcentaje alcanza el 80%, lo mismo que en la isla de Chipre, cuya mitad es gobernada por un régimen aliado a Ankara desde la invasión turca de 1974 "Apalancamiento" ¿Por qué apostar entonces a un proyecto tan impopular que, según alertan expertos, va a trastocar definitivamente el diseño y el espíritu que rige el proyecto de integración desde hace medio siglo? Una primera razón: "Si los líderes de la UE posponen el arranque de la negociación o si las hacen innecesariamente difíciles, minarán la utilidad del ?sueño europeo? como una herramienta de nuestra política exterior Si la UE no puede ofrecer un calendario creíble de acceso a un socio clave como Turquía, perderá su 'apalancamiento', no únicamente con Turquía, sino también con muchos otros países que aspiran a unirse a la comunidad", afirma Heather Grabbe Grabbe es experta en la región de los Balcanes y en asuntos diplomáticos, y es una de las principales asesoras de Olli Rehn, el comisario encargado de planificar las próximas ampliaciones de la UE Ella colaboró en la realización de un informe publicado en septiembre pasado que revela el pensamiento geopolítico que hay detrás del espaldarazo institucional a Ankara Titulado Por qué Europa debe abrazar a Turquía, el informe también recoge el análisis de Steven Everts, quien se desempeña como consejero de Javier Solana, el Alto Representante de Política Exterior del Consejo Europeo Dicho informe lo presenta el Centre for European Reform, un think tank británico que empleó a Grabbe y Everts hasta el año pasado y en cuyo consejo de asesores está el director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, y el exsecretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), George Robertson Lo patrocinan igualmente el Open Society Institute, del millonario George Soros, y la rama europea de la influyente agencia de relaciones públicas APCO En el informe, Grabbe señala: "Una vez iniciadas las pláticas de adhesión, Turquía se compromete a cumplir los llamados ?criterios de Copenhague? Tendrá, entre otras obligaciones, que desmantelar sus monopolios, establecer una economía de mercado como las europeas, e implementar 80 mil páginas de leyes comunitarias, incluyendo las relativas a los derechos humanos, uno de los puntos que más se le critican" Esa política de "condicionalidad --remarca Grabbe-- es el mecanismo tradicional por el que la UE ejerce su influencia internacional" La funcionaria sostiene que, desde 1999, cuando Turquía fue declarada formalmente candidata a la adhesión, los sucesivos gobiernos de Ankara han realizado grandes esfuerzos para adoptar medidas internas altamente controvertidas, tendientes a reforzar la democracia y los derechos humanos Recuerda que, desde 2002, el AKP --partido del primer ministro turko, Recep Tayyip Erdogan-- ha logrado la aprobación de cuatro paquetes de reformas que otorgaron mayores derechos de autonomía cultural y lingüística a los grupos minoritarios --en especial a los kurdos--, así como un mayor control del poder civil sobre el militar, la liberación de los presos de conciencia, la abolición de la pena de muerte y la protección de la libertad de expresión y de prensa Grabbe estima como "evidente" que la presión europea le ha dado fuerza a los modernizadores turcos, y prevé su fortalecimiento si la UE le ofrece al gobierno de Erdogan un "visible y notable progreso" hacia la adhesión: "A falta de eso, el frágil consenso a favor de las reformas puede desmoronarse rápidamente", al igual que la influencia europea en los países excomunistas y balcánicos que hacen fila para ser admitidos, como Croacia, que también comenzó a negociar su adhesión el pasado 3 de octubre Grabbe recomienda a la UE apoyar abiertamente a Erdogan después de haber mostrado que su gobierno es capaz de continuar las reformas y considerar las aspiraciones turcas como una "oportunidad estratégica" y no una amenaza a la identidad europea También recomienda trabajar en las reformas inmediatas "que ayuden a acomodar a Turquía como miembro" de la UE, como la reforma de su política agrícola --que es aún más proteccionista que la europea--, o las ayudas regionales, de tal forma que las arcas comunitarias no se queden vacías En otra de sus recomendaciones, plantea "aclarar" las condiciones del ingreso de Turquía, refiriéndose a las salvaguardas a la libertad de circulación o al acceso de fondos que pudiera imponer la UE En su opinión, este proceso de negociación será más complicado que el de los 10 países del Este europeo y del mediterráneo que se adhirieron en mayo de 2004, "dado que eran más pequeños en tamaño y competían entre sí para llenar los requisitos", además de que a Turquía el aspecto comercial no le importa mucho, ya que goza de un amplio acuerdo aduanero con la UE Grabbe aborda finalmente un tema determinante: la necesidad de preparar a la opinión pública europea para recibir a Turquía como nuevo socio y evitar así el peor de los escenarios: que después de muchos años de difíciles negociaciones, el tratado de adhesión --que Francia y Austria someterán a un referéndum-- sea rechazado en uno o más países de la UE Por lo pronto, la Comisión Europea ya anunció la organización de una costosa campaña de información que exaltará los puntos positivos de la integración turca Contrapeso En el citado informe, Steven Everts afirma, por su parte, que si la ampliación es por mucho la herramienta más exitosa de la política exterior de la UE, "entonces Turquía podría ser el mayor éxito de su diplomacia" Para Everts, la evolución democrática que ha experimentado Turquía en la última década es fruto del soft power europeo, que apuesta por la diplomacia para lograr la transformación de los países a largo plazo A decir de Everts, Turquía representa el campo de batalla entre la política de "coerción" de Washington (el hard power) que funciona a corto plazo y es sostenida por la disuasión militar, y la de "atracción" de Bruselas Desde esta óptica, el informe pone en duda el supuesto alineamiento de Ankara con la Casa Blanca Señalan: fue un hecho inédito la presión política que, a petición europea, ejerció el presidente Erdogan ante el gobierno turco-chipriota a favor del plan de Naciones Unidas para la unificación de la isla, el cual, al final, rechazó la parte griego-chipriota en un referéndum a principios de 2004 Un año antes, el Parlamento turco votó en contra del envío de tropas a Irak, sin importar que el presidente George W Bus hubiera pedido personalmente a Erdogan esa contribución Un dato más refuerza el argumento: apenas el 21% de los turcos está de acuerdo en que su país debe acercarse más a Estados Unidos, mientras que en Francia, Alemania e Italia ese porcentaje no baja del 30% Everts asegura que las políticas y el estilo diplomático de Turquía es cada vez más europeo: "Mientras en el pasado su política exterior se enfocaba en la seguridad militar y el balance de poder, ahora se nota un incremento en la apreciación de los instrumentos civiles de ley, economía y diplomacia, así como en la defensa del multilateralismo para perseguir sus objetivos" El experto pronostica que la entrada turca "fortalecerá el papel y la influencia de la política exterior y de seguridad común de la UE" en los Balcanes, el Cáucaso y Asia Central pero, sobre todo, en Medio Oriente "Turquía puede contribuir con su experiencia y conocimiento en esa región Su red de contactos, en combinación con el capital político del gobierno de Erdogan, y sus vínculos económicos con la zona, serán puntos positivos para la UE", opina Pero la aportación turca, subraya, será mayor a nivel de "simbolismo político" Explica: para muchos árabes e iraníes la UE es un club cristiano, "blanco", con legado colonialista Hay un sentimiento de que Occidente, incluida Europa, es una fuerza hostil al mundo musulmán Si la UE "toma" a Turquía, enviaría una "poderosa señal de lo contrario" Admitiendo a Turquía, la UE apuesta a posicionarse de una vez por todas por encima de Washington en Medio Oriente Everts detalla tres casos concretos: Israel-Palestina, Irán y Siria Expone: Por un lado Turquía abraza la causa palestina por su condición musulmana, y ello le ha llevado a criticar los excesos de fuerza de Sharon Por el otro lado, comparte con Israel su posición de países democráticos no árabes, con economías de mercado y aliadas de Estados Unidos, lo cual ayudó al establecimiento de un tratado de libre comercio en 1996 y uno de cooperación militar al año siguiente Tel Aviv tacha a la UE de "pro Palestina", lo que ha dificultado la intervención de ésta última en las negociaciones para solucionar el conflicto Con Turquía como intermediario natural aumentaría el protagonismo europeo en el proceso de paz En términos prácticos, Everts considera que la UE podría contribuir en la reforma de las instituciones políticas palestinas, en la organización de sus elecciones e, incluso, en el envío de tropas para un eventual resguardo de la seguridad en el marco de un acuerdo político futuro Las relaciones turcas con Irán, por su parte, han mejorado en los últimos años En 2003 una comitiva de ministros iraníes viajó a Turquía y Erdogan visitó Teherán en julio del año pasado El comercio entre ambos países creció al doble y se completó la construcción del gasoducto Tabriz-Erzurum, que permitirá a la UE abastecerse de gas iraní barato Turquía, sin embargo, se opone ?igual que Estados Unidos y Europa-- a las ambiciones nucleares de Teherán, pero piensa, como la UE, que las presiones militares que propone Washington son contraproducentes "Los crecientes vínculos políticos de Turquía con Irán son un elemento a favor de la búsqueda de influencia europea y para salvar el acuerdo de octubre de 2003 sobre el programa nuclear iraní El acceso de los líderes del AKP con los gobernantes iraníes fortalecen el argumento de que Turquía podría ser utilizado como un ?puente? entre Occidente e Irán", justifica Everts También las relaciones de Turquía con Siria han mejorado desde que el gobierno de Damasco expulsó en 1998 al líder de la minoría kurda Abdulá Ocalam, a quien Ankara considera un terrorista financiado por los sirios En enero de 2004 Bashar al-Assad fue el primer presidente de Siria en visitar Turquía Los atentados del 11 de septiembre de 2001 convirtieron a Siria en uno de los países enlistados por Washington en el "eje del mal" Desde entonces el gobierno de Damasco ha buscado un acercamiento con la UE a través de un acuerdo de asociación, cuya ratificación fue suspendida hace unos meses por la presunta implicación de los sirios en la violencia política desatada en Líbano luego de retirar sus tropas, así como por su apoyo a los grupos terroristas palestinos y por la preocupación que despierta entre los europeos la supuesta posesión de armas de destrucción masiva Everts escribe que Turquía, la ruta terrestre por la que atraviesan las exportaciones sirias, podría ser una fuente adicional de influencia que empuje un "cambio" en la actitud de dicho país "Las UE y Turquía ?sentencia-- tienen interés en demostrar que una estrategia política hábil puede lograr mejores resultados que la afición estadounidense de lanzar amenazas y aislar países"

Comentarios