Dalida (1933-1987): Palabras, palabras

domingo, 16 de octubre de 2005 · 01:00
México, D F, 17 de octubre (apro)- Alcanzar la gloria y la fama en el mundo del espectáculo no es forzosamente sinónimo de besos sabor a miel y caminatas entre nubes de alfombras floridas Baste recordar para este "Canto Rodado" las espinas que precipitaron a la magnífica intérprete egipcia Dalida rumbo a una muerte desesperada Paroles, paroles, grabación musical que aventuró por 1973 el reconocido actor francés Alain Delon en dueto con nuestra difunta Dalida, y difundiese en amplitud la radio mexicana bajo el título preciso de Palabras, palabras, conectó un "jitazo" fenomenal por jardines del universo disquero Ella entonaba la melodía e intercalando una que otra frase italiana para esquivar las peroratas del galán cazador, éste interrumpía su rechazo con aire varonil y le rendía cumplidos, poemas, susurros: Delon: Eres como el viento que hace cantar a los violines y expande en la lejanía el perfume de las rosas Dalida: Caramelos, bombones y chocolates ?O de plano, él deshojaba machinerías típicamente galas, arrogancia suma que, si no funcionaba, al menos permitía echarle en cara de la chica su cariño sincero, sincero y sincerísimo, gritoneando de dientes "pa?juera": Delon: Hay momentos en que no te comprendo? Una palabra más: que te amo, ¡que yo te amo! ¡que yo te amo! Dalida: Palabras, palabras, palabras? Diva mimada bajo el gentil diminutivo Dali, la bella vocalista de fulminante exotismo con que cegaba las miradas masculinas en su adoptiva París, fundamentó aquel triunfo musical dilatando escudos de seducción femenina: era como el gusano en la manzana de Eva dando la vuelta a una fórmula de cortejo erótico que, en 1969, comprobó su eficacia comercial, "Je t?aime moi non plus" ("Te amo, yo tampoco"), pieza donde el descaro lupino de un castigador Serge Gainsbourg penetraba con metáforas: Como la ola indecisa me alejo y me vengo entre tus reinos y me contengo? El judío de la isla de París recibía en respuesta ramilletes de suspiros infantiles que saltaban con el orgasmo que no pudo reproducir la mismísima Brigite Bardot y, en cambió, le salió a Jane Birkin con desnudo placer, plasmado sin cortes por esa lolita inglesa a la primera toma, a pedir de boca y nada de simulacros, ya que en el estudio de grabación no cabía sino una real ebullición y la gimiente chiquilla deseaba el éxtasis del gatuno Gainsbourg Esa tonada de jugarreta simplona, censurada como pornográfica en El Vaticano, atraía por la sonoridad dual de sus gargantas, opuestas, compartiendo con los escuchas un diálogo harto comprensible en cualquier idioma desde el inicio edénico de la historia humana El origen de dicho tema traía resonancias de comicidad surrealista que Gainsbourg arrancó de una expresión atribuida al pintor Salvador Dalí: "Picasso es un comunista, yo tampoco" Dalida tampoco encarnaba la voluptuosidad de una B B ni se comparaba con la sexy muñequita curiosa Birkin, aunque su arte de vedette instintiva abrevó de las mismas fuentes: Catherina Valente ("Un train blue dans la nuit"), la tanguera de Turín, Rina Ketty, y esa catalana tan familiar al público mexicano: Gloria Lasso Durante 30 años mantuvo en firme su trayectoria artística, vendió unos 80 millones de acetatos por el mundo y, si bien tal popularidad la ganó a flor de piel, gracias a su imagen vampiresa y mediterránea, una sensualidad vocal de caídas y ascensos soplando calidez, así como integrar un inteligente repertorio acorde al ritmo de cada época, en su dulce Francia nadie pareció sorprenderse cuando, en 1987, ella se mató Dalida Yolanda Gigliotti Nacida en El Cairo hacia 1933 La niña que padeció una enfermedad en los ojos y sufría mucho Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, su padre, un italiano pletórico de sensibilidad y primer violín de la Ópera del Cairo, fue encarcelado en los campos militares de Inglaterra, experiencia que arruinó su carrera y a su familia Vuelta a Egipto, hondos rencores lo transformaron en un tipo violento que moriría joven, amargado La pequeña Yolanda quedó marcada ante un destino que le anunciaba sombras de tragedia por el resto de sus días, en contrapunto al brillo de futuras alegrías Creció apoyada por sus hermanas mayores y, en 1954, a los 21 años, resolvió convertirse en actriz cinematográfica Elegida Miss Ondina del Cairo, su belleza se mostró con un mantón veteado por pieles de pantera, y gustó al director francés Marc de Gastyne, quien la invitó a probar suerte como cantante en París esa Navidad del 54 De inmediato adquirió cartel en cabarets como el Ville d?Este, de la rue de Ponthieu, y entró al concurso "La número uno del mañana", que tuvo lugar en el teatro Olympia con el pie derecho Aquella noche, el músico Eddie Barclay y el letrista/promotor Lucien Morisse le pidieron interpretase "Extraño en el paraíso" de la temperamental cantora Gloria Lasso, quien había llegado aquel año a París Morisse enloqueció La bautizaría Dalida, nombre artístico de hechizo surrealista y, junto a Barclay, ambos se encargaron de impulsar su descubrimiento hasta la mera cima, una conquista que cristalizó al tercer disco, "Bambino" y trazó el principio de una inmensa cadena de cañonazos musicales: "Gondolier", "Come prima" (balada en italiano, cuya versión mexicana se nombró "Como antes"), "Itsy Bitsy Petit Bikini" o "24 mil besos" por mencionar unos cuantos y, claro, "Paroles, paroles" al lado de Delon, Dalida y Morisse casaron el 8 de abril de 1961, luego de cinco años de pasión febril Pero apenas transcurridos dos meses, el escándalo: Morisse conoce a una pintora jovencita y, al décimo, se divorcia En 1967 ocurrió nuevo drama: su novio de entonces, Luigi Tenco se quita la vida y Dalida misma intentará seguirlo Luego de permanecer en coma cinco días, la artista despierta con una convicción: entregarse en cuerpo y alma a la música Es un período místico que la conduce a meditar con yogis en la India Sin embargo, sus romances posteriores tendrán idéntico perfil: individuos iracundos, problemáticos y autodestructivos como el frívolo Richard Chanfray, Conde de Saint-Germain según la prensa rosa parisina Su ex marido Morisse también termina cometiendo suicidio en septiembre de 1970 La década consagrará a Dalida Realiza grabaciones notables con los figurones de la canción francesa: Charles Aznavour, Jacques Brel o Léo Ferré, y su disco "Gigi el amoroso" estalla cual bomba musical de 1974 Al año, refrenda laureles por el registro de "Acaba de cumplir 18 años", letra de Pascal Sevran, donde ella asume el papel de la mujer madura seductora de un inocente muchachón Encarrilada durante plena era de la música "discoteque", Dalida se lanza en 1980 a montar su show a la moda Broadway en el Palacio de los Deportes de París producido por Lester Williams, coreógrafo de John Travolta y elenco para la cinta culto del baile "disco" Fiebre de sábado en la noche Dalida disfruta un segundo aire y no para, aprovecha este merecido golpe de la fortuna haciendo migas, para variar, con personalidades políticas: François Mitterrand, Jacques Chirac? Es 1985 y ocurre el último fulgor que antecede al ocaso definitivo de una gigantesca estrella a punto de caer devorada por las tinieblas Tiene 52 años de edad y confiada, parte al Cairo donde protagonizará la película El sexto día, de Youssef Chaine, actuación que le proporcionaría excelentes elogios Pero haber tornado al Egipto de su niñez la ha hecho verse en el espejo y no reconoce la cruda realidad Se niega a aceptar ese reflejo que agita sus venas Jamás podrá soportar las arrugas de un rostro envejecido y que a cada amanecer la horroriza Debe ocultarlo, recluirse, llorar su depresión escondida en una cama que solloza de nostalgia Dalida cubre la cabellera cana con sábanas humedecidas por los manantiales agrios del Nilo porque, a final de cuentas, ¿no es una encantadora? Tiene derecho a escapar como se le antoje ¡Si es la hermosa Miss Ondina del Cairo, la consentida diva cuyo canto sedujo a los guapos más brutos y salvajes de dudosa cordura en París! Dali sabía la respuesta Acariciaba el antídoto liberador contra aquella maldición que, como reloj implacable, se clavaba lentamente entre sus carnes, empuñaría el potente martillo asestando freno a las manecillas criminales y, en un dos por tres, su tormento acabaría Fastidiada por esa batalla que la puso a merced de antiguos monstruos carcomiendo sus sueños durante 24 meses, esos engendros mutiladores, crecidotes, emisarios del ayer revivido por la nostalgia y una fetidez funesta que escupía engaños o evocaba ilusiones asfixiadas por sobresaltos y pesadillas, ahora tocaba su turno ¿Para qué? Soltaría los lazos enredados del cordón al infinito, sonaría la campana de su propia hora fatal y así, eligió despedirse en el mayo solar de 1987, sin cumplir los 55 años, firmaría su sentencia y mirando al Sena, tiraría la cuerda de la red absurda donde ahogó el adiós garabateado en un papel, repitiendo los motivos, suplicando a un coro imaginario: "Esta vida me resulta insoportable Perdónenme" Pasó una década y, en 1995, el célebre salón para homosexuales Queen le rindió homenaje mezclando a ritmo "techno" sus mejores éxitos Asimismo, la pluma de Catherine Rihoit le dedicaría una bonita biografía, Mon frère, tu écriras mes Memoires (Hermano mío, tú escribirás mis Memorias) al alimón con Orlando, hermano menor de Dalida para la editora Plon Las canciones de sus comienzos fueron compiladas en nueve platos láser: Les Anées Barclay; en el "remix" Comme si j?étais là, y la caja de cinco CD Paroles, paroles Tributo digital a Dalida, sí; no obstante, legado de la artista, retrato fiel de Dalida como genuina cantante popular, mujer de elevados sentimientos y un corazón magnífico

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