* Represalia "a gobiernos que nos expulsaron del país", opina líder de migrantes Chicago, Illinois, 18 de octubre (apro) - "Aunque el voto de los mexicanos en el extranjero no nos sirve de nada, sí representa un ejercicio de orgullo o de cobro de factura a los gobiernos que nos expulsaron", declaró el presidente del Instituto Mexicano de la Cultura en Chicago, Roberto Garza Garza, uno de los principales promotores de la ley estatal para frenar abusos contra migrantes, destacó que muchos mexicanos quieren participar en el proceso electoral del 2006 para que, en caso de regresar, lleguen a sus lugares de origen con mejores condiciones, o al menos a un Estado político más democrático, en donde la voz del pueblo pueda tener más peso "No sé si vayamos a regresar a México, pero realmente queremos participar en el proceso electoral del país por orgullo, y para contribuir a la construcción de un país mas democrático", agregó Recalcó que pese a que las condiciones de los migrantes han empeorado bajo el pretexto de la seguridad del Estado, y han hecho muy tensa esta relación entre México y Estados Unidos, lo cierto es que los mexicanos siguen abandonado su país en busca de mejores oportunidades, sin embargo, mantienen la ilusión de ser partícipes de los cambios que se viven en su lugar de origen Y es que muchos "quieren dejar atrás 74 años de aprobio y de imposiciones Entonces, muchas de esas son las culpas que nosotros le achacamos a los gobiernos que nos expulsaron, porque no venimos acá porque no teníamos nada mejor qué hacer en México" Entonces, "hay un pecado que nosotros queremos cobrarnos, y por eso se busca participar en el proceso electoral, ante todo en la elección presidencial" Consideró que el voto es un derecho que tienen ya consagrado en la Constitución mexicana, pero lo cierto es que no tenían los mecanismos para ejercerlo desde el extranjero Sin embargo, con la aprobación del voto foráneo en el Congreso de la Unión, los mexicanos radicados en el exterior ya podrán emitir su sufragio Aunque "los migrantes pedimos un mecanismo de un metro, y nos dieron diez centímetros, lo cierto es que ya es un avance, y por algo tenemos que empezar para que, dentro de seis años, tengamos el carro, las llaves y la gasolina"