Cuatro hermanos

lunes, 3 de octubre de 2005 · 01:00
México, D F, 3 de octubre (apro)- A pesar de las excelentes cintas que John Singleton nos entregó en el pasado, específicamente Boyz in the Hood y Higher Lerning, el director se ha quedado con la inercia de otras dos, Shaft y 2 Fast 2 Furious, difíciles para el disfrute Su más reciente filme, Cuatro hermanos (Four Brothers, EU, 2005), se encuentra entre el "churro" de acción y una cinta inteligente de corte social Es una lástima, pues Singleton ha demostrado ser eficaz al momento de contar historias Cuatro hermanoscuenta la historia de cuatro hermanos o hermanastros, dos blancos y dos negros, cuya unión va más allá de la sangre Los hermanos se reencuentran en el funeral de su madre, una señora bien intencionada llamada Evelyn Mercer (Fionnula Flanagan), que se dedicaba a sacar a niños de las calles para darlos en adopción Casualmente, nadie quiso a estos cuatro hermanos y ella tuvo que quedárselos Pese a su bondad, Evelyn es asesinada en circunstancias misteriosas, lo que provocará que Bobby (Mark Walhberg), Angel (Tyrese Gibon), Jeremiah (André Benjamin), Jack (Garret Hedlund), busquen vengarla a toda costa La cinta posee una buena dosis de acción y magníficos momentos dramáticos Sin embargo, no consigue cuajar bien en circunstancias clave Por ejemplo, cuando apenas estamos conociendo a los hermanos, de la nada, son capaces de hacer y deshacer para vengar un crimen Se sabe que antes eran unos bribones y que casi todos son unos fracasados, pero no se entiende la importancia y el impacto de su presencia en su viejo vecindario Entonces, sus acciones resultan poco creíbles Por otro lado, las actuaciones son tan dispares que no queda claro si existe un fuerte vínculo afectivo, por más que se abracen Estas incongruencias sólo propician un desenlace forzado, aparatoso, pero finalmente forzado, con el fin de agradar una audiencia o, más bien, de compensar los errores Por momentos, la cinta tiene estilo, una par de situaciones divertidas y hasta consigue penetrar nuestros sentimientos pero, conforme pasa el tiempo, la consistencia se pierde y entonces nos quedamos con una cinta mediocre

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