Piedad encubridora

domingo, 30 de octubre de 2005 · 01:00
Con base en un intercambio epistolar sostenido hace más de una década entre Norberto Rivera Carrera, entonces obispo de Tehuacán, Puebla, y el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles, California, la policía de esta última localidad busca demostrar que los dos religiosos realizaron un montaje para encubrir a un pederasta mexicano, el cura Nicolás Aguilar Rivera, que tiene en su contra casi un centenar de denuncias por abuso sexual y hoy, sin embargo, se encuentra libre A finales de los años ochenta, Norberto Rivera Carrera, entonces obispo de la diócesis de Tehuacán, Puebla, en presunta complicidad con el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles, California, urdió una "compleja trama internacional" para dar protección a Nicolás Aguilar Rivera, un sacerdote pederasta mexicano que abusó sexualmente de 86 menores de edad, tanto en Estados Unidos como en México El diario estadunidense The Dallas Morning News, así como el libro Votos de castidad -que muy pronto se pondrá en circulación- dan cuenta de esta presunta complicidad "que hizo posible que el padre Aguilar delinquiera por décadas en ambos lados de la frontera con la protección de los cardenales de ambas jurisdicciones para eludir la acción de la justicia" Más aún, autoridades judiciales de Los Ángeles sostienen que el gobierno del presidente Vicente Fox se negó a colaborar con la justicia estadunidense para aprehender al sacerdote, quien actualmente está libre La policía de esa ciudad hizo pública la correspondencia privada entre Rivera Carrera -quien actualmente es arzobispo primado de México- y Mahony, con base en la cual se pretende demostrar la supuesta protección que ambos brindaron al sacerdote Las misivas pertenecen a los archivos criminales de la corporación y forman parte de los juicios que se emprendieron contra la arquidiócesis angelina por encubrir a curas pederastas De acuerdo con una investigación realizada por los periodistas Brooks Egerton y Brendan Case, publicada el 22 de junio del año pasado en The Dallas Morning News, las acusaciones de pederastia contra el padre Nicolás Aguilar empezaron a surgir desde los años setenta, cuando trabajaba en la diócesis de Tehuacán, Puebla En 1985, Norberto Rivera tomó posesión como obispo de esa diócesis y tuvo conocimiento de la conducta sexual del sacerdote, quien era entonces párroco del poblado de Cuacnopalan, cercano a la ciudad de Tehuacán A finales de 1986 o principios de 1987, alguien intentó asesinar al padre Nicolás, al que se encontró bañado en sangre en la casa parroquial Éste no quiso entablar ninguna acción judicial, por lo que nunca se supo cómo fue agredido, aunque el comisario local de entonces, Miguel Pérez, dijo que los agresores pudieron ser los adolescentes con los que solía pasar las noches Lo cierto es que, en abril de 1987, el obispo Rivera Carrera logró trasladar al padre Nicolás a la arquidiócesis de Los Ángeles El cardenal Mahony, urgido de sacerdotes que atendieran a la comunidad hispana, aceptó de buena gana al cura, quien estuvo trabajando en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y después en la de San Agatha Fue entonces cuando se le acusó de abusar sexualmente de 26 menores de edad Según el informe que contiene las fichas de cada uno de estos cargos -al que tuvo acceso Proceso-, el padre Aguilar abusaba de los niños dentro de los mismos templos, concretamente a un lado de las sacristías "Cada una de las víctimas entrevistadas describen el mismo modus operandi utilizado por el sospechoso Él se hacía amigo de los monaguillos y luego les pedía que le enseñaran inglés Mientras estaba solo con los niños, el sospechoso tocaba los genitales de los niños y luego hacía que los niños se los tocaran a él En numerosas ocasiones, el sospechoso metía su mano dentro de los pantalones para tocar el pene de los niños y los masturbaba" El abogado Anthony Dimarco, que llevó las 26 denuncias contra el padre Aguilar, comenta a Proceso: "El reporte policial de este sacerdote es terrible Lo más significativo es la conducta que siguió la arquidiócesis de Los Ángeles; en lugar de denunciar al sacerdote a la policía y dejar que lo arrestaran, permitió que Aguilar Rivera dejara el país" Por su parte, el detective principal del caso, Gary Lyon, también lamenta que la arquidiócesis le haya permitido regresar a México y burlar la justicia: "Mi mayor problema fue la obstrucción de la Iglesia católica", dijo a The Dallas Morning News Efectivamente, en enero de 1988, tan sólo nueve meses después de que el sacerdote arribara a Los Ángeles, ya había denuncias contra él por abuso sexual Una madre de familia denunciante se lo había hecho saber a las autoridades de la arquidiócesis, cuyo vicario, monseñor Thomas Curry, alertó al padre Aguilar de que la policía lo investigaba Éste optó por huir de Estados Unidos y retornar a la diócesis de Tehuacán En su informe, el detective Lyon detalla que la huida se dio el 9 de enero Fue una prima del presbítero que vivía en Estados Unidos, Teresa Márquez, quien lo llevó a la ciudad de Tijuana, "donde el sacerdote tomó un avión con trayecto desconocido en México" Dos meses después de la fuga, el 4 de marzo, el cardenal Mahony le envió una carta a Rivera Carrera en la que le pedía colaborar en las pesquisas de la policía estadunidense Escrita en español, con el membrete de la arquidiócesis y la firma de Mahony, la carta dice textualmente: Muy estimado Monseñor Rivera Carrera: Le escribo a Vd tocante a la situación grave y urgente del Pbo Nicolás Aguilar Rivera, sacerdote incardinado en la Diócesis de Tehuacán, Pue, México Nuestro Vicario por Los Cleros, Monseñor Thomas Curry, le ha escrito a avisarle de las acciones depravadas y criminales de este sacerdote durante su tiempo aquí en la Arquidiócesis de Los Ángeles, California Es casi imposible determinar precisamente el número de jóvenes acólitos que él ha molestado sexualmente, pero el número es grande Sabemos que él ha regresado a México, y nosotros queremos cooperar totalmente con la Policía de Los Ángeles en buscarlo y arrestarlo Es necesario que este sacerdote esté detenido y regresado aquí a Los Ángeles para sufrir las consecuencias de sus acciones tan inmorales Él ha causado daño terrible a estos jóvenes, y además, ha creado escándalo grave Le pido a Vd si pudiera mandarme lo más pronto que sea posible una lista de todos los familiares de este sacerdote, incluyendo los nombres de sus padres, sus hermanos, tíos, y otros familiares por todas partes de México Además, necesitamos las direcciones y números de teléfono para todos sus familiares Es tan urgente que recibamos esta información lo más pronto que sea posible Favor de llamarme aquí en Los Ángeles, o dejar la información con mi sacerdote secretario, Pbo Lorenzo Estrada, a este número: (213) 251-3261 O, favor de mandarme la información por correo expreso Estamos dispuestos a pagar todos los gastos necesarios para obtener esta información muy pronto Estoy muy agradecido a Vd por su cooperación total en este asunto grave, y espero recibir toda la información que Vd pueda mandarme Le ofrezco mis oraciones, y me encomiendo a las suyas durante este tiempo de la Cuaresma Sinceramente en Cristo, Revdmo Monseñor Rogelio Mahony Arzobispo de Los Ángeles El 17 de marzo, Rivera Carrera le contestó a Mahony con la siguiente misiva de carácter "confidencial": Muy estimado Monseñor Mahony: Al recibir hoy su carta doy contestación inmediatamente para agradecerle la información que me da sobre el Padre Nicolás Aguilar Rivera Ha sido muy doloroso para mí recibir estas informaciones de parte de la Curia y por la prensa de Estados Unidos y de México Estoy totalmente de acuerdo con usted en que el Padre responda ante las autoridades competentes de los crímenes que se le imputan El sacerdote mencionado no ha regresado a esta diócesis, y no cuenta por tanto con las licencias que se le concedieron por un año con motivo del permiso que solicitó para residir en Los Ángeles Puedo informarle que el padre estuvo por más de diez años en la parroquia de San Sebastián Cuacnopalan y sin duda alguna la policía ahí puede encontrar mucha información El padre es hijo del señor Senén Aguilar y Fortunata Rivera y nació en Huehuetlán el Chico, Puebla, en donde también hay muchos familiares que pueden informar sobre él Sé que varios familiares viven en Los Ángeles, California, no tengo idea ni de sus nombres ni de sus domicilios Usted comprenderá que no estoy en la posibilidad de localizarlo y mucho menos de poder enviar por la fuerza a que comparezca en los tribunales Estoy en la mejor disposición de colaborar para que se haga justicia y para que se evite el escándalo En la carta de presentación del 27 de enero de 1987 incluí una fotografía de identificación y en carta CONFIDENCIAL del 23 de marzo del mismo año le hice un resumen de la problemática homosexual del padre Aprovecho la oportunidad para encomendarme a sus oraciones y repetirme de usted su hermano y servidor Norberto Rivera C Obispo de Tehuacán Mahony le escribe a Rivera Carrera otra misiva, fechada el 30 de marzo, en la que, sorprendido, le dice que nunca recibió la advertencia de que el padre Aguilar tenía una "problemática homosexual": Muy estimado Monseñor Rivera: Acabo de recibir hoy mismo su atenta carta con la fecha de 17 de marzo de 1988 Quiero responderle a Vd inmediatamente porque yo estoy sorprendido y trastornado por estas palabras en su carta: "En la carta de presentación del 27 de enero de 1987 incluí una fotografía de identificación y en carta CONFIDENCIAL del 23 de marzo del mismo año le hice un resumen de la problemática homosexual del padre" Quiero decirle que yo no he recibido ninguna carta de Vd con la fecha del 23 de marzo de 1987, ni otra información tocante a la "problemática homosexual del padre" Yo le mando una copia de su carta del 27 de enero de 1987, con la fotografía de identificación En esta carta Vd me escribió: "Por motivos familiares y por motivos de salud el padre Nicolás Aguilar Rivera, cura párroco de Cuacnopalan, Pue, perteneciente a esta Iglesia de Tehuacán, desea permanecer por un año al servicio de la arquidiócesis de Los Ángeles" Basado en sus palabras "por motivos familiares y por motivos de salud" yo acepté al padre Nicolás Aguilar Rivera para servir aquí en esta arquidiócesis Estoy muy confundido, porque en la carta del 27 de enero de 1987, Vd no mencionó ningún otro problema personal de la parte de este padre Aguilar Si usted me hubiera escrito que el padre Aguilar tenía algún problema "homosexual", le aseguro que no lo hubiéramos recibido aquí en esta arquidiócesis Tenemos aquí en la arquidiócesis de Los Ángeles un plan de acción bastante claro: no admitimos ningún sacerdote aquí con cualquier problema homosexual Es tan urgente que usted me mande, por favor, una copia de esta carta con la fecha 23 de marzo de 1987 No la hemos recibido, y ya es una situación muy grave porque Vd supo el 27 de enero de 1987 que el padre Aguilar tenía problemas homosexuales, y no compartió esta información conmigo ni con los oficiales de nuestra arquidiócesis de Los Ángeles en su primera carta No puedo acentuar que ya tenemos una situación más grave porque yo hice una decisión de dar al padre Aguilar un nombramiento temporáneo aquí, basado en su carta del 27 de enero de 1987 Voy a compartir con la policía de Los Ángeles su carta del 17 de marzo de 1988, y espero que ellos puedan ubicarlo allá en México Le pido a usted que todos los sacerdotes de la diócesis de Tehuacán oren por los niños y jóvenes afectados por las acciones del padre Aguilar Sinceramente en Cristo: Revdmo Roger Mahony Arzobispo de Los Ángeles Hasta aquí llega la correspondencia particular que hizo pública la policía de Los Ángeles ¿Rivera Carrera efectivamente advirtió a Mahony que su párroco tenía problemas homosexuales? ¿O simplemente lo engañó y envió al cura a la arquidiócesis estadunidense sin informarle que era pederasta? O bien, ¿fue Mahony quien mintió al decir que nunca recibió la advertencia de Rivera, con el fin de despistar a la policía de Los Ángeles? Las incógnitas no se han aclarado Lo único cierto es que al padre Aguilar se le perdió la pista por algunos años El Dallas Morning News señala que, en 1995, el cura trabajaba en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la arquidiócesis de México, cuyas riendas tomó ese mismo año Rivera Carrera Dos años después, en 1997, el padre Aguilar estaba nuevamente trabajando en su diócesis de origen, concretamente en la parroquia de San Nicolás Tolentino, de la ciudad de Tehuacán Y fue en esta parroquia donde protagonizó uno de los mayores casos de pederastia registrados en la Iglesia católica: abusó sexualmente de 60 menores, según documentó el Departamento de Investigaciones sobre Abusos Religiosos (DIAR), que llevó el caso El nuevo escándalo comenzó cuando un niño de 12 años, que servía en la parroquia, escapó repentinamente de su casa Al localizarlo sus padres, el menor confesó atemorizado que huyó porque ya no quería que el padre Aguilar siguiera abusando de él Muy pronto, otro menor que estudiaba catecismo confesó que él también había sido víctima de abuso; después otro y otro Según el expediente judicial, el sacerdote, valiéndose de amenazas, logró por un tiempo que los niños guardaran el secreto Llegó incluso a atemorizarlos diciéndoles que mataría a sus familiares si lo delataban Las pesquisas judiciales, que iniciaron en 1997, se prolongaron durante siete años Nadie tocó al padre Aguilar El juez estatal Carlos Ramírez desechó primero el cargo por corrupción de menores, pues, argumentó, no se encontraron señales de abuso sexual En 2003, finalmente lo condenó a un año de prisión, pero el sacerdote mantuvo su libertad bajo fianza y apeló la decisión ante un tribunal federal, que le perdonó la sanción con el argumento de que el delito era demasiado antiguo En una carta fechada en julio de ese año, la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, le envió una carta al presidente Vicente Fox para quejarse de que varios delincuentes cruzaban la frontera para acogerse a la inmunidad que se les brindaba en México Mencionó el caso del padre Aguilar, señalando las maniobras dilatorias de las autoridades mexicanas para que el sacerdote no fuera enjuiciado en Estados Unidos "Dios sabe que todo es una calumnia para destruirme", dijo el padre Aguilar al periodista Brendan Case, quien lo abordó en los juzgados de Tehuacán Y agregó que actualmente trabaja ya sea en una diócesis o en otra "No paso mucho tiempo en un solo lugar" El libro Votos de castidad, escrito por cinco especialistas en cuestiones eclesiásticas y que muy pronto se pondrá en circulación, revive el caso del padre Aguilar (Proceso 1512) Ahí se señala que fue "una red de complicidades que corre desde la arquidiócesis de Los Ángeles, California, hasta la de la Ciudad de México, la que hizo posible que el padre Aguilar delinquiera por décadas en ambos lados de la frontera con la protección de los cardenales de ambas jurisdicciones para eludir la acción de la justicia" El fiscal de Los Ángeles, William Hodgman, dice a Proceso: "Nosotros trasladamos el juicio hacia las autoridades mexicanas hace algunos años Pero el caso fue desestimado por un juez mexicano No tengo conocimiento de que haya ninguna petición de extradición en este momento" -¿Cómo definiría al padre Aguilar? -Su naturaleza corresponde a la de un depredador, no a la de un sacerdote o a la de un hombre de Dios La tragedia es que no está arrestado ni en México ni en Estados Unidos l

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