El plamegate de Bush

lunes, 31 de octubre de 2005 · 01:00
San Francisco, Cal , 31 de octubre (apro)- Las reminiscencias de la caída de Richard Nixon surgen en Estados Unidos para comparar una de las peores etapas que vive el presidente George Bush Y es que el fiscal Patrick Fitzgerald remueve los cimientos de la Casa Blanca con su acusación de cinco cargos por obstrucción a la justicia, perjurio y falso testimonio contra Lewis Libby Nunca un miembro del gabinete en Estados Unidos, había sido procesado mientras ocupaba su cargo Para muchos, se trata del "principio del fin de Bush"; para otros, es sólo una simple tormenta más Independientemente de vaticinios, la verdad es que el presidente estadunidense sufre las consecuencias de sus actos y enfrenta no sólo el "Plamegate", sino a los dos mil muertos en Irak; la retirada de su polémica candidata al Tribunal Supremo, Harriet Miers; las corruptelas de la reconstrucción del paso de los huracanes Rita, Katrina y Wilma; la discutida subida de impuestos; la modificación al sistema de seguridad social; el aumento de los combustibles y, consecuente, la baja de su popularidad a mínimos históricos La debilidad de la administración Bush se exterioriza particularmente por las consecuencias de la acusación a Lewis "Scooter" (patinete) Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney y asesor activo de seguridad nacional y "arquitecto" de la invasión a Irak Libby puede purgar una condena de 30 años de cárcel si es condenado Con la inculpación a Libby, Cheney queda liquidado políticamente, lo que afecta directamente a Bush, porque el vicepresidente es uno de los principales ideólogos de la administración y, junto con Rove, son considerados "los Lenin" del Partido Republicano El vicepresidente puede dimitir por "razones de salud", ya que tiene un cuádruple bypass Si Cheney se va, Bush se queda solo con Andew Card, su actual jefe de gabinete y la crisis del segundo mandato se profundizará Lo peor está por venir El fiscal Fitzgerald no ha culpado de momento a Kart Rove, el principal asesor del presidente Bush y arquitecto de su reelección en noviembre de 2004, pero lo sigue investigando El caso "Plamegate" lleva 22 meses Los resultados del valiente fiscal Patrick Fitzgerald son contundentes Se trata del golpe más duro contra la administración Bush desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2001 Lo importante es que el "Plamegate" reactiva el debate sobre la manipulación de datos realizada por Bush y su equipo para invadir Irak en marzo de 2003 También vuelve a poner en la picota los antecedentes de corrupción y saqueo de los que se han servido los principales miembros del gabinete empezando por Cheney, un hombre fuertemente cuestionado por su "honestidad" en el servicio público Con el procesamiento de los dos "cerebros" de la Casa Blanca, hay un antes y un después en la era Bush Según la información en poder del fiscal, las notas de Libby filtradas a medios de comunicación estadunidenses lo dicen todo Para empezar, la versión de The New York Times en esto es que Cheney, enfadado por las declaraciones del exembajador Joseph Wilson, en las que reconocía que, durante su misión de 2002 a Níger para la CIA, no había encontrado prueba alguna sobre las supuestas ventas de uranio a Irak, "autorizó", "aprobó" o "consintió" las filtración de la identidad de la esposa de Wilson, la señora Valery Plame, quien trabajaba como agente de la CIA, algo que está prohibido por la Ley de Protección de Identidades de Agentes Secretos que data de 1982 Como la publicación de la identidad de una agente de la CIA se paga con hasta tres años de cárcel, los periodistas "listillos" que, siguiendo las directrices desde la Casa Blanca se prestaron a desprestigiar a los Wilson, entre ellos la cuestionada Judith Miller, de The New York Times, que pasó 85 días en la cárcel por proteger a su fuente o Robert Novak que prefirió desvelar a su informante El asunto tiene más trasfondo que el que dejan ver las crónicas políticas desde Washington El "Plamegate" desvela el plan maquiavélico de Rove y Libby para utilizar a Saddam Hussein como bandera de campaña electoral desde el primer mandato de Bush Para conseguir ese objetivo, los cerebros crearon dos grupos encabezados por una "cosa" que se inventaron, llamada "Irak Public Diplomacy Group", una especie de fundación para promover la democracia, al estilo de las utilizadas en América Latina, en especial en Venezuela y Cuba Los "cerebritos" de Libby y Rove, desde la Casa Blanca y la Oficina de Planes Especiales del Pentágono comandada por Douglas Feith, asesor de Donald Rumsfeld, fueron los encargados de establecer un claro objetivo dirigido a la opinión pública: "Saddam Hussein estuvo implicado en los atentados del 11 de septiembre, además es amigo de Osama Bin Laden y tiene armas de destrucción masiva" Había que hacer creer a los americanos estos tres principios básicos Y lo lograron Libby y Rove son unos auténticos fabricantes de propaganda, desinformación y manipulación noticiosa Pero se les pasó la mano Realizaron varios informes, ahora en poder del fiscal, como el titulado "Aparato de mentiras; desinformación y propaganda de Saddam Hussein 1990-2203" En éste informe, ambos reconocen el éxito de su trabajo: 237 declaraciones engañosas en 125 intervenciones, en 40 discursos, en 26 ruedas de prensa, en 53 entrevistas, en cuatro declaraciones escritas y en dos testimonios ante el Congreso ¿Tiene o no material el fiscal Fitzgerald para un "impeachment" contra el vicepresidente? Por supuesto que sí Ahora habrá que saber si quiere y puede seguir adelante con las investigaciones del "Plamegate" después de la caída de su primera víctima Hay que decir que Libby, Rove y Feith seguían las ordenes de sus jefes: Cheney, Bush y Rumsfeld Estos hombres, que salen siempre en las fotografías luciendo cínicas sonrisas, fueron los encargados de falsear los hechos y emitir declaraciones falsas a diestra y siniestra El mayor número de estas declaraciones se hizo entre agosto de 2002 y febrero de 2003 El análisis de contenido de las palabras falsas publicadas en los medios de comunicación es estremecedor El gobierno utilizó 85 veces la versión de que Saddam Hussein tenía armas químicas y biológicas Luego, 82 veces la afirmación de que el dictador iraquí tenía un programa nuclear y, en tercer lugar, unas 60 veces se aventuraron a decir que Saddam y Bin Laden eran grandes amigos Todo iba bien hasta que, como de costumbre, la verdad empezó a surgir desde dentro Es decir, desde Wilson, quien se atrevió con profundo valor a revelar las mentiras Fue entonces cuando los "asesores" o "achichincles" de Bush, Cheney y Rumsfeld se encargaron de la venganza contra el exfuncionario, y para ello urdieron el plan de desvelar el nombre de su esposa, quien trabajaba para la CIA No sólo Rove y Libby han cometido un delito; detrás de ellos se encuentran Bush y Cheney, y si el fiscal quiere ser serio en su trabajo, tendrá que seguir "tirando de la manta" hasta el final El Gran Jurado que investiga el "Plamegate" sigue atando cabos Hay que recordar que Bush dijo que "emprendería acciones" si se demostraba que un alto funcionario de su gobierno cometía un delito El fiscal Fitzgerald no sólo está seguro de la acción ilegal de sus investigados, sino que uno de cada 10 americanos, según una encuesta de Gallup, opina que la Casa Blanca actuó "incorrectamente" en el caso Plame Y el 39 por ciento está seguro que los funcionarios del gobierno actuaron de "modo ilegal" ¿Y quien es el fiscal Fitzgerald? Es un hombre con una extraordinaria capacidad de trabajo que se ha hecho a sí mismo Soltero, de 44 años, es hijo de un inmigrante irlandés que trabajaba como portero en un edificio de Manhattan El fiscal también ha sido portero en diferentes etapas de su pasado, mientras estudiaba derecho en Harvard "Elegante, elocuente y encantador", como lo definen las crónicas periodísticas, el fiscal es un hombre intachable sin ningún punto negro en su pasado Un trabajador infatigable que, incluso, duerme en la oficina y que dedica su vida a su causa Durante tres años ha procesado a mafiosos y terroristas Antes de que el nombre de Osama Bin Laden fuera famoso en el mundo, el fiscal Fitzgerald ya lo mencionaba en sus investigaciones Su valor indiscutible lo ha llevado a perseguir a la familia mafiosa de los Gambino en Chicago, cuando era fiscal de esa ciudad En el lado personal, sólo se le conoce su adicción al trabajo, aunque le gusta el béisbol: "Es un juerguista y chistoso, pero a la vez es brillante y, cuando está dedicado a un caso importante, nada le puede distraer", lo definió su antiguo asistente Patton Seymour Fitzgerald fue nombrado fiscal por la administración Bush, y ahora se dispone a llevar el caso judicial y político más importante de este gobierno La caída de Nixon empezó con un perjurio y un fiscal valiente El segundo mandato de Nixon se conocía como "la soberbia del poder" "Soberbia" es una palabra clave, que empieza a ser utilizada en el segundo mandato de la era Bush

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