Topálov dice "no" a Krámnik

lunes, 31 de octubre de 2005 · 01:00
México, D F, 31 de octubre (apro)- El recientemente terminado Campeonato Mundial de Ajedrez, celebrado en San Luis, Argentina, sacó como gran vencedor a Vesselin Topálov, de Bulgaria, que demostró ser el mejor jugador del torneo, terminando además, sin derrota alguna Se convirtió entonces en el primer campeón del mundo que viene de ese país y, como consecuencia, ahora el mundo del ajedrez busca, de alguna manera, terminar de una vez por todas con los problemas para reunificar el título mundial Resulta que Kaspárov, cuando era un jugador activo, puso en juego su título de campeón del mundo contra Vladímir Krámnik (en el 2001) Curiosamente, Kaspárov hizo esto porque no se veía cuándo la FIDE iba a organizar un campeonato mundial que se considerara válido, y la presión del mundo del ajedrez sobre quién era el campeón mundial se estaba volviendo insostenible Krámnik, el jugador de más talento en el mundo, a decir del mismo Garry Kaspárov, derrotó en ese match al que prácticamente todos consideran el mejor jugador que haya existido en el planeta De pronto el ruso Krámnik era campeón del mundo (no oficial en el sentido de que la FIDE no lo estimaba así) Para enturbiar más las aguas, Robert Fischer, campeón del mundo en 1972 insiste (y creo que a la fecha lo sigue haciendo), que él es el campeón mundial, porque nadie le ha quitado el título en un match Cabe recordar que Fischer dejó el ajedrez en 1972, al término del campeonato que ganara a Spassky, para luego jugar en 1993 el match de "revancha", en el cual Fischer volvió a vencer a su gran antagonista, Boris Spassky Finalmente, la FIDE decide armar el torneo de San Luis, Argentina, e invita a los ocho mejores Kaspárov declina, indicando que su carrera ajedrecística terminó en marzo del 2005 Krámnik dice que él es el campeón y que según unos acuerdos que se hicieron en Praga para reunificar el título, él a lo más jugaría con el ganador de ese torneo si es que se diesen las condiciones económicas, entre otras cosas Faltando Krámnik y Kaspárov, la gente se preguntaría si el torneo de San Luis podía considerarse campeonato mundial El "boicot" de los dos rusos no funcionó, y hoy por hoy todo el mundo considera a Topálov el nuevo campeón mundial de la FIDE Ahora, buscando finalmente una reunificación, Krámnik dice que si hay 2 millones de dólares de premio, él jugaría un match por el título mundial frente a Topálov Pero curiosamente Topálov dice "nyet" a Krámnik, indicando que el ruso es ahora el sexto mundial en la lista de ratings de la FIDE y, por ende, es de una categoría más baja de jugador como para que Topálov juegue un match por el título mundial absoluto con él Vladímir Krámnik alega entonces que los campeones del mundo no necesariamente ganan todos los torneos que juegan desde que se convierten en campeones, y pone de ejemplo a Botvinnik, el viejo patriarca, entre otros grandes jugadores El argumento del ruso tiene cierto valor si se considera a los jugadores del pasado, pero tómese en cuenta que Kaspárov fue un jugador que, después de obtener el título, ganó prácticamente todos los torneos importantes del mundo, y no sólo una vez, sino muchas más No obstante esto, Krámnik se sigue considerando el legítimo campeón del mundo Topálov es el monarca, según la FIDE, y los argumentos para que la reunificación no se produzca tienen que ver con algo evidente: los beneficios económicos que un jugador suele percibir cuando a éste se le considera campeón mundial Como dato adicional y para que se note la virtud económica de ser el número uno del mundo: por dar una sesión de partidas simultáneas (es decir, el maestro jugando contra unos 40 aficionados al mismo tiempo), el campeón del mundo puede cobrar, por sesión desde luego, entre 10 mil a 30 mil dólares A mí me queda claro que alguno tendrá que ceder Si no lo hace, pues la reunificación puede que nunca se dé Evidentemente, si Krámnik no sale de su letargo ajedrecístico y empieza a ganar algún torneo de elite, entonces su propio título será empañado por actuaciones "mediocres" (a su nivel, desde luego), hasta que él mismo se dé cuenta que el letrero de campeón mundial, en este competitivo mundo, sólo se puede mantener jugando bien

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