Las elecciones en la ciudad de México, 1376-2005, de Gustavo Ernesto Emmerich

lunes, 14 de noviembre de 2005 · 01:00
México, D F, 14 de noviembre (apro)- El cambio de gobierno de la Ciudad de México, el año próximo, empieza a calentarse en lo que respecta al ámbito bibliográfico, y a medida que se acerque tendremos una avalancha de trabajos sobre el tema Por lo pronto, no todo es política El volumen, coordinado por Gustavo Ernesto Emmerich, es eminentemente histórico, pero busca, con sus investigaciones, fomentar la conciencia política de los ciudadanos Las elecciones en la ciudad de México, 1376-2005, publicado por la Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en coedición con el Instituto Federal Electoral, incluye siete estudios: --"¿Elegían los mexicas a sus gobernantes?", de María Concepción Obregón Rodríguez, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia --"Inspirados en el Espíritu Santo: elecciones y vida política corporativa en la capital de la Nueva España", de Iván Escamilla González, maestro en historia y catedrático de la Universidad Iberoamericana --"La revolución liberal y los procesos electorales", de Alfredo Ávila, doctor en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) --"El ayuntamiento de la ciudad de México; elecciones y política, 1834-1909, de Gustavo Ernesto Emmerich, doctor en ciencias sociales por la UAM --"Del municipio libre a la suspensión de los ayuntamientos en el Distrito Federal, 1910-1928", también, de Gustavo Ernesto Emmerich --"De la posrevolución a nuestros días, 1928-2003", de Pablo Javier Becerra Chávez, investigador de tiempo completo de la UAM, y --"Las elecciones de la participación ciudadana en el Distrito Federal", de Carlos Martínez Assad, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM La presentación está a cargo del presidente del Instituto Electoral del Distrito Federal, Javier Santiago Castillo En la introducción, Emmerich sintetiza claramente el contenido y el propósito de este volumen aleccionador De él se entresaca el siguiente fragmento: "Los capítulos de este libro corresponden a grandes periodos históricos notoriamente diferenciados entre sí, que abarcan entera la historia electoral de la ciudad En cada uno de esos periodos las elecciones asumieron formas muy cambiantes Y aunque con frecuencia la palabra elecciones debería escribirse entre comillas, lo cierto es que, de una u otra forma, éstas estuvieron casi siempre presentes Unas veces, fueron sólo consultas limitadas a grupos de elite; otras se constriñeron a ser simple medio de legitimación de situaciones políticas preexistentes y otras más, efectivamente permitieron la participación del pueblo en la designación de gobernantes y representantes locales y en la toma de decisiones, como ha venido sucediendo en los últimos años de esta extensa historia Interesa entonces conocer por qué, cómo y para qué se realizaron elecciones a lo largo de los siglos, lo que constituye el objetivo central de este libro colectivo "En el primer capítulo, María Concepción Obregón Rodríguez se pregunta si los mexicas elegían a sus gobernantes Señala que la elección del siguiente tlatoani parece haber recaído en el propio gobernante en funciones, lo que resulta congruente para una sociedad que estaba en proceso de institucionalizar las funciones de cada uno de los cargos públicos El poder político se encontraba aún altamente centralizado en las jerarquías gubernamentales más altas: tlatoani y cihuacóatl, que controlaban incluso la designación de quienes ocuparían todos los puestos importantes del aparato administrativo La posibilidad de ser candidatos a ocupar dichos cargos estaba restringida fuertemente por la posición social, siendo por lo general destinados a los nobles "Aun los puestos directivos de nivel básico, el de jefes de calpultin, en algunos casos ya estaban destinados a miembros de ciertas ramas del linaje; es decir, no eran ganados únicamente con base en méritos y prestigio personales Varias circunstancias históricas específicas (entre otras, el debilitamiento del poder de los señores locales por la guerra endémica que existía entre ellos) y la gran visión de los líderes mexicas que desarrollaron estrategias exitosas para restar poder a sus rivales internos y externos, permitirían el surgimiento y la consolidación de formas de gobierno plenamente estatales "En el segundo capítulo, Iván Escamilla González estudia el papel que los procesos electorales tuvieron para consolidar el orden social corporativo y jerárquico de la Nueva España Analizando cuatro instituciones basadas en la ciudad de México --el ayuntamiento español, el cabildo indígena, el consulado de comerciantes y las órdenes religiosas-- explica algunos de los conceptos elementales de la cultura política del periodo y su incidencia en las prácticas electorales de las corporaciones urbanas Finalmente, refiere cómo la decadencia del corporativismo a finales del siglo XVIII preparó la llegada del liberalismo y de nuevas formas de participación política ciudadana "En el tercer capítulo, Alfredo Ávila explica cómo, entre 1808 y 1835 la ciudad de México experimentó una transformación sin precedentes en la cultura política de sus habitantes Si todavía a comienzos del siglo XIX los súbditos del rey callaban y obedecían, en la década de 1820 éstos participaban en la elección de representantes y de munícipes, y eran capaces de defender su voto y sus preferencias políticas El proceso no fue sencillo ni lineal El liberalismo, impulsado con el establecimiento de la Constitución de 1812 y ratificado en la de 1824, requería del sufragio popular, pero no pretendía ser democrático "Enormes lagunas en la reglamentación electoral propiciaron prácticas no previstas, pero no podían considerarse ilegales El surgimiento de candidaturas y partidos no se consideraba en la legislación respectiva ni por los pensadores de la época La cultura corporativa pervivió y, en ocasiones, se confundió con prácticas cívicas, pero también con el clientelismo fomentado por políticos ambiciosos En los últimos años de la Primera República, la encarnizada lucha entre facciones disuadió a los ciudadanos de participar en las elecciones, como lo habían hecho años antes "En el cuarto capítulo, Gustavo Ernesto Emmerich historia la política y las elecciones municipales durante los tiempos de lucha entre liberales y conservadores Destaca el hecho de que, periódicamente, casi sin interrupciones y con bastante regularidad, se realizaron elecciones para integrar el ayuntamiento de la ciudad de México Con su continuidad pocas veces interrumpida, éste constituyó un elemento simbólico de estabilidad en una época turbulenta Posteriormente, en el Porfiriato las elecciones perdieron toda significación, y el ayuntamiento capitalino fue reducido a cumplir funciones básicamente ceremoniales "En el quinto capítulo, también de Emmerich, se examina el papel político de las elecciones municipales y del ayuntamiento de la ciudad en tiempos de la Revolución mexicana En un principio se trató de mantener la continuidad institucional en el ayuntamiento, amalgamando antiguos porfiristas con maderistas, surgiendo luego un ayuntamiento autoproclamado neutral en la lucha de facciones Al triunfo del Ejército Constitucionalista, su primer jefe designó por cuenta propia a las autoridades municipales Al entrar en vigencia la Constitución de 1917, comenzaron a realizarse elecciones directas para integrar el ayuntamiento Las luchas de partidos produjeron una creciente descomposición de la política municipal, hasta que, en 1928 el Congreso federal decidió desaparecer el régimen municipal en el Distrito Federal "En el sexto capítulo, Pablo Javier Becerra Chávez estudia la evolución electoral del Distrito Federal desde 1928 hasta 2003, fecha de la más reciente elección en la ciudad capital En los primeros 60 años de este periodo, en el Distrito Federal sólo hubo elecciones federales para diputados, senadores y presidente de la República, que pueden ordenarse en tres etapas: a) construcción del sistema de partido hegemónico (1929-1940); b) consolidación y plenitud de ese sistema (1946-1976), y c) deterioro y crisis (1979-1988) La primera elección de la Asamblea de Representantes, en el año 1988, coincide con el estallido de la crisis del sistema de partido hegemónico En este contexto se reinician las elecciones locales en la ciudad Así, de 1988 a 2003 se llevan a cabo en la ciudad capital, de manera concurrente, elecciones locales y federales "En el último capítulo, Carlos Martínez Assad trata de las figuras de participación ciudadana que se pusieron en práctica desde que fueron suspendidos los ayuntamientos de la ciudad de México en 1929 Muestra que éstas fueron ensayos o lecciones, pero difícilmente procesos electorales de importancia equivalente a los otros que se realizan en el país Desde entonces, se ha intentado llenar la carencia de participación ciudadana, sin éxito Cuando parecía que se estaba más cerca de lograrlo a raíz del establecimiento de los primeros gobiernos electos en la capital --1997--, se ha ensanchado la frontera entre el gobierno y los ciudadanos Aunque se ha legislado al respecto, las lecciones sobre la participación ciudadana no han sido aprendidas por los gobernantes, que no vislumbran los peligros de la ingobernabilidad, al no abrir espacios institucionales a la ciudadanía, en particular la del Distrito Federal "La Universidad Autónoma Metropolita (UAM) y el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) auspiciaron la publicación de éste volumen, resultado de los esfuerzos de un grupo de historiadores y politólogos de varias instituciones académicas Al rector general de la primera, Luis Mier y Terán, y al presidente del segundo, Javier Santiago Castillo, vaya un reconocimiento por impulsar la investigación sobre la historia político electoral de la ciudad de México La que se publica no es una historia definitiva, mucho menos exhaustiva, pero sí un paso adelante en el estudio de cómo esta multicentenaria urbe ha buscado desde sus comienzos, y finalmente ha conseguido, dar voto a sus habitantes en la definición de quiénes han de ser sus gobernantes y representantes"

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